¿Por qué Australia Desafía a China Mientras Corea Sigue un Rumbo Diferente?

Australia y Corea del Sur: Dos Caminos Diferentes hacia China

Australia y Corea del Sur, a pesar de estar geográficamente distantes, tienen varios puntos en común. Ambos países son aliados estratégicos de los Estados Unidos y desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la influencia estadounidense en la región de Asia-Pacífico. Esta región se ha convertido en el principal eje de la actividad económica mundial. Sin embargo, la relación de ambos países con China ha comenzado a divergir significativamente, lo que plantea una pregunta clave: ¿Cómo deben relacionarse las naciones con China?

Un Pasado Común, un Futuro Divergente

Durante la Guerra de Corea, australianos y surcoreanos lucharon juntos contra la invasión de Corea del Norte, apoyada por un millón de soldados chinos. Desde entonces, ambos países han sido parte del bloque político, económico y militar liderado por Estados Unidos.

En las últimas dos décadas, la creciente influencia de la República Popular de China ha generado grandes grietas en la posición de estos dos países. China, con su peso económico, político y militar en aumento, está transformando la región de Asia-Pacífico y resquebrajando los modelos homogéneos en política exterior de varias naciones. Australia y Corea del Sur, que históricamente han compartido posturas similares, ahora abordan sus relaciones con China de formas muy diferentes.

Dependencia Económica de China

La dependencia económica tanto de Australia como de Corea del Sur respecto a China es considerable. Aproximadamente el 30% de las exportaciones australianas tienen como destino al gigante asiático, un porcentaje incluso superior al 25% de Corea del Sur. Además, los chinos también son sus principales turistas. En 2019, alrededor de 6 millones de chinos visitaron Corea del Sur, representando casi el 35% del total de turistas. En Australia, cerca de un millón y medio de turistas proceden de China. La inversión extranjera china en ambos países es cada vez mayor, contribuyendo a un vínculo económico muy fuerte.

Australia: Un Aliado Firme de EE.UU.

A pesar de que China es el mayor socio comercial de Australia, este país se ha mantenido estrechamente alineado con los intereses de Washington en la región. La relación entre Pekín y Canberra no pasa por su mejor momento, y esto es evidente en varias áreas:

  • Las empresas chinas han tomado control de infraestructuras clave en Australia, lo que genera desconfianza y preocupación por la seguridad nacional.
  • Las tensiones comerciales entre ambos países han llevado a la imposición de aranceles y boicots.
  • Australia ha sido muy crítica con la política de Xi Jinping respecto a la pandemia de COVID-19 y otros temas sensibles, como Hong Kong y la construcción de islas artificiales en el mar de la China Meridional.

Todo esto ha llevado a una opinión pública australiana muy negativa hacia China. Según el Pew Research Center, el 81% de los australianos tiene una mala imagen de China y el 79% no confía en las intenciones del gobierno chino.

Corea del Sur: Equilibrio Frágil

Corea del Sur, por otro lado, ha adoptado una postura más pragmática. La relación entre Corea del Sur y China es una de «cal y arena». Aunque China ha pasado de ser un enemigo durante la Guerra de Corea a convertirse en el principal socio comercial y emisor de turistas para Corea del Sur, la situación no es del todo ideal.

En 2017, la instalación del escudo antimisiles THAAD (Terminal High Altitude Area Defense) en Corea del Sur con el beneplácito de Seúl provocó una enérgica respuesta de Pekín. China impuso un boicot masivo contra productos coreanos y frenó el turismo hacia Corea del Sur. Negocios coreanos en China sufrieron pérdidas millonarias y las marcas coreanas fueron atacadas. Sin embargo, desde entonces, el gobierno surcoreano ha evitado confrontar directamente a China en temas internacionales, prefiriendo mantener un perfil más bajo.

Un Balance Difícil de Mantener

Corea del Sur enfrenta un equilibrio complicado entre su economía, su alianza con Estados Unidos y la opinión pública. Las empresas surcoreanas dependen en gran medida del mercado chino, tanto para ventas como para producción.

Si Corea del Sur enfadara a Pekín, podría enfrentar aranceles y restricciones que afectarían gravemente a sus conglomerados empresariales. A pesar de esta dependencia, la mayoría de los surcoreanos tienen una opinión negativa de China. Según estudios, el 83% de los surcoreanos tienen una visión desfavorable de Xi Jinping y el 76% tienen una imagen negativa de China como país.

Conclusión: Dos Estrategias Distintas

Mientras Australia ha optado por alinearse firmemente con Estados Unidos y criticar abiertamente a China, Corea del Sur ha tomado una postura más cautelosa y pragmática frente al gigante asiático. Ambas estrategias tienen sus riesgos y beneficios. La pregunta que surge es: ¿Qué camino es el mejor? Debe priorizarse el pragmatismo económico, como lo hace Corea del Sur, o es mejor adoptar una postura más crítica y alineada con los valores occidentales, como Australia?

En última instancia, cada país debe decidir su enfoque en función de sus prioridades y circunstancias específicas. Lo que queda claro es que la relación con China es una cuestión compleja y multifacética que seguirá siendo un tema central en la política internacional de estas naciones.

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