«Futuro de Ucrania: Impacto de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk en la región ocupada»
El Surgimiento de las Nuevas Repúblicas Populares: Donetsk y Lugansk
Dos nuevos países han aparecido en el tablero político mundial, al menos en el mapamundi ruso. El lunes 21 de febrero, el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, firmó los decretos que reconocen la independencia de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk en el este de Ucrania. Este movimiento es mucho más que un simple gesto simbólico; es una operación con implicaciones significativas para la estabilidad de la región y las relaciones internacionales.
El Reconocimiento y Despliegue Militar de Rusia
Además del reconocimiento de estas nuevas repúblicas, Putin ordenó el despliegue inmediato del ejército ruso en estos territorios para llevar a cabo una “operación de mantenimiento de la paz”. Este eufemismo no es más que una estrategia para demostrar el control territorial. La acción se complementa con tratados de defensa que Moscú ha enviado a la Duma para su ratificación. Estos tratados facultan a Rusia para proteger estos territorios, despliegar tropas y construir bases militares en ellos.
El reconocimiento de estas repúblicas y el despliegue de tropas rusas marcan la primera incursión formal de tropas rusas en territorio ucraniano desde el conflicto en 2014. Este movimiento ha generado preocupación por parte de la comunidad internacional y ha elevado la posibilidad de una invasión a gran escala de Ucrania.
La Historia de Donetsk y Lugansk
Desde su autoproclamada independencia en 2014, Donetsk y Lugansk han estado aisladas del resto de Ucrania y del mundo, excepto de Rusia. Estos territorios se han convertido en lugares opacos y militarizados. Con una superficie combinada de unos 17,300 km² y una población de aproximadamente 3,9 millones de habitantes, estas repúblicas se encuentran en una situación de constante tensión y violencia.
En 2014, tras la revolución del Euromaidán y la huida del presidente prorruso Viktor Yanukovich, comenzaron los levantamientos en el este de Ucrania. Mientras que la anexión de Crimea por parte de Rusia fue limpia, los levantamientos en Donetsk y Lugansk resultaron en un conflicto armado. Las milicias locales, respaldadas por Moscú, se enfrentaron al nuevo gobierno ucraniano, llevando a un conflicto que sigue sin resolverse.
Los Acuerdos de Minsk II: Una Paz Efímera
Los Acuerdos de Minsk II, impulsados por Francia y Alemania, fueron un intento de poner fin al conflicto, reconocían la soberanía ucraniana a cambio de otorgar un estatuto especial de autonomía a las regiones sublevadas. Sin embargo, las definiciones imprecisas y el incumplimiento por ambas partes han dejado estos acuerdos en papel mojado. Desde entonces, el conflicto ha continuado, con constantes intercambios de fuego y una situación de guerra activa.
El reconocimiento de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk por parte de Rusia ha invalidado estos acuerdos, y las hostilidades nunca han cesado por completo. El conflicto ha cobrado entre 14,000 y 20,000 vidas y ha desplazado a al menos dos millones de personas.
La Vida en las Nuevas Repúblicas Populares
Estas repúblicas están prácticamente bajo un estado de guerra continuo. Las instituciones han sido asaltadas, y se ha impuesto un modelo ultranacionalista, conservador y militarizado. Los activos productivos, como minas y fábricas de acero, han sido expropiados y puestos a disposición de oligarcas rusos. Las repúblicas han establecido un sistema político-policial de mano dura, donde cualquier oposición es reprimida de manera violenta.
En cuanto a la economía, estas repúblicas han experimentado un declive significativo. Donetsk, que recientemente fue una de las sedes de la Eurocopa 2012, ha visto cómo sus infraestructuras se destruyen, la actividad económica se desploma y gran parte de su población emigra.
El Impacto Económico y Social
Las regiones de Donetsk y Lugansk, que formaban el cinturón del óxido y eran el motor económico de Ucrania, ahora viven del contrabando y la financiación rusa. La moneda oficial es el rublo, y los ciudadanos reciben pasaportes rusos y acceden a beneficios sociales de Rusia.
La independencia de estas repúblicas es en gran medida una ilusión. Sin reconocimiento internacional, las inversiones y el comercio son prácticamente imposibles. Además, sanciones como las impuestas por el presidente Joe Biden han aislado aún más estos territorios.
La Situación de Conflicto
A pesar del reconocimiento ruso, las tensiones siguen siendo altas. La presencia de tropas rusas en territorio ucraniano puede servir como excusa para futuras invasiones o para mantener la tensión en la región. Las reclamaciones territoriales de las repúblicas populares abarcan más allá del territorio actualmente controlado, lo que podría justificar acciones de agresión con el apoyo de Moscú.
Las sanciones internacionales y la ocupación rusa podrían tener consecuencias desastrosas tanto para los ucranianos como para los rusos. La condena internacional y las posibles represalias económicas podrían agravar aún más la situación.
“Tenemos información creíble que indica que las fuerzas rusas están creando listas de ucranianos identificados para ser asesinados o enviados a campamentos después de una ocupación militar. […] Es probable que las fuerzas rusas utilicen medidas letales para dispersar protestas pacíficas o contrarrestar de otra manera los ejercicios pacíficos de resistencia percibida de las poblaciones civiles”.
Bathsheba Crocker, embajador de Estados Unidos ante la oficina de las Naciones Unidas
El Papel de Occidente
Occidente, encabezado por Estados Unidos y la Unión Europea, ha respondido con sanciones y condenas. Joe Biden ha impuesto sanciones a Rusia que afectan a élites, bancos y la deuda soberana, y otros países como Australia, Canadá y Japón han seguido su ejemplo. Estas sanciones tienen como objetivo presionar a Rusia para que cese sus acciones agresivas.
El Futuro de las Repúblicas Populares
El futuro de Donetsk y Lugansk parece sombrío. Sin reconocimiento internacional y con una economía destrozada, estas repúblicas dependen exclusivamente del apoyo ruso. Mientras tanto, las ciudades ucranianas fuera del control ruso están prosperando en comparación.
Por ejemplo, Járkov, una ciudad históricamente vinculada a Rusia, ha recibido una afluencia de trabajadores y empresarios de las zonas controladas por Rusia. Esta ciudad ha experimentado un cambio económico positivo, contrastando con la ruina en Donetsk y Lugansk.
Conclusión
La situación en Donetsk y Lugansk es un reflejo de las tensiones geopolíticas más amplias entre Rusia, Ucrania y Occidente. El reconocimiento de estas repúblicas por parte de Rusia ha creado una situación volátil y potencialmente peligrosa. La comunidad internacional continúa observando de cerca, y las sanciones y condenas siguen acumulándose. La estabilidad en la región depende de cómo evolucionen estos eventos en los próximos meses.
En última instancia, las acciones de Rusia en Ucrania y el reconocimiento de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk han reconfigurado el panorama político en Europa del Este. La comunidad internacional debe actuar con cautela pero con firmeza para evitar una escalada y para proteger la soberanía y la estabilidad de Ucrania y la región en general.