Las Razones del Fracaso del Capitalismo en Rusia que Nadie te Ha Contado
¿Es Rusia un País Capitalista? Desentrañando el Verdadero Sistema Económico Ruso
Hace más de 30 años que la Unión Soviética se disolvió, marcando el fin de una era comunista. Desde entonces, Rusia ha transitado en un camino que muchos creen que la llevaría al capitalismo. No obstante, ¿es realmente así? En este artículo, vamos a explorar si Rusia puede ser considerada un país capitalista y cómo ha evolucionado su economía desde los tiempos soviéticos hasta la actualidad.
El Ecosistema Económico de Rusia: Entre el Comunismo y el Capitalismo
La pregunta central aquí es: ¿podemos considerar a Rusia como un país capitalista? Aunque Rusia abandonó el sistema comunista, aún queda por ver si ha adoptado un mercado libre comparable al de Estados Unidos o Europa. Pero antes de adentrarnos en esta cuestión, es crucial entender el contexto histórico y la situación actual del país.
La Percepción de Modernidad en Rusia
Una visita superficial a Moscú podría ofrecer la impresión de estar en una ciudad moderna y europea. Sin embargo, Rusia es vasta y heterogénea. Fuera de las grandes ciudades, encontramos regiones como Karelia y Osetia del Norte, cuyo PIB per cápita se asemeja más al de Libia o Djibouti que al de una nación desarrollada. A pesar de ser un gigante de recursos naturales, con gas y petróleo en abundancia, poco de esta riqueza alcanza a sus ciudadanos.
La Herencia Soviética y el Descontento Actual
Vladimir Putin expresó acertadamente la nostalgia soviética diciendo: «Quien no eche de menos la Unión Soviética, no tiene corazón. Quien quiere que vuelva, no tiene cerebro». Este sentimiento de pérdida no es solo emocional; muchos se preguntan si su vida no era mejor durante el comunismo. La falta de libertad y democracia solo agrava el discontento, donde la oposición a Putin puede resultar en cárcel o, peor aún, envenenamiento, como ilustra el caso de Alexei Navalny.
Una Transición Económica Fallida
Para comprender la situación actual, debemos retroceder al comienzo de la era post-soviética. Boris Yeltsin, la figura central en los primeros años de la nueva Rusia, aceleró la transición de una economía centralizada a una de mercado. Sin embargo, este cambio abrupto trajo consigo numerosos problemas. El fin de los precios controlados y la apertura al comercio mundial causaron una hiperinflación devastadora. Los salarios y pensiones apenas se ajustaron, sumiendo a la mayoría en la pobreza.
El Auge de los Oligarcas y la Corrupción
Uno de los mayores problemas en la transición al capitalismo fue la corrupción. Yeltsin intentó privatizar las empresas estatales, pero este proceso fue tan corrupto que los oligarcas acabaron haciéndose con el control de las mismas. El resultado fue una economía sumida en la desigualdad y una población cada vez más empobrecida.
El Colapso Financiero de 1998 y la Resiliencia Económica
En 1998, Rusia experimentó una crisis financiera que devaluó enormemente el rublo. Sin embargo, esta crisis también representó un punto de inflexión. Una moneda débil permitió a las empresas ganar competitividad, y la economía rusa comenzó a recuperarse. Las reformas de Yeltsin empezaron a dar fruto y el periodo entre 1999 y 2008 vio un crecimiento económico sostenido, en gran parte impulsado por los altos precios del petróleo.
La Era de Putin y el «Capitalismo de Amiguetes»
Con la entrada de Vladimir Putin en el poder, la economía continuó su trayectoria de crecimiento. Putin tomó decisiones económicas acertadas en sus primeros años, simplificando los impuestos y manejando prudentemente los ingresos petroleros. Sin embargo, el caso Yukos marcó un punto de inflexión. La nacionalización de Yukos y el encarcelamiento de su dueño, Mijaíl Jodorkovski, señalaron la guerra de Putin contra los oligarcas. Esta guerra, sin embargo, no creó un sistema capitalista saludable, sino que simplemente reemplazó a la clase oligárquica anterior por una nueva, los «silovikí».
El Impacto de los Silovikí en la Economía Rusa
Los silovikí, compuestos principalmente por ex-agentes del KGB y militares, asumieron el control de las principales empresas del país. Empresas como Rosneft están ahora dirigidas por personas cercanas a Putin, lo que perpetúa un sistema de «capitalismo de amiguetes». Este modelo económico carece de competencia real y se mantiene a través de la represión política y la corrupción.
Historias de Represión Económica
La historia de Igor Pushkarev y Vladimir Yevtushenkov ilustra perfectamente la naturaleza opresiva del sistema económico ruso. Pushkarev fue arrestado por desafiar al candidato del Partido de Putin, mientras que Yevtushenkov fue forzado a vender su empresa por presión del Estado. Estos incidentes reflejan cómo el sistema económico ruso es moldeado para beneficiar a aquellos que están en buenos términos con el Kremlin.
El Futuro Económico de Rusia
Rusia ha intentado modernizar su economía enfocándose en tecnología más que en abrir sus mercados y mejorar la seguridad jurídica. Sin embargo, el régimen autoritario de Putin y su agresiva política exterior complican cualquier avance económico sostenido. La pregunta que queda por responder es: ¿qué depara el futuro para Rusia y los silovikí? ¿La historia se repetirá con otro colapso del sistema?
Conclusión
Rusia es un país complicado con una economía que desafía las categorizaciones simples. Aunque oficialmente se ha alejado del comunismo, su sistema económico actual está lejos de ser un mercado libre y competitivo. En su lugar, hemos visto una economía dirigida por relaciones personales y lealtades políticas más que por las fuerzas del mercado. El futuro de Rusia, y su capacidad para evolucionar hacia un auténtico sistema capitalista, sigue siendo incierto.