La Alarma de la Violencia Policial en Colombia: Entiende las Raíces del Problema
Las Protestas en Colombia: Antecedentes y Análisis Profundo
Colombia ha sido escenario de intensas protestas que han captado la atención del mundo entero. Estas manifestaciones, inicialmente motivadas por una polémica reforma tributaria, han derivado en una crisis de violencia y un debate nacional sobre el papel de la policía y el ejército. En este artículo, desgranaremos los factores subyacentes a estas protestas, analizaremos los enfrentamientos violentos y exploraremos la Doctrina Damasco, un enfoque militar que, sorprendentemente, tiene mucho que ver con la situación actual en Colombia.
Contexto Histórico y Económico de Colombia
Colombia es un país con dos caras muy distintas. Por un lado, es conocido por problemáticas como el narcotráfico, el terrorismo y la pobreza. Sin embargo, también es una de las economías más estables de Latinoamérica. Este país ha mantenido un historial crediticio impecable desde 1930 y ha evitado la hiperinflación que afecta a otras naciones de la región.
Desafortunadamente, la pandemia del COVID-19 trajo consigo una catástrofe económica sin precedentes, y el gobierno de Iván Duque decidió aumentar los impuestos para paliar los efectos financieros. Este aumento de impuestos provocó las protestas masivas que, inicialmente, se centraron en la reforma tributaria, pero que evolucionaron hacia una crítica generalizada del sistema político y social colombiano.
El Sistema Tributario Colombiano: Fuente de Desigualdad
Para entender el origen de las protestas, es fundamental comprender el complejo panorama fiscal de Colombia. A pesar de tener una población de más de 50 millones de personas, en 2020, sólo 1.6 millones pagaban impuestos sobre la renta. Esto se debe principalmente a la pobreza y a una economía sumergida que comprende el 54% de la actividad económica.
El 67% de los colombianos gana menos de 140 euros al mes, lo que dificulta enormemente la recaudación de impuestos. Para compensar, el gobierno grava los productos de consumo con un 19% de IVA y mantiene uno de los impuestos de sociedades más altos de la región. Este contexto ha hecho que el gobierno de Duque se enfrente al desafío de equilibrar sus cuentas sin ahogar a la economía formal.
Impacto de la Pandemia y la Respuesta del Gobierno
La pandemia significó un gasto público de 34,6 billones de pesos (más de 9.000 millones de dólares) en Colombia. Este gasto se financió principalmente a través de la emisión de deuda. Sin embargo, la deuda colombiana ya se está vendiendo como bonos basura, lo que incrementa los intereses y la carga financiera a futuro.
Para evitar una crisis de deuda, el gobierno de Duque propuso una reforma tributaria que pretendía recaudar 6.850 millones de dólares adicionales. Este plan incluía bajar los impuestos a las empresas tecnológicas mientras se aumentaban los impuestos sobre la renta a las clases medias y se elevaban los impuestos sobre el consumo de productos básicos, lo que provocó una indignación generalizada.
El Surgimiento de las Protestas
Lo que comenzó como una protesta contra la reforma tributaria rápidamente se amplió a una crítica más general contra el gobierno y su respuesta a la pandemia. La retirada de la reforma no calmó los ánimos, y las protestas continuaron, exacerbadas por casos de brutalidad policial.
La violencia se intensificó, llevando a la muerte de al menos 47 personas y dejando más de 800 heridos. La policía antidisturbios, conocida como ESMAD, ha sido acusada de torturar y usar de manera indebida equipos como el lanzacohetes Venom, diseñado para controlar manifestaciones sin causar muertes, pero peligroso si se usa incorrectamente.
La Doctrina Damasco: ¿Una Solución Olvidada?
Una pieza clave en el rompecabezas de esta crisis es la Doctrina Damasco. Esta estrategia militar, adoptada en 2011, buscaba modernizar el ejército colombiano, abordando desde tácticas de combate hasta protocolos de protección civil. La Doctrina Damasco incluye un protocolo específico llamado «Acción Unificada,» diseñado para coordinar la actuación de la policía, los antidisturbios y el ejército, minimizando la violencia y respetando los derechos humanos.
No obstante, la aplicación de esta doctrina ha sido irregular. Bajo el mando del general Zapateiro, el enfoque sobre la modernización del ejército ha sido criticado por su falta de ejecución efectiva. Esto ha dejado a las fuerzas policiales en una precariedad organizativa que ha contribuido a la violencia desmedida observada en las protestas.
La Militarización de la Policía y Sus Consecuencias
En Colombia, a diferencia de muchos otros países, la policía forma parte del Ministerio de Defensa. Esta estructura militarizada hace que la respuesta a las protestas sea más agresiva. De hecho, no es raro ver al ejército reforzando a la policía en ciudades como Cali, donde se han desplegado más de 1.000 efectivos militares.
La policía colombiana se enfrenta a un país con cerca de 5 millones de armas de fuego ilegales. Esta situación, combinada con la presencia de grupos terroristas y narcotraficantes, hace que la policía actúe más como un ejército que como una fuerza de protección civil. Esta militarización ha llevado a la violencia y a la violación de derechos humanos en las recientes protestas.
El Futuro de Colombia: Un Desafío Complejo
La situación en Colombia es una mezcla complicada de problemas económicos, sociales y de gestión militar. La retirada de la reforma tributaria fue solo el primer paso, pero la solución a largo plazo requiere una revisión profunda del sistema fiscal y una modernización eficaz de las fuerzas del orden.
El reto del gobierno de Duque, y de sus sucesores, será encontrar una forma de equilibrar las necesidades fiscales del país sin perjudicar a las clases bajas y medias. Además, es imperativo que la policía y el ejército adopten prácticas modernas y respetuosas con los derechos humanos, como las propuestas en la Doctrina Damasco.
La historia reciente de Colombia nos muestra que ninguna solución será fácil ni rápida. Sin embargo, es crucial que tanto el gobierno como la sociedad civil trabajen juntos para crear un país más justo y seguro para todos sus ciudadanos.
Conclusión
Las protestas en Colombia han expuesto problemas antiguos y nuevos, desde la brutalidad policial hasta las inequidades del sistema tributario. La Doctrina Damasco ofrece una hoja de ruta para la modernización y coordinación de las fuerzas de seguridad, pero su implementación ha sido inconsistente.
El diálogo y la reforma constantes serán esenciales para que Colombia supere esta crisis y evite futuras explosiones de descontento social. La verdadera solución radica en un enfoque equilibrado que combine reformas económicas justas con una gestión policial y militar moderna y respetuosa de los derechos humanos.