¿Realmente Canadá es tan perfecto como lo pintan?揭秘

Las Sombras que Acompañan al 150 Aniversario de Canadá

El pasado 1 de julio de 2017, Canadá celebró su 150 cumpleaños. Este fue un evento significativo para el país, y en un vídeo anterior exploramos por qué Canadá es uno de los países más admirados del mundo. Sin embargo, como todo en la vida, hay desafíos y problemas que también acompañan esta celebración. En este artículo, examinaremos las sombras y amenazas que rodean a Canadá, destacando los principales problemas sociales, políticos y económicos que enfrenta actualmente.

Un Cumpleaños Algo… ¿Artificial?

No todos los canadienses celebraron con entusiasmo el 150 aniversario. Para comprender por qué, primero debemos mirar hacia atrás en el tiempo, al 1 de julio de 1867. En esa fecha, Canadá, aún parte del imperio británico, firmó la British North America Act. Esta ley unió tres provincias coloniales – Nueva Brunswick, Nueva Escocia y Canadá – que ese mismo día se dividió en Ontario y Quebec – en la Confederación de Canadá. Aunque estas provincias mantuvieron bastante autonomía, se estableció un gobierno federal para cohesionar estas regiones bajo la supervisión británica.

Aunque Canadá es hoy una monarquía constitucional bajo el liderazgo figurativo de la Reina Isabel II, no alcanzó la plena independencia del Reino Unido hasta 1982. Eso significa que cualquier modificación constitucional requería el visto bueno de las autoridades británicas hasta hace solo unas décadas. Entonces, este aniversario no representa un país completamente independiente y, cuando consideramos que el proceso fue liderado por una élite blanca minoritaria, es comprensible por qué muchos colectivos no se sienten entusiasmados con este aniversario, especialmente los pueblos indígenas.

Las Primeras Naciones, los Inuits y los Métis

Cerca de un millón y medio de canadienses, pertenecientes a los pueblos indígenas, no tuvieron nada que celebrar el pasado 1 de julio. Este aniversario fue incluso visto por algunos como una celebración de los «peores 150 años de vida de los pueblos indígenas». Los problemas a los que se enfrentan no son solo históricos, sino que también persisten en la actualidad. El gobierno de Justin Trudeau considera la relación con los pueblos indígenas una prioridad, como dejó claro el Primer Ministro el pasado 21 de junio de 2017, el Día Nacional de los Aborígenes.

La Constitución canadiense reconoce tres grandes grupos indígenas: las Primeras Naciones, los Inuits, y los Métis. Cuando los colonos europeos llegaron a Canadá, esta tierra ya estaba habitada por aproximadamente 500,000 personas pertenecientes a estos pueblos. Los indígenas no solo participaron en la independencia de Canadá, sino que también firmaron acuerdos con las autoridades francesas y británicas. Sin embargo, los pueblos indígenas sufrieron una brutal persecución cultural promovida por la obsesión de crear una identidad nacional homogénea.

Durante años, los territorios indígenas fueron ocupados, y las personas fueron concentradas en reservas en condiciones miserables. Sus lenguas, ritos religiosos y culturales fueron perseguidos y, en muchos casos, prohibidos. Además, las autoridades implementaron un sistema de residencias e internados para niños indígenas, con el objetivo de educarlos según los estándares «occidentales» y eliminar su cultura nativa. Décadas de niños indígenas pasaron por estos internados, y las secuelas son visibles hoy: tasas de pobreza y suicidios anormalmente altas, familias desintegradas, y graves problemas de alcoholismo y depresión.

Estados Unidos y Donald Trump: Una Amenaza de Ruptura

Canadá es significativamente dependiente de Estados Unidos, con casi el 70% de su comercio teniendo como destino el vecino del sur. Además, mucha de la industria canadiense está entrelazada estrechamente con la de Estados Unidos. Justin Trudeau, consciente de esta dependencia, se ha esforzado en mejorar las relaciones con la nación vecina. Su tándem con Obama fue altamente funcional, pero la llegada al poder de Donald Trump introdujo una retórica proteccionista que preocupó a Canadá.

El gobierno canadiense no se amilanó y lanzó la «Estrategia Donut», centrada en influir en todos los niveles de Washington alrededor de la Casa Blanca. Hasta ahora, esta estrategia parece estar funcionando y el apoyo en Washington hacia Canadá ha crecido. Sin embargo, la renegociación del NAFTA, que establecerá los nuevos términos en las relaciones comerciales entre ambos países, sigue siendo un tema pendiente.

La Burbuja Inmobiliaria

En la última década, el aumento explosivo del 76% en los precios de las viviendas en Canadá ha disparado la alarma sobre una posible burbuja inmobiliaria. Actualmente, la deuda de las familias canadienses está entre las más altas del mundo, lo que ha generado preocupación sobre los efectos de una posible explosión de esta burbuja en la economía y las finanzas del país.

Hoy en día, casi el 7% de los empleos en Canadá están en la construcción y tres de sus bancos se cuentan entre los 20 más grandes del mundo gracias al auge hipotecario. Uno de los principales desafíos del gobierno es enfriar el sector inmobiliario mientras impulsa otros sectores económicos y mantiene una demanda sostenible de viviendas. La intención de incrementar en un 50% la llegada de inmigrantes cada año parece estar relacionada con este intento de estabilizar el mercado de la vivienda.

Las Listas de Espera en los Servicios Públicos

El sistema de salud pública canadiense, financiado con los impuestos de los contribuyentes, es uno de los más reconocidos del mundo, pero enfrenta serios problemas, siendo el más notable el de las largas listas de espera. Según el Instituto Fraser, la espera promedio para ver a un especialista es de 18 semanas, un tiempo que se ha duplicado en los últimos 25 años. Esta situación ha llevado a muchos canadienses a buscar atención médica en Estados Unidos y ha aumentado la popularidad de los seguros médicos en el país vecino.

Conclusión

Canadá, a pesar de su prosperidad y admiración global, enfrenta serias amenazas y problemas sociales, políticos y económicos. Desde la marginalización de los pueblos indígenas hasta la incertidumbre de sus relaciones comerciales con Estados Unidos y el riesgo de una burbuja inmobiliaria, estos desafíos requieren atención y soluciones efectivas. El resultado del «cóctel canadiense» parece ser, en general, positivo, pero la verdadera pregunta es si Canadá logrará superar estos obstáculos y continuar en su camino hacia un futuro mejor.

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