Razones detrás de la postura de China respecto a la situación de Putin en Ucrania
¿Hasta qué Punto Apoyará China a Rusia en la Guerra de Ucrania?
La invasión rusa de Ucrania ha suscitado innumerables interrogantes y, entre ellas, una de las más destacadas es: ¿Cuál será el papel de China en este conflicto? Esta cuestión no es trivial, dada la dimensión geopolítica que involucra a dos de las potencias más influyentes del mundo contemporáneo: China y Estados Unidos. En teoría, si China brindara un apoyo significativo a Rusia, el equilibrio de fuerzas podría verse alterado radicalmente. Sin embargo, existe una gran diferencia entre la teoría y la realidad. Para entender hasta qué punto Beijing podría involucrarse, primero debemos comprender la visión del gobierno chino respecto a la invasión de Ucrania.
La Postura Oficial de China
Antes del inicio de la invasión, China dio algunas señales de apoyo a Rusia. En diversas cumbres, China respaldó la oposición de Putin a la expansión de la OTAN. Además, en las primeras horas de la invasión, destacó públicamente que el conflicto era «complicado» y que las fuerzas rusas no atacarían a civiles. Estas declaraciones reflejaron una postura ambigua que resultó en una abstención de China en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar a Rusia.
Esta abstención sorprendió a muchos, dejándoles con la impresión de que China había abandonado a Rusia. Esta falta de un voto claro socavó la imagen de una alianza estrecha entre Xi Jinping y Vladimir Putin, quienes se han reunido aproximadamente 40 veces en los últimos años. Incluso, se especula que Putin esperó a que finalizaran los Juegos Olímpicos de Beijing para iniciar la invasión, en una especie de deferencia hacia China.
Antecedentes Históricos de las Relaciones Sino-rusas
La relación entre Rusia y China ha pasado por diversas etapas a lo largo de la historia. Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética lideró el bloque comunista con el apoyo de China. Sin embargo, tras la muerte de Stalin, las relaciones se deterioraron, llegando incluso a enfrentamientos armados en 1969.
Con la caída de la URSS, las relaciones mejoraron cuando ambos países crearon la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), que buscaba minimizar la influencia de Occidente en sus respectivas áreas. A pesar de los avances, China aún no utiliza sistemas alternativos como el CIPS (Cross-Border Interbank Payment System) con la misma capacidad que el SWIFT, el cual es usado por más de 11,000 instituciones en más de 200 países.
El Cambio en las Relaciones Económicas
En 2014, la anexión de Crimea por Rusia y las subsecuentes sanciones de Occidente llevaron a Putin a voltear hacia Oriente, incrementando significativamente el comercio con China. Para 2021, el comercio entre ambos países alcanzó un récord de 140,000 millones de dólares, con China siendo el principal mercado para las exportaciones rusas después de la Unión Europea. China compra principalmente petróleo, carbón, gas natural y armas a Rusia. Asimismo, empresas tecnológicas chinas como Huawei se preparan para desempeñar un papel crucial en el desarrollo de tecnologías como el 5G en Rusia.
Todo parecía ir sobre ruedas hasta que Putin decidió invadir Ucrania, lo que generó una situación incómoda para Beijing. China, perteneciendo al Consejo de Seguridad de la ONU, se vio forzada a votar en discusiones cruciales sobre el conflicto, optando nuevamente por abstenerse. Esta postura ha sido acompañada por críticas hacia la OTAN y Occidente, sin proporcionar un respaldo claro a Moscú.
La Política de Seguridad China en el Conflicto
Ante la invasión de Ucrania, China ha tratado de mantener una postura equilibrada, defendiendo la integridad territorial ucraniana y buscando una resolución mediante el diálogo, aunque justificando, en parte, las acciones rusas. Esto se debe a que China no tiene mucho que ganar con este conflicto; su atención parece estar dedicada a asuntos más cercanos, como la situación en Taiwán, donde ha aumentado la presión militar.
El Impacto Económico y el Aprendizaje Estratégico
La invasión de Ucrania ha servido para que Beijing observe y aprenda de las sanciones y las acciones occidentales contra Moscú. El impacto económico de estas sanciones podría llevar a China a reconsiderar su enfoque hacia posibles conflictos, particularmente la cuestión de Taiwán. El estatus de Taiwán es crucial para los intereses chinos, y un conflicto abierto podría desatar sanciones que serían devastadoras para la economía china, la cual aún depende significativamente de las importaciones en sectores estratégicos.
Además, las sanciones contra Rusia han puesto en evidencia la importancia del sistema financiero internacional y las reservas en dólares. China, siendo el mayor poseedor de reservas mundiales, podría estar tomando notas para evitar verse atrapada en una situación similar en el futuro.
Oportunidades y Desafíos Económicos
A pesar de la cautela exhibida por Beijing, la situación genera algunas oportunidades económicas que China podría aprovechar. La seguridad alimentaria es uno de los campos donde Beijing se ha movido rápidamente, levantando restricciones a las importaciones de trigo ruso en un contexto de creciente inestabilidad en los precios de los alimentos. Además, el gas es otro sector clave. Aunque Rusia aún no es su principal proveedor, proyectos como el Power of Siberia y el futuro gasoducto Soyuz Vostok podrían incrementar significativamente las importaciones de gas ruso a China.
Estas acciones demuestran que Beijing podría obtener condiciones favorables en sus tratos con Moscú, especialmente ahora que Rusia enfrenta un aislamiento internacional creciente. Sin embargo, la dependencia creciente de Rusia hacia China podría desequilibrar aún más las relaciones bilaterales, sometiendo al Kremlin a la diplomacia «sugar daddy» de Xi Jinping.
Conclusión
En términos políticos y militares, la invasión de Ucrania por parte de Rusia es principalmente un problema de Putin. A Beijing le interesa más observar y aprender de este conflicto para aplicarlo a sus propias estrategias futuras, especialmente en relación a Taiwán. Las sanciones y las acciones occidentales contra Moscú han mostrado nuevas facetas de la guerra moderna, donde el campo de batalla no es el único escenario de conflicto.
China se muestra cautelosa, evitando comprometerse profundamente en un conflicto que no le aporta beneficios directos y que podría desencadenar problemas adicionales. Mientras tanto, aprovecha para fortalecer su seguridad alimentaria y energética, asegurando condiciones favorables en sus tratos con un Kremlin cada vez más dependiente.