Cómo la Crisis de Vivienda Conecta Barcelona y Estocolmo: Una Mirada Profunda
El imparable aumento de los precios de los alquileres
En diversas ocasiones, hemos discutido con nuestros amigos el motivo por el cual los precios de los alquileres siguen subiendo. Es un asunto que trasciende fronteras y afecta tanto a residentes de Madrid como de Los Ángeles o Ciudad de México. Este fenómeno global plantea una pregunta relevante: ¿Es realmente un problema o algo natural? Comprender las razones detrás de este aumento es crucial para buscar soluciones viables.
La realidad de los alquileres elevados
En muchas de las ciudades más grandes del mundo, el aumento de los alquileres ha sido significativo. Por ejemplo, en los últimos tres años en Los Ángeles, los alquileres han subido un 15%. Si bien esto puede no ser un gran problema para aquellos con altos ingresos, el panorama cambia para un empleado promedio. Imaginemos a un trabajador de tienda en Los Ángeles que gana 2000 dólares al mes. Un apartamento de 50 metros cuadrados en la zona más económica costaría alrededor de 1200 dólares, lo que representa el 60% de su sueldo. Esto deja poco margen para otros gastos básicos como comida y ropa, y prácticamente imposibilita el ahorro.
Según diversos estudios, lo ideal es que la vivienda represente un tercio de los ingresos. Sin embargo, muchos trabajadores están al borde de la pobreza, y un aumento en el alquiler podría llevarlos a la bancarrota. Esta situación es palpable en lugares como Los Ángeles, donde la población sin hogar ha incrementado dramáticamente hasta alcanzar las 36,000 personas.
La paradoja de la vivienda en la era moderna
Vivimos en un mundo donde la tecnología ha abaratado muchos bienes de consumo. Un ejemplo claro es el transporte aéreo, que en los años 70 era inaccesible para la mayoría de los estadounidenses. Un vuelo de Los Ángeles a Nueva York costaba lo equivalente a 1500 dólares de hoy en día, mientras que ahora puedes conseguirlo por unos 200 dólares. Sin embargo, esta tendencia no se ha reflejado en el mercado inmobiliario. Comprar o alquilar una vivienda sigue siendo igual de complicado, e incluso más, que para generaciones pasadas.
El mercado inmobiliario actual sitúa a muchas personas en situaciones precarias. En 2019, hay personas en Estocolmo viviendo en apartamentos de 15 metros cuadrados. Incluso, algunas parejas que deciden divorciarse deben esperar varios meses porque resulta extremadamente complicado encontrar vivienda para el cónyuge que se marchará.
Factores detrás del aumento de los alquileres
La teoría económica básica nos dice que los precios están determinados por la oferta y la demanda. La población mundial ha crecido considerablemente en las últimas décadas. Por ejemplo, hace solo 10 años, la población de Estados Unidos era de 300 millones, y en menos de una década ha sumado 27 millones más. Sin embargo, no todas las ciudades crecen al mismo ritmo. Ciudades prósperas como Los Ángeles, Nueva York y San Francisco han visto un aumento considerable en la demanda de viviendas.
El verdadero problema radica en la dificultad para incrementar la oferta de viviendas de manera rápida. Mientras que Arabia Saudita puede aumentar la producción de petróleo de un mes para otro, construir un edificio requiere años. La construcción de viviendas también es costosa y ofrece márgenes de beneficio relativamente bajos, alrededor del 3%. Para 2025, California necesitaría construir 3.5 millones de unidades adicionales para cerrar su brecha inmobiliaria.
El rol de la regulación y los permisos de construcción
A pesar de la alta demanda, no se construyen suficientes viviendas debido a la normativa y los permisos requeridos. En Los Ángeles, por ejemplo, obtener un permiso para construir una casa puede tardar hasta 3 años, dependiendo del barrio. Los ayuntamientos son los encargados de decidir dónde y cómo se puede construir, basándose en el crecimiento poblacional y otras variables.
Además, el aumento de hogares unipersonales y las tasas de divorcio también incrementan la demanda de viviendas. Una pareja casada ocupa una sola vivienda, pero si se divorcian, necesitarán dos. Aunque la población no crece, la demanda de viviendas se duplica.
Estrategias y políticas para enfrentar el problema
Algunas propuestas sugieren la construcción masiva de nuevas viviendas, mientras que otras abogan por la liberalización del mercado inmobiliario. Sin embargo, muchas ciudades europeas han optado por controlar los precios de los alquileres. Pero, ¿es esta una solución efectiva?
El ejemplo de Estocolmo
Suecia es conocido por su generoso estado del bienestar y su economía abierta, atractiva para empresas innovadoras como Spotify. Sin embargo, la situación del mercado inmobiliario ha dificultado la contratación de talento extranjero. En Estocolmo, encontrar un apartamento es una tarea monumental; los alquileres son altos y los contratos a largo plazo son una rareza. Un sueldo de 2900 euros al mes puede no ser suficiente para cubrir la mitad del alquiler de un apartamento pequeño.
El origen de este problema data de los años 50 cuando el gobierno socialdemócrata construyó más de un millón de viviendas de protección oficial. Aunque esta medida permitió a muchos suecos vivir con alquileres asequibles, la situación cambió en los años 90 con una crisis económica que impidió la construcción de nuevas viviendas.
En Suecia existen dos tipos de alquileres: el de primera mano, que son viviendas de protección oficial con largas listas de espera, y el alquiler de segunda mano, controlado por comunidades de vecinos que pueden limitar las renovaciones de contratos. Esta regulación genera una segmentación del mercado que afecta tanto a suecos como a inmigrantes, quienes terminan concentrados en barrios menos favorables.
La solución de Viena
En contraposición, Viena ofrece un modelo interesante con su programa de vivienda pública. Tras la II Guerra Mundial, la ciudad reconstruyó su parque de viviendas y las alquiló con condiciones favorables. Hoy en día, el 80% de los habitantes de Viena vive de alquiler y el 60% de estos en viviendas de protección oficial. Los contratos de alquiler son vitalicios y hereditarios, ofreciendo mucha seguridad al inquilino.
Sin embargo, mantener este sistema requiere una inversión significativa. Viena gasta alrededor de 600 millones de euros anuales en viviendas sociales, mientras que Alemania con una población mucho mayor, solo gasta 400 millones. Aunque este modelo tiene desventajas como la limitada libertad de elección y dependencia del ayuntamiento para la construcción de nuevas viviendas, ha demostrado ser efectivo hasta ahora.
Reflexiones finales y posibles adaptaciones
El modelo de Viena plantea si es posible combinar el control estatal con elementos de libre mercado para mejorar la situación de los alquileres. La pregunta que queda en el aire es si otras ciudades pueden adoptar prácticas similares y si los ciudadanos estarían dispuestos a vivir siempre de alquiler bajo condiciones ventajosas.
El desafío de los alquileres elevados es complejo, multidimensional y requiere respuestas adaptadas a cada contexto local. Ya sea mediante la liberalización del mercado, la regulación de los precios o la inversión masiva en viviendas sociales, la colaboración entre el sector público y privado parece ser la clave para encontrar un equilibrio que beneficie a todos.