El Impactante Mundo Oculto de las Cárceles Privadas en Estados Unidos
El Sistema Penitenciario en Estados Unidos: ¿Ineficiencia o Negocio Privado?
No deja de sorprender la noticia de que Estados Unidos, considerado por muchos como la «tierra de la libertad», tiene una de las tasas de encarcelamiento más altas del mundo. A lo mejor, te imaginabas que países con regímenes autoritarios como Rusia o Cuba y aquellos azotados por el narcotráfico como Colombia o México liderarían esta lista. Pero la realidad es bastante diferente.
Las Alarmantes Estadísticas de Encarcelamiento en Estados Unidos
A pesar de representar solo el 5% de la población mundial, Estados Unidos detenta más del 20% de la población carcelaria global. Hoy en día, alrededor de 350 de cada 100,000 estadounidenses están entre rejas. Y esto no cuenta a aquellos que han estado encarcelados alguna vez y ya han sido liberados; si los incluimos, el número se dispara, llegando al 8% de todos los hombres adultos en el país.
Este sistema no siempre fue así. En la década de 1970, el número de presos se disparó como resultado de la guerra contra las drogas y varias políticas de endurecimiento de penas. Pero fueron las prisiones privadas las que realmente comenzaron a jugar un papel preponderante en el sistema penal estadounidense. Estas cárceles ahora reciben financiamiento público por cada preso que albergan, ocasionando controversias sobre su eficacia y ética.
¿Son las Prisiones Privadas el Enemigo Público?
Muchos estadounidenses ven a las prisiones privadas como un enemigo público: empresas que lucran con la miseria humana, incluso siendo culpables de promover la criminalidad. Otros, sin embargo, argumentan que simplemente proveen una solución más económica y eficiente que las prisiones estatales.
Nuestra Investigación en Visual Economic
En Visual Economic nos preguntamos: ¿realmente las prisiones privadas ahorran dinero a los contribuyentes? ¿Es posible que traten peor a los presos para reducir costos? Y lo más importante, ¿podría este poderoso lobby estar detrás de las altas tasas de encarcelamiento en Estados Unidos? Aquí desentrañamos algunos aspectos clave.
El Auge del Crimen y las Prisiones Privadas
En los años 70, el crimen violento estaba en auge en Estados Unidos. Políticos, incluso los más progresistas, abogaban por endurecer las penas. Esto llevó a que, de la noche a la mañana, la cantidad de condenados a penas de cárcel se multiplicara, y el gobierno empezó a contratar empresas privadas para gestionar las cárceles.
Estas empresas se lucraban recibiendo financiamiento público por cada preso bajo su responsabilidad. Sin embargo, cuando la ola de crímenes comenzó a diseminarse después de un par de décadas, estas inversiones se volvieron insostenibles y muchas se vieron forzadas a cerrar.
Manipulación y Lobby de las Prisiones Privadas
Según algunos críticos, las prisiones privadas comenzaron a manipular al gobierno para asegurar que más personas fueran encarceladas. Esta estrategia parecía aumentar tanto la cantidad de prisioneros por cada 100,000 habitantes como por condenas.
¿Es esto una conspiración o una realidad? Los datos sugieren que esta hipótesis tiene sus debilidades. Solo el 8% de la población reclusa de Estados Unidos está en prisiones privadas, sin existir una correlación significativa entre la prevalencia de prisiones privadas en un estado y su tasa de encarcelación. Además, el sector no tiene suficientes ingresos como para manipular al gobierno a gran escala.
Casos como el de Florida y el Peso de los Sindicatos Públicos
En 2012, el Grupo Geo, uno de los jugadores más importantes del sistema carcelario privado, propuso privatizar 27 prisiones en Florida. Aunque el Senado estatal tenía una mayoría republicana favorable, un tercio de los senadores, incluidos los partidarios de la privatización, votaron en contra. ¿La razón? La presión y lobby de los sindicatos públicos influyeron decisivamente.
Este ejemplo ilustra cómo, a la hora de votar leyes, las empresas carcelarias privadas son prácticamente irrelevantes. Por lo tanto, es cuestionable se pueda culparles por el aumento de encarcelamientos en Estados Unidos.
¿Las Prisiones Privadas Maltratan a los Presos?
Otra cuestión a explorar es si las prisiones privadas maltratan a los presos para reducir costos. Por un lado, cada estado y cada empresa reporta los datos de maneras diferentes, y muchas veces las prisiones privadas albergan a presos menos conflictivos, lo cual distorsiona las estadísticas.
Un estudio meta que analizó 33 investigaciones no encontró evidencia de que las prisiones privadas sean más eficientes que las públicas. Incluso si fueran más baratas, esto no necesariamente indica eficiencia, ya que podrían estar ahorrando dinero a expensas del bienestar de los reclusos.
Condiciones Laborales y Costes Fijos
El mayor problema es que las cárceles tienen muchos costos fijos, como salarios, calefacción e instalaciones comunes. Un guardia, por ejemplo, tiene el mismo trabajo vigilar a 20 presos que a 21. Los costos marginales pueden ser más difíciles de identificar y cuantificar.
El Caso de Taft y los Incentivos
Uno de los ejemplos más interesantes en el debate sobre prisiones privadas es la prisión de Taft en California. A diferencia de muchas otras instalaciones, Taft recibe complementos adicionales por cómo de bien trata a sus presos, poniendo especial énfasis en la reinserción.
Estos complementos crean un incentivo financiero positivo: aumentar las tasas de reinserción significa no solo recibir un bono, sino también liberar los recursos para otros usos. Datos preliminares sugieren que Taft tiene mejores métricas de calidad y una tasa de reinserción más alta comparada con otras prisiones. Todo esto podría generar un ahorro del 3 al 15% para el estado.
¿Hacia el Cambio en el Contrato con las Prisiones Privadas?
Este enfoque innovador se está probando también en otros lugares como Reino Unido, Francia y Australia. Al cambiar los tipos de contratos para vincular los pagos a los resultados positivos en calidad de vida y reinserción, se están empezando a ver buenos resultados.
Estos contratos no son únicos para el sistema penitenciario; también están siendo adoptados en sectores como el de la salud, en programas como Medicare, donde los médicos son pagados por la mejora en la calidad de vida de sus pacientes, en lugar de sólo por el número de horas trabajadas.
Reflexiones Finales
Las prisiones privadas en Estados Unidos han crecido en parte por motivos ideológicos y, según algunos, por razones de eficiencia, aunque esto último es discutible. Pero quizás la verdadera cuestión no es si estas prisiones deben existir, sino cómo pueden ser estructuradas para producir resultados mejores tanto para los reclusos como para la sociedad en general.
En el fondo, no se trata solamente de debatir si estas instituciones deben ser públicas o privadas, sino de encontrar maneras de mejorar el sistema penitenciario para convertirlo en una herramienta eficaz de reinserción y no simplemente en un lugar de castigo.