¿La Nueva Ruta de la Seda de China Tiene un Futuro Prometedor o Está en Riesgo de Quiebra?

La Nueva Ruta de la Seda: ¿Sueño o Pesadilla para China?

La República Popular China aspira a rivalizar con los Estados Unidos en varios frentes. A través de las últimas décadas, China ha experimentado un crecimiento económico vertiginoso, convirtiéndose en la gran fábrica del mundo. Este país no solo busca poder económico, sino también un papel político más relevante a nivel global. Mientras que los líderes chinos anteriores como Hu Jintao pasaban desapercibidos, Xi Jinping es omnipresente en los medios de comunicación. Xi protagoniza titulares en temas que van desde Ucrania hasta Venezuela, siempre con un objetivo claro: expandir la influencia china por todo el mundo.

Una China Ambiciosa en Crisis Económica

China ha ideado múltiples planes para extender su influencia, basándose principalmente en inversiones masivas. Sin embargo, la situación económica en este momento no es la mejor. El país enfrenta problemas como una burbuja inmobiliaria a punto de estallar, desconfianza creciente entre empresas extranjeras y un debilitamiento del Producto Interno Bruto (PIB). Aunque puede parecer que China está superando estos problemas gracias a la reapertura tras su política de Covid-0, los resultados a largo plazo todavía son inciertos.

El Proyecto Belt and Road: Ambición Desmedida

El enfoque de este artículo será la Nueva Ruta de la Seda, también conocida como el proyecto Belt and Road. Anunciado en 2013, este ambicioso proyecto de infraestructura busca recuperar la grandeza del antiguo Imperio Chino. Para entender si esta apuesta de Xi Jinping está funcionando, primero revisaremos un poco de historia sobre cómo se ha desarrollado el proyecto.

Origen y Evolución de la Nueva Ruta de la Seda

El plan fue presentado inicialmente en 2013 con la idea de revitalizar la Ruta de la Seda antigua como una vía para mejorar el comercio interasiático. La propuesta, hecha por Xi Jinping durante una visita a Asia Central, incluía dos partes: una ruta terrestre y una ruta marítima, conocida como el «collar de perlas». Este proyecto se limitaba al inicio a iniciativas concretas para facilitar el comercio, pero el interés inmediato de muchos países demostró su potencial.

Desarrollo y Expansión Global

Gracias al entusiasmo inicial, la propuesta de Belt and Road rápidamente se expandió más allá de Asia, abarcando todo el mundo. Xi Jinping aumentó la apuesta en 2017, abriendo seis grandes corredores y proclamando el proyecto como «el proyecto del siglo». Desde entonces, se han multiplicado los proyectos de infraestructura, energía, y telecomunicaciones, financiados por China a cambio de que la construcción y ocasionalmente la gestión recaigan en empresas chinas. Además, los países receptores se vuelven más alineados con la política exterior china.

Países Receptores: ¿Beneficiados o Dependientes?

Buena parte de los países involucrados en la Nueva Ruta de la Seda son naciones de ingresos bajos y economías en vías de desarrollo. Este aspecto resulta crucial para Pekín, ya que ofrece financiamiento a gobiernos con pocos recursos a cambio de lealtad política y económica. Esta estrategia, llamada «diplomacia sugar daddy», permite a China ganar aliados y cimentar su influencia global.

Vulnerabilidades y Riesgos del Endeudamiento

De los países incluidos en la Ruta de la Seda, casi la mitad están en el África Subsahariana. Este apoyo hacia China en instituciones como la ONU es significativo. Sin embargo, muchos observan esto como una posible «trampa de deuda», donde China presta dinero a países que luego se vuelven altamente dependientes. Estos préstamos a menudo recaen en proyectos de infraestructura en países pobres y corruptos, donde el dinero puede perderse en sobornos y sobrecostes.

Retos Económicos de China y la Ruta de la Seda

La política china de crecimiento a cualquier costo está empezando a mostrar grietas, tanto dentro como fuera del país. La economía china enfrenta una considerable desaceleración y el creciente endeudamiento es un problema significativo. Los gobiernos regionales, municipales y empresas públicas están altamente endeudados, y las medidas adoptadas desde 2016 para frenar esta tendencia no funcionaron como se esperaba.

Una Burbuja de Deuda Alarma a China

China ya está habiendo deudas de empresas estatales autodenominadas de alto perfil. El resultado ha sido un incremento en la deuda corporativa y una dependencia cada vez mayor en nuevos créditos para pagar deudas anteriores. Esta espiral de deuda sugiere que el modelo de crecimiento económico basado en el endeudamiento está empezando a fallar, lo que afecta la Nueva Ruta de la Seda.

Consecuencias Internacionales: Rescates Costosos

El macroproyecto de la Ruta de la Seda ha requerido enormes inversiones por parte de China, pero ahora Pekín se ve obligado a rescatar a muchos países que no pueden pagar sus deudas. En solo tres años (2019-2021), China tuvo que desembolsar alrededor de 100 mil millones de dólares en rescates. Esto sugiere que la estrategia de financiar proyectos de infraestructura en países pobres y corruptos ha resultado costosa para China, y en muchos casos, los proyectos no han producido los beneficios esperados.

Problemas de Ejecución

El 35% de los proyectos de infraestructura de la Ruta de la Seda enfrenta problemas importantes, desde corrupción hasta violaciones laborales y protestas públicas. Estos problemas han complicado la ejecución de los proyectos y aumentado los costos, poniendo en duda la viabilidad a largo plazo de la iniciativa.

El Futuro de la Nueva Ruta de la Seda

La crisis económica de China podría representar una fase de maduración competitiva en su rivalidad con Estados Unidos. Algunos estudios sugieren que China podría aprender a gestionar sus inversiones y desarrollar mecanismos para solucionar problemas. Sin embargo, hay diferencias significativas entre el ascenso económico de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y la situación actual de China.

Un Proyecto en Duda

La Ruta de la Seda ha generado importantes alianzas internacionales para China, pero también ha creado problemas financieros significativos. Las finanzas públicas chinas están siendo afectadas negativamente y muchos países involucrados en la iniciativa enfrentan problemas de deuda.

Conclusión: ¿El Gran Sueño de Xi Jinping se Convertirá en Pesadilla?

La pregunta persiste: ¿Podrá China manejar estos desafíos económicos y políticos? ¿Es la Nueva Ruta de la Seda una estrategia viable para el dominio global, o se convertirá en un enorme agujero presupuestario para Pekín? El futuro de este ambicioso proyecto está en juego y solo el tiempo dirá si se traducirá en éxito o fracasará estrepitosamente.

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