«Cómo China Puede Influenciar a Occidente y Ganar Ventaja en la Guerra Tecnológica»
La Nueva Edad de los Lantánidos: La Importancia de las Tierras Raras en la Economía Global
La humanidad ha transitado a lo largo de las eras del cobre y del hierro, y en este preciso momento nos encontramos en la era de los lantánidos. Probablemente, muchos de ustedes no hayan oído hablar de los lantánidos, pero es muy probable que hayan escuchado sobre las llamadas tierras raras. Estos son 17 elementos químicos que están cobrando una importancia crucial en la economía mundial debido a su empleo en una multitud de dispositivos. A esta importancia se le suma un ingrediente explosivo: China es el mayor productor mundial de tierras raras.
La Hegemonía de China en el Mercado de las Tierras Raras
China ha dominado el mercado mundial de tierras raras, utilizando este dominio como una herramienta de negociación clave en su estrategia política internacional. Entonces, surgen preguntas cruciales: ¿Cómo puede China aprovechar su control sobre este mercado? ¿Por qué son tan importantes estos elementos minerales? ¿Qué alternativas tienen los países occidentales frente a los movimientos de Pekín?
¿Qué son las Tierras Raras?
Las tierras raras se llaman así, a pesar de que algunos de estos metales son tan abundantes como el níquel, el cobre, el zinc o el plomo. Incluso los más raros son 200 veces más comunes en la naturaleza que el oro. Sin embargo, el principal problema es que estos elementos se encuentran en concentraciones extremadamente bajas, incluso en los yacimientos más ricos. En promedio, estos 17 elementos valiosos apenas se encuentran en concentraciones del 2%.
Importancia de las Tierras Raras en la Industria Moderna
Las tierras raras son vitales para la fabricación de productos altamente sofisticados. Hablamos de dispositivos electrónicos como pantallas planas y teléfonos inteligentes. Su importancia ha aumentado con los esfuerzos para reducir el consumo de combustibles fósiles. Las tierras raras se utilizan en imanes permanentes que forman parte de las baterías de coches eléctricos y turbinas de aerogeneradores. Dos de los lantánidos más buscados, el neodimio y el samario, son esenciales para la industria del armamento debido a sus propiedades para sistemas de guiado de precisión de misiles y bombas inteligentes, así como para su uso en drones y aeronaves.
China y su Estrategia con las Tierras Raras
China se ha propuesto limitar la exportación de tierras raras, lo que podría obstaculizar a la industria de defensa estadounidense. El avión militar F-35, por ejemplo, utiliza 417 kilos de tierras raras, representando un 3% de cada unidad. Hasta los años 80, Estados Unidos era el principal productor mundial de estos elementos químicos. Sin embargo, la producción y procesamiento de estos elementos son actividades muy difíciles y costosas debido a sus bajas concentraciones y los riesgos medioambientales asociados.
La Expansión de China en el Mercado
China decidió apostar fuertemente por la minería de tierras raras, impulsada por una cuestión más geoestratégica que económica. Su método de extracción, que no se preocupaba mucho por la contaminación, facilitó el inicio de la producción a gran escala. A medida que los precios de estos metales se desplomaron, las minas en otros países tuvieron que cerrar, y China se convirtió en el mayor productor, llegando a acaparar el 97% de la producción mundial a finales del siglo XX.
Monopolio de Tierras Raras
China pasó a jugar un papel similar al de la OPEP con el petróleo. Hace una década, Pekín intentó utilizar las tierras raras para sus fines políticos en una disputa con Japón. En 2010, China bloqueó las exportaciones de tierras raras a Japón tras un incidente diplomático, lo que sacudió la economía japonesa. Aunque Estados Unidos y la Unión Europea apoyaron las quejas niponas ante la Organización Mundial del Comercio, Pekín dejó claro su control sobre el mercado.
China y la Reducción de Exportaciones
Con el tiempo, China ha reducido sus exportaciones de tierras raras. Esto no se debe solo a una intención de perjudicar a potencias rivales, sino también a aspectos de gestión empresarial. Explotar las tierras raras es costoso, y al reducir la oferta en un mercado en creciente demanda, los precios aumentan. Además, China ha establecido una industria nacional para refinar estos metales, controlando así cerca del 80% de la capacidad mundial de refinación de tierras raras.
La Nueva Estrategia de China
Desde 2015, China ha clausurado numerosas minas sin licencia y ha centrado sus esfuerzos en importar tierras raras de otros países. En 2018, ya se había convertido en el principal importador mundial de estos concentrados. Las nuevas tecnologías han incrementado la demanda de estos metales, y el alza en los precios ha hecho que las explotaciones de tierras raras vuelvan a ser rentables en otros países.
Estados Unidos y su Respuesta
Estados Unidos ha reactivado la mina de Mountain Pass en California y ha dado pasos para desarrollar una industria propia de refinación de tierras raras. En Colorado, se ha abierto una planta de procesamiento, y el Pentágono ha financiado iniciativas para impulsar la producción nacional de estos metales críticos.
Japón, un Ejemplo a Seguir
Frente a las amenazas chinas, Japón ha buscado reducir su dependencia siguiendo tres vías: eficiencia, diversificación de proveedores y almacenamiento estratégico. Empresas y el gobierno japonés han invertido en explotaciones en Vietnam y Australia, reduciendo así su dependencia de importaciones chinas hasta un 58%.
Conclusión
El dominio de China sobre las tierras raras ha generado una serie de desafíos para las economías occidentales. Países como Estados Unidos y Japón han tomado medidas para reducir su dependencia, impulsando la producción y refinación nacional. Mientras tanto, la demanda de estos 17 elementos sigue en aumento, impulsada por la industria tecnológica. La gran pregunta es: ¿cómo continuarán adaptándose los países occidentales a esta realidad geopolítica? La respuesta a este interrogante determinará el equilibrio del poder económico y tecnológico en las próximas décadas.
La batalla por las tierras raras no solo está impulsada por su importancia en la tecnología moderna, sino también por la estrategia geopolítica de los países. La capacidad de independizarse de China en esta área crítica será un factor clave en el futuro económico y político global.