¿Cómo podría Corea del Norte lanzar un ataque a Estados Unidos (y cualquier parte del mundo)?

Corea del Norte y su Avanzado Programa de Misiles Balísticos

Corea del Norte vuelve a ser el centro de la atención mundial con sus recientes pruebas de misiles balísticos. El país comunista, liderado por Kim Jong Un, ha reanudado su programa de misiles balísticos tras un paréntesis desde los encuentros diplomáticos entre Corea del Norte, Estados Unidos y Corea del Sur. Este reinicio de pruebas marca un cambio significativo en la política exterior y militar del país, con implicaciones potencialmente devastadoras para la región y más allá.

El Lanzamiento del Misil Hwasong-12

El 3 de octubre de 2022, Pyongyang lanzó un misil de rango intermedio, identificado como Hwasong-12, hacia el Océano Pacífico. Con una distancia de vuelo de aproximadamente 4.600 kilómetros y una altitud de 950 kilómetros, este lanzamiento no solo fue una demostración de fuerza militar, sino también un claro mensaje político: el tiempo del diálogo ha terminado y la doctrina Songun, que prioriza el ejército por encima de todo, ha regresado.

Este lanzamiento también demostró la capacidad de Corea del Norte para atacar la isla de Guam, un territorio estadounidense de importancia estratégica en Asia-Pacífico. Con una velocidad de Mach 17 (17 veces la velocidad del sonido), el misil mostró una capacidad alarmante que coloca a Pyongyang en una posición peligrosa y desafiante.

La Doctrina Songun: El Ejército Sobre Todo

Con el retorno de la doctrina Songun, Corea del Norte se embarca de nuevo en una política de confrontación directa con sus vecinos y los Estados Unidos. La doctrina Songun prioriza al ejército en todos los aspectos de la política del país, una decisión que, aunque perjudica la calidad de vida de los norcoreanos, fortalece el régimen de Kim Jong Un al aumentar su capacidad de disuasión.

La doctrina se basa en incrementar el costo de una intervención militar extranjera en Corea del Norte a través de la mejora de su arsenal nuclear y balístico. Esta estrategia ha llevado a Pyongyang a invertir entre el 20% y el 30% de sus recursos en su ejército, a pesar de ser uno de los países más pobres del mundo. Esta inversión se centra en el desarrollo de armas nucleares y misiles balísticos, descuidando otras áreas de la tecnología militar avanzada como tanques modernos o una flota aérea significativa.

El Programa Balístico Coreano del Norte: Un Vistazo a Su Avance

Desde finales de los años 80, Corea del Norte ha avanzado considerablemente en el desarrollo de su tecnología balística. Inicialmente, el país comunista basó sus misiles en la tecnología soviética SCUD, mejorando estos diseños para desarrollar los misiles Hwasong 5, 6 y 7. Sin embargo, para alcanzar mayores distancias, se necesitaban motores más eficientes, y Pyongyang respondió estableciendo las Fuerzas Estratégicas del Ejército Popular de Corea en 1999.

Desde entonces, el programa balístico norcoreano se ha diversificado, creando una nueva familia de misiles con capacidades significativas. Estos incluyen misiles de lanzamiento submarino, de corto alcance, de medio alcance, de alcance intermedio y los temidos misiles intercontinentales (ICBM), diseñados para llevar ojivas nucleares a miles de kilómetros.

Misiles de Corto Alcance: KN-23

Un ejemplo representativo del avance norcoreano es el misil KN-23. Este misil de combustible sólido, probado varias veces desde 2019, puede ser lanzado desde trenes, camiones o submarinos. Con un alcance probado de 430 kilómetros, tiene la capacidad de evadir sistemas antimisiles como el THAAD estadounidense mediante un lanzamiento más plano, menos carga y menor altura.

Misiles de Medio y Largo Alcance: Musudan y Hwasong-12

En los escalones de alcance medio e intermedio, Pyongyang ha puesto un especial énfasis. Misiles como el Musudan y el Hwasong-12 pueden alcanzar hasta 4.000 y 4.500 kilómetros, respectivamente, poniendo a Japón y Guam dentro de su alcance. Estos misiles, si están equipados con ojivas nucleares miniaturizadas, suponen una amenaza seria para las bases estadounidenses en la región.

Misiles Intercontinentales: Hwasong-14 y Hwasong-15

Los misiles que más preocupan a la comunidad internacional son los intercontinentales, particularmente el Hwasong-14 y el Hwasong-15. El primero ya está operativo y puede alcanzar hasta 10.400 kilómetros, suficiente para golpear la costa oeste de Estados Unidos. El Hwasong-15, aún en desarrollo, promete un alcance de hasta 13.000 kilómetros, permitiéndole atacar casi cualquier lugar del mundo.

Corea del Norte prueba estos misiles lanzándolos hacia altitudes extremadamente altas (hasta 4.500 kilómetros) y luego calculando el alcance que tendrían si se lanzaran en una trayectoria balística normal. Esto demuestra que los misiles norcoreanos pueden atacar territorio estadounidense, un hecho que preocupa especialmente si el régimen de Kim Jong Un logra miniaturizar sus ojivas nucleares.

La Disuasión: Un Seguro de Vida para el Régimen de Kim Jong Un

El régimen norcoreano ve su programa de misiles balísticos como un seguro de vida contra cualquier intervención extranjera. Al desarrollar armas nucleares y misiles balísticos eficientes, Pyongyang incrementa el costo de cualquier acción militar en su contra, disuadiendo a potenciales adversarios. Este enfoque, conocido como la política de disuasión, es llevado al extremo en Corea del Norte.

La construcción de armas nucleares, aunque parece sofisticada, no es tan cara como muchos creen. El programa nuclear norcoreano puede haber costado entre 1.100 y 3.200 millones de dólares, una cifra asumible incluso para un país tan pobre. La financiación de estos programas viene en gran medida de actividades ilegales, como el contrabando, el tráfico de drogas y la venta de equipos militares.

Los norcoreanos han creado redes clandestinas de producción de armas en diferentes puntos de África para abastecer a señores de la guerra y gobiernos de dudosa reputación, lo que explica en parte por qué las sanciones económicas no han detenido su desarrollo militar.

Conclusión

Corea del Norte ha hecho avances significativos en su programa de misiles balísticos y armas nucleares. Si bien esto incrementa su capacidad de disuasión frente a intervenciones extranjeras, también plantea serias amenazas a la estabilidad regional y global. La comunidad internacional enfrenta el desafío de gestionar este riesgo mientras busca formas de persuadir a Pyongyang para que vuelva a la mesa de diálogo.

La pregunta queda en el aire: ¿Cómo debe abordar la comunidad internacional el problema norcoreano? ¿Son las amenazas de Corea del Norte un riesgo real o una estrategia de disuasión para mantener su régimen a flote? Solo el tiempo lo dirá, pero está claro que el mundo debe estar preparado para cualquier eventualidad.

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