Explora la Crisis de Deuda Oculta de EE.UU.: Lo Que Nadie Te Está Contando
El Auge Económico de Estados Unidos: Más Allá de los Números
Queridos lectores, Estados Unidos vive un momento asombroso en términos económicos. La locomotora norteamericana parece estar a toda marcha, impulsada por una década de crecimiento ininterrumpido. Pero como toda historia, esta también tiene dos caras, y hoy analizaremos ambos aspectos. La economía de Estados Unidos no solo está en pleno auge, sino que también enfrenta grandes desafíos relacionados con el endeudamiento.
Un Crecimiento Sin Precedentes
La economía de Estados Unidos está en plena expansión. La tasa de desempleo se ha situado por debajo del 4%, un récord que no se había visto desde el año 2000. Cada mes se crean más de 100,000 nuevos empleos, lo que ha llevado a la creación de casi 8 millones de nuevos puestos de trabajo en los últimos tres años. Además, los salarios están en una trayectoria ascendente. Es un periodo dorado: la producción industrial, el índice S&P 500, y las exportaciones están en máximos históricos. Sin duda, la locomotora norteamericana está volando.
El Lado Oscuro del Crecimiento: La Adicción al Crédito
Todo parece indicar que Estados Unidos está en una posición económica envidiable. Sin embargo, esta prosperidad tiene una contrapartida significativa: el endeudamiento. El pasado 30 de septiembre de 2018 marcó el cierre del año presupuestario para el gobierno federal. ¿El resultado? Un incremento de la deuda federal de 1.3 billones de dólares en solo un año. Esta cifra supera el PIB de economías enteras como la de México.
La economía crece, pero el déficit público está fuera de control. Durante el último ejercicio, el gasto del gobierno aumentó en un 7%, una tendencia alarmante bajo la administración de Donald Trump. Según la Oficina de Presupuestos del Congreso, de seguir así, el pago de intereses costará al gobierno federal más de 900,000 millones de dólares anualmente en menos de una década.
Los Estados y Sus Deudas Ocultas
La marea del endeudamiento no se limita al gobierno federal. Los estados también están profundamente endeudados, a pesar de que 39 de los 50 estados tuvieron superávits en 2017. Desde 2010, la recaudación de los estados ha aumentado un 40%, permitiendo, en teoría, grandes inversiones en infraestructuras, educación y servicios sociales.
Sin embargo, la realidad es que la inmensa mayoría de los estados siguen acumulando deudas y obligaciones no financiadas. Según el Think Tank Truth in Accounting, los estados arrastran una pesada carga de más de 1.5 billones de dólares en deuda no financiada. De hecho, 40 de los 50 estados no tienen los recursos necesarios para cumplir con todas sus obligaciones. ¿Cómo es esto posible? La respuesta radica en prácticas contables cuestionables y en la priorización de promesas a los empleados públicos sobre el financiamiento adecuado de estos compromisos.
Trampas Contables y Pensiones No Financiadas
Para entender cómo los estados pueden acumular deuda y, al mismo tiempo, mantener presupuestos «equilibrados,» hay que examinar las trampas contables que se utilizan. Estas incluyen desde inflar supuestos de ingresos hasta retrasar el pago de facturas. Sin embargo, la trampa más importante tiene que ver con las pensiones y los beneficios para los empleados públicos que se jubilan.
Los gobiernos estatales suelen prometer pensiones generosas y beneficios adicionales para llevarse bien con los sindicatos y ganar votos. Pero en lugar de ingresar todo el dinero comprometido en fondos de pensiones, muchos gobiernos dedican estos recursos a financiar programas de gasto público, confiando en que el problema del pago de pensiones recaerá en las administraciones futuras. Esto ha llevado a una deuda de pensiones no financiadas que supera los 800,000 millones de dólares.
La Responsabilidad Financiera: Los Mejores y Peores Estados
Cabría pensar que todos los estados están en una situación crítica, pero no es así. Algunos han gestionado sus finanzas de manera más responsable que otros. Estados como Alaska, Dakota del Norte, Wyoming, Utah, Dakota del Sur, Idaho, Tennessee, Nebraska, Oregón e Iowa han logrado mantener cuentas ordenadas y garantizar su futuro financiero.
En el extremo opuesto, estados como Illinois, Connecticut y Nueva Jersey enfrentan situaciones fiscales alarmantes. El agujero fiscal de Nueva Jersey, por ejemplo, asciende a casi 200,000 millones de dólares, comparable a las economías de países como Nueva Zelanda o Perú.
Posibles Soluciones: Impuestos y Recortes
De cara al futuro, los estados endeudados tienen pocas opciones: aumentar los impuestos o recortar el gasto. Sin embargo, aumentar los impuestos puede dañar el potencial económico del estado y ahuyentar a los contribuyentes, especialmente a las grandes fortunas. Esto ya ha ocurrido en Connecticut, donde altos impuestos han llevado a la salida de grandes empresarios del estado.
En 2016, unas 600,000 personas se mudaron de los estados con impuestos más altos a aquellos con impuestos más bajos. Y con la reforma fiscal de Donald Trump, es probable que esta tendencia se acelere. El desafío es enorme, y encontrar una solución viable requerirá sacrificios y decisiones difíciles.
Conclusión: La Dualidad de la Economía Estadounidense
La economía de Estados Unidos está en auge, pero esta prosperidad viene acompañada de un alarmante endeudamiento. La sostenibilidad de este crecimiento depende de la capacidad del gobierno federal y de los gobiernos estatales para tomar en serio el control del déficit y la deuda pública. Sin equilibrio fiscal, el riesgo de crisis aumenta, y la carga de la deuda pública siempre acaba afectando de alguna manera a los ciudadanos.
Aunque Estados Unidos disfrute de un periodo de crecimiento económico, las sombras del endeudamiento y la falta de responsabilidad fiscal arrastran American Dream a un terreno peligroso. Para garantizar un futuro sólido y estable, la nación debe enfrentar estos desafíos con seriedad y compromiso.