El Comienzo en el Sur de Líbano: Episodio 1 – Una Nueva Aventura
El Despertar Chií y la Formación de Hezbolá
El Líbano de finales de los años 60 se destacaba como una de las sociedades más ricas y avanzadas de Oriente Próximo. Sin embargo, esta riqueza convivía con profundas divisiones religiosas, con una población compuesta por cristianos, musulmanes chiítas y musulmanes sunitas. Esta heterogeneidad estuvo a punto de provocar una guerra civil en un contexto marcado por el auge del conflicto árabe-israelí. En aquel periodo, los clérigos chiítas comenzaban su formación en ciudades sagradas como Naif y Com antes de regresar al Líbano, encendiendo lo que se conoció como el «despertar chií». Este movimiento buscaba despertar la conciencia de una comunidad chií que hasta entonces había sido pasiva y marginada de los asuntos del país.
El Estallido de la Guerra Civil Libanesa
En 1975, estalla la guerra civil en el Líbano, enfrentando a cristianos, musulmanes sunitas y musulmanes chiítas. En este contexto, en 1976, Hafez al-Ásad, gobernador de Siria, ordena la ocupación de parte del Líbano. En 1982, Israel lanza la operación «Paz para Galilea», una ofensiva masiva que alcanza hasta la capital libanesa, Beirut, ocupando buena parte del sur del país. Paradójicamente, esta ocupación israelí no fue vista con malos ojos por algunos chiítas y cristianos maronitas libaneses, ya que consideraban que los palestinos habían desestabilizado la región.
El Surgimiento de Hezbolá
A lo largo del conflicto, emergerían varias guerrillas, destacándose dos: Amal, apoyada sobre todo por Siria, y Hezbolá, apoyada por la Guardia Revolucionaria de Irán. En 1979, los ayatolás chiítas habían establecido una República Islámica en Irán, con uno de sus objetivos principales siendo la destrucción del Estado de Israel. En este contexto, Hezbolá se fundó el 16 de febrero de 1985, declarando su objetivo de ser la vanguardia de Irán y enfrentándose a enemigos como los falangistas cristianos maronitas, Francia, Israel y Estados Unidos.
Estrategias y Tácticas de Hezbolá
Durante la guerra civil y su enfrentamiento con Israel, Hezbolá adoptó tácticas clásicas de guerrilla, incluyendo emboscadas, trampas explosivas y atentados suicidas. En 1983, un atentado suicida contra barracones de Estados Unidos en Líbano resultó en 240 muertos, forzando la retirada estadounidense del país. En 1987, Hezbolá lanzó masivos asaltos contra fortificaciones israelíes, inspirándose en las «oleadas humanas» de la guerra Irán-Iraq. Aunque esta táctica demostró ser costosa e ineficaz, impulsó a Hezbolá a reconsiderar su enfoque, adoptando el uso de misiles antitanque y fortificaciones defensivas.
Adaptaciones y Confrontaciones
Israel respondió a las nuevas tácticas de Hezbolá con operaciones como «Ley y Orden», realizando ataques masivos con apoyo aéreo y terrestre. Sin embargo, la resistencia de Hezbolá fue notable, fortificando áreas como el pueblo de Ma’oun, convirtiéndolas en fortalezas inexpugnables. A principios de los 90, la percepción israelí subestimó a Hezbolá, tratándolo como una guerrilla desorganizada. Sin embargo, bajo el liderazgo de Musawi y luego de Hassan Nasrala, Hezbolá se transformaba gradualmente en una organización militar más estructurada y profesional.
Hezbolá en la Década de los 90
En los años 90, Hezbolá intensificó sus ataques, pasando de 19 ataques en 1990 a 399 en 1995. Simultáneamente, eliminaron espías israelíes dentro de su organización, dejando a la inteligencia israelí sin objetivos claros. Israel respondió agilizando su ciclo de inteligencia para maximizar los blancos de oportunidad. Durante este periodo, Hezbolá también adoptó el uso de cohetes para imponer costos a Israel y construir un arsenal que se convertiría en su distintivo.
En 1992, el líder de Hezbolá, Musawi, fue asesinado por Israel, lo que posiblemente impulsó su transformación militar bajo Nasrala. La llegada de Nasrala profundizó la organización de Hezbolá, estableciendo ingenieros para fortificaciones, unidades de transmisiones, artillería de corto y largo alcance y un estado mayor para planificar sus estrategias. Pero la percepción israelí continuó viéndolos como una guerrilla más que como un ejército convencional.
Principios Tácticos de Hezbolá
Hezbolá, bajo Nasrala, desarrolló principios tácticos que incluían obtener el efecto sorpresa, realizar operaciones de «muerde y huye», atacar solo cuando el éxito era asegurado y proteger a sus tropas como prioridad. Estos métodos reflejaban una aversión a las bajas similar a la de Israel, con la diferencia de que perdidas significativas podrían significar el fin de la organización para Hezbolá.
La Respuesta Israelí y el Futuro de Hezbolá
Israel intentó adaptarse desarrollando nuevas unidades de combate y estrategias para contrarrestar la amenaza de Hezbolá, pero las fracturas internas entre quienes buscaban la paz y quienes deseaban una ocupación prolongada complicaron la consecución de objetivos claros. A finales de los 90, la presión pública y la creciente sofisticación de Hezbolá obligaron a Israel a reconsiderar su presencia en el Líbano.
La evolución de Hezbolá desde una guerrilla a un ejército estructurado y profesional ilustra la dinámica de adaptación y respuesta en conflictos prolongados. La capacidad de conceptualizar adecuadamente la naturaleza del adversario es crucial para desarrollar tácticas efectivas y evitar errores estratégicos. La historia de Hezbolá y su relación con Israel continuará siendo un capítulo crucial en la geopolítica de Oriente Próximo.
Reflexiones Finales
Análisis como este no son comunes y proporcionan una mirada profunda a la evolución de Hezbolá en el contexto de su lucha contra Israel. Es importante considerar cómo los movimientos de resistencia pueden transformarse y adaptarse, y cómo las percepciones y respuestas de los oponentes pueden influir en el desarrollo del conflicto. La historia de Hezbolá es un recordatorio de la complejidad de las guerras asimétricas y la importancia de entender la naturaleza multifacética de los adversarios en un conflicto cambiante.