¿Por qué Bangladesh Dice No a la Banca Islámica?
El Enigma de la Banca Islámica en Bangladesh
Bangladesh, conocido globalmente por ser el tercer país más grande del mundo musulmán y por su acelerado crecimiento económico, es un lugar de contrastes y complejidades. Presidido por la única mujer en un país islámico, Sheikh Hasina, Bangladesh es hogar de figuras tan destacadas como Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz y pionero de los microcréditos. A pesar de estos impresionantes logros, el país enfrenta desafíos únicos, uno de los cuales es la cuestión de la banca islámica. Este fenómeno financiero sigue las estrictas normas del Islam y ha ganado popularidad en un país donde solo uno de cada tres ciudadanos tiene cuenta bancaria. Sin embargo, esta popularidad también ha atraído la atención y desconfianza del gobierno de Hasina. En este artículo, exploraremos qué es la banca islámica, por qué genera tanto debate y qué implicaciones tiene para el futuro de Bangladesh.
¿Qué es la Banca Islámica?
Para entender las raíces de la banca islámica, primero debemos comprender cómo funciona un banco convencional. Imaginemos que depositamos 1000 dólares en una cuenta de ahorro en un banco occidental. A cambio, el banco nos ofrece una tasa de interés, digamos del 3%. Esta rentabilidad es posible porque el banco presta nuestro dinero a otras personas o empresas, cobrando intereses sobre esos préstamos. Sin embargo, según la sharía (ley islámica), este sistema es considerado ilícito. Prestar dinero con intereses se clasifica como usura, algo que el Islam prohíbe categóricamente.
Entonces, ¿cómo operan los bancos islámicos? Principalmente de dos maneras. Primero, cobran comisiones por guardar el dinero, sin ofrecer intereses tradicionales, sino pequeños regalos simbólicos conocidos como HIBAB. Segundo, generan ingresos a través de la compra y reventa de bienes, cobrando una plusvalía. Por ejemplo, en la compra de una casa, el banco adquiere la propiedad y luego la revende a un precio más alto. Si el comprador no puede completar los pagos, el banco revende la casa y comparte las ganancias.
Restricciones y Normativas
Los bancos islámicos no pueden invertir en lo que se considera «actividades impuras» como el tabaco, la producción de armas o la pornografía. Existe una guía específica, el Dow Jones Islamic Markets, que incluye más de 1400 valores permitidos para inversiones. Así, los bancos islámicos han ganado una sólida reputación de transparencia y buenas prácticas en el mundo musulmán, especialmente en Bangladesh, donde representan casi el 20% del mercado financiero.
La Banca Islámica en Bangladesh
La banca islámica debutó en Bangladesh en 1983, impulsada por fondos saudíes y kuwaitíes que establecieron el Islami Bank. Este banco jugó un papel crucial en la transformación del país de una economía agrícola a uno de los mayores productores textiles del mundo. Hoy en día, el sector textil representa el 80% de las exportaciones del país, y el Islami Bank es el principal banco del país. No obstante, el creciente poder e influencia de esta banca han generado tensiones con el gobierno de Sheikh Hasina.
Desafíos y Control Gubernamental
El Banco Central de Bangladesh ha decidido no emitir más licencias para bancos islámicos, argumentando la necesidad de una mayor regulación. Al mismo tiempo, el gobierno ha intensificado las inspecciones y auditorías en las oficinas del Islami Bank, en un intento de vigilar y controlar más de cerca sus actividades. Esta intervención ha sido justificada oficialmente como una medida para combatir el financiamiento del terrorismo, dada la creciente preocupación por el extremismo islámico en el país. Sin embargo, muchos sospechan que la verdadera motivación detrás de estas acciones es política.
La Lucha por el Poder
Para Sheikh Hasina, mantener el control es crucial, y no es una sorpresa que desconfíe de instituciones con grandes influencias económicas que no están alineadas con su administración. En enero, Hasina intervino directamente en el Islami Bank, sustituyendo a su equipo directivo por personas afines a su gobierno. Desde entonces, la lista de préstamos del banco ha aumentado drásticamente, lo cual ha suscitado preocupaciones sobre la falta de criterios de riesgo adecuados.
La intervención ha llevado a inversores de Arabia Saudita y Kuwait a reducir sus participaciones en el banco, temiendo por la seguridad de sus inversiones. No es la primera vez que Hasina enfrenta a figuras poderosas del sector financiero. Entre sus opositores más conocidos está Muhammad Yunus, a quien destituyó de su puesto en el banco Grameen. Yunus había sido percibido como una posible amenaza política y, además, fue acusado de influir en decisiones cruciales de organismos internacionales, como el Banco Mundial.
¿Banca Islámica o Terrorismo?
Las acusaciones de financiar terrorismo contra la banca islámica en Bangladesh han aumentado, pero muchos argumentan que se trata de una excusa para justificar la intervención gubernamental. La banca islámica también ha sido vista como un refugio transparente y libre de corrupción, lo que podría ser una amenaza para un gobierno que prefiere mantener un control estricto. Así pues, la pregunta que queda en el aire es si Bangladesh debería permitir que la banca islámica opere con total normalidad o si las regulaciones son necesarias para garantizar la estabilidad y seguridad del país.
Conclusión
El tema de la banca islámica en Bangladesh está lleno de complejidades y disputas políticas. A medida que avanzamos, será crucial observar cómo el gobierno y las instituciones financieras responden a estos desafíos. La banca islámica, con su creciente popularidad y sistema único, representa tanto una oportunidad como un desafío para el país. Ya sea que las preocupaciones sean económicas o políticas, lo cierto es que la banca islámica está en el centro de un debate que podría definir el futuro financiero y social de Bangladesh. La lucha por el control y la influencia en este sector nos recuerda la delicada intersección entre religión, economía y política en uno de los países más fascinantes del mundo musulmán.