Las 4 Reveladoras Claves Detrás de la Caída de Afganistán
La Caída de Afganistán: Un Análisis Extenso de la Retoma Talibán
En un lapso sorprendentemente corto de poco más de 10 días, la República de Afganistán colapsó y los talibanes retomaron el poder. Solo una provincia, Panjshir, logró resistir la oleada insurgente, transformándose en el epicentro de una incipiente resistencia. Esta fulgurante ofensiva no solo puso en jaque al gobierno afgano, sino también a las fuerzas norteamericanas encargadas de la evacuación, sumiendo el país en un caos absoluto.
Un Retroceso Trágicamente Familiar
Después de 20 años, miles de vidas perdidas y más de 2.2 billones de dólares gastados según la Universidad de Brown, las imágenes de la humillante retirada de Vietnam se repitieron, aunque en una escala mucho mayor y más desastrosa. La pregunta candente, sin embargo, es ¿cómo pudieron los talibanes hacerse con el poder tan rápidamente?
Durante dos décadas, Estados Unidos invirtió más de 80,000 millones de dólares y miles de horas en la formación y equipamiento de las fuerzas de seguridad afganas. Con 350,000 unidades entre el ejército y la policía militarizada, la caída rápida del país desconcertó a la comunidad internacional. Según Joe Biden, las fuerzas americanas no deberían luchar en una guerra que las propias fuerzas afganas no estaban dispuestas a combatir. Esto dejó una sensación de traición y decepción profunda en muchos, incluso entre los propios afganos.
John W. Nicholson Jr., un general de cuatro estrellas que comandó las fuerzas estadounidenses en Afganistán entre 2016 y 2018, había asegurado que las fuerzas afganas estaban en el camino correcto. Sin embargo, a pesar de su optimismo, el ejército afgano que manejaba el 95% de las operaciones militares desde 2014 colapsó de manera abrupta.
Las Causas del Colapso: Cuatro Hipótesis Clave
Para entender completamente la derrota fulminante de Afganistán, debemos centrarnos en cuatro factores principales que, aunque complementarios, han contribuido decisivamente a esta debacle.
La Traición de Doha
Imaginemos por un momento ser el Presidente de los Estados Unidos después de 20 años de combate, miles de bajas y un gasto exorbitante en una guerra que parece inalcanzable. Aquí es donde entra en juego el Acuerdo de Doha. En 2018, el gobierno de Trump solicitó a Pakistán liberar al Mullah Abdul Ghani Baradar para comenzar las negociaciones. Resultado: en febrero de 2020, se firmó el Acuerdo de Doha, que esencialmente delineó un calendario para la retirada de tropas a cambio de que los talibanes no atacaran las fuerzas internacionales y evitaran albergar grupos terroristas.
El acuerdo permitió a los talibanes reagruparse y planificar su avance sin temor a bombardeos estadounidenses. Este acuerdo político dejó a las fuerzas afganas sin el apoyo crucial de Estados Unidos, lo cual facilitó el colapso rápido del ejército afgano. Además, la oportunidad de explotar los recursos minerales de Afganistán y asegurar proyectos de infraestructura energética como el gasoducto TAPI se percibían como incentivos geoeconómicos para retirar las tropas y salir del conflicto.
Saqueo y Corrupción
No es la primera vez que el ejército afgano se disuelve ante un ataque insurgente. Casos anteriores como los de las provincias de Kunduz y Helmand lo demuestran. La corrupción masiva, el saqueo y la desmotivación crónica caracterizaban a las fuerzas de seguridad afganas. A pesar de la inversión colosal en el ejército afgano, los sueldos de los soldados eran ínfimos, la munición escaseaba y las herramientas de combate se vendían en el mercado negro.
Los soldados afganos se veían a menudo atrapados entre la espada y la pared de los talibanes, quienes ofrecían plata o plomo: rendirse y recibir suministros, o morir. Esta estrategia, acompañada por la corrupción endémica que drenaba los recursos destinados al ejército, resultó en un debilitamiento fatal y una huida masiva. La desmotivación y la falta de incentivos también jugaron su papel: un ejército mal pagado, mal entrenado y mal equipado no podía resistir la ofensiva implacable de los talibanes.
Errores Tácticos y Estratégicos
La formación de un ejército moderno en Afganistán fue una tarea monumental. Los errores tácticos y estratégicos de Estados Unidos, especialmente en los primeros años de la guerra, contribuyeron al fracaso a largo plazo. Por ejemplo, cuando George W. Bush y Donald Rumsfeld rechazaron las ofertas de salida política de los talibanes y mantuvieron una fuerza de seguridad ridículamente pequeña para un país tan vasto y complejo, sentaron las bases para el colapso futuro.
La incapacidad para crear un ejército autosuficiente significó que, con la retirada de las fuerzas estadounidenses, el ejército afgano quedó sin respaldo, sin motivación y sin los recursos necesarios para operar de manera efectiva.
El Papel de Pakistán
Finalmente, no podemos ignorar la influencia de Pakistán en la victoria talibán. Se alega que Pakistán ha entrenado, equipado y facilitado apoyo logístico a los talibanes, permitiéndoles operar como una fuerza mucho más organizada y efectiva de lo que se podía esperar. Este apoyo tenía motivaciones estratégicas: controlar Afganistán y contrarrestar la influencia de India en la región.
Conclusión: Un Fiasco Geopolítico
La caída de Afganistán y la victoria talibán no solo resaltan el fracaso de décadas de intervención militar y planes de desarrollo por parte de los Estados Unidos, sino que también proyectan una sombra de duda sobre la capacidad de manejar conflictos en el extranjero de manera efectiva. Las imágenes del caos y la desorganización serán una mancha indeleble en la administración Biden y en la historia reciente de Estados Unidos.
Con el futuro de Afganistán ahora bajo la gobernanza talibán, las incertidumbres sobre la resistencia interna, el papel de las potencias internacionales y el desarrollo socioeconómico del país siguen en plena vigencia. La historia de esta tragedia geopolítica aún no ha terminado, y todos los ojos están puestos en los próximos pasos de un país desolado por la guerra y la corrupción.