¿Cómo Suiza Controla la Inflación con Estrategias de Inversión en Acciones?
El Misterio de la Baja Inflación: ¿Qué Está Haciendo Suiza Diferente?
La crisis económica desatada por el coronavirus dejó a muchos países occidentales enfrentando tasas de inflación sin precedentes. Durante diciembre de 2021, naciones como España y Estados Unidos vieron su inflación interanual superar el 7.5%. Pero, ¿qué pasaría si te dijéramos que hay un país que no solo ha evitado esta crisis inflacionaria, sino que ha mantenido tasas extraordinariamente bajas durante más de una década? Bienvenido a Suiza.
La Inflación en Suiza: Un Fenómeno Desconocido
Según las estadísticas, la inflación en Suiza en 2021 fue del 1.6%, una cifra que para muchos países sería motivo de celebración. Sin embargo, lo realmente sorprendente es que esta cifra es una rareza para Suiza. Desde 2009, el país ha experimentado deflación en el 70% de los años, y en los años en los que ha habido inflación, esta nunca ha superado el 1%. En términos económicos, Suiza vive prácticamente en un estado de deflación continua.
¿Cómo Lo Logran? El Papel del Banco Central Suizo
El primer impulso es pensar que tal vez el Banco Central Suizo no imprime dinero nuevo. Sin embargo, es todo lo contrario. En los últimos diez años, la oferta monetaria en Suiza se ha cuadruplicado, un incremento del 60% más alto que el del Banco Central Europeo. Entonces, ¿cómo es posible que no haya inflación?
La respuesta está en la forma en que el Banco Central Suizo maneja sus reservas. Mientras que el Banco Central Europeo tiene un respaldo del 17% para su moneda, el Banco Central Suizo tiene un gigantesco 91.5%. Esto implica que más del 90% de los francos suizos están respaldados por oro, acciones de grandes empresas como Amazon, Google y Apple, y activos de otros países. Estas reservas, que actúan como una hucha, le permiten al banco central mantener una gran cantidad de dinero en circulación sin depreciar su valor.
Un Banco Central con Beneficios: El Caso Suizo
Otra peculiaridad del Banco Central Suizo es que opera como una empresa. No solo tiene propiedades, ahorros y deudas, sino que también genera beneficios impresionantes. En 2020, el Banco Central Europeo reportó ganancias de más de 1,600 millones de euros, pero Suiza lleva esta idea a otro nivel. El banco central suizo incluso cotiza en bolsa, permitiendo que cualquiera pueda comprar acciones y recibir parte de sus beneficios anuales.
Entonces, ¿cómo gana dinero un banco central? De la misma manera que cualquier banco: a través de préstamos e inversiones. Los bancos centrales pueden prestar dinero a los gobiernos y a los bancos comerciales, cobrando intereses. Pero aquí está el truco: el dinero que prestan es dinero nuevo, recién impreso.
El Secreto de las Reservas
Cuando un banco central tiene grandes reservas, puede controlar mejor la oferta y la demanda de su moneda. En momentos de inflación inesperada o fluctuaciones en los tipos de cambio, puede vender algunas de sus reservas para recomprar su propia moneda, reduciendo así la cantidad de dinero en circulación y estabilizando su valor.
Las reservas del Banco Central Suizo no solo son altas, sino que también crecen cada año. Estas reservas no solo incluyen oro, sino también acciones de grandes empresas multinacionales, lo que les permite generar rendimientos significativos. En 2021, por ejemplo, se esperaban beneficios de 26,000 millones de francos suizos, derivados en gran parte del auge en el mercado bursátil.
Un Paraíso para los Inversionistas
Gracias a estas enormes reservas y a la política prudente del banco central, el franco suizo se ha convertido en una inversión refugio segura y estable. Durante crisis económicas o periodos de alta inflación, el franco suizo actúa como el oro: un refugio para los ahorradores.
Este atractivo ha dirigido a una constante apreciación del franco suizo. Entre el año 2000 y la actualidad, el valor del franco frente al dólar estadounidense prácticamente se ha duplicado. Cuantos más inversores buscan comprar francos suizos, más sube su precio, y esto a su vez permite al banco central acumular más reservas, mejorando aún más la seguridad y estabilidad de la moneda.
El Papel del Comercio y la Fiscalidad
Otro factor fundamental es la estructura fiscal del país. Suiza es conocida por sus bajos impuestos, lo que atrae a un gran número de empresas multinacionales y trabajadores cualificados. Aunque su reputación como paraíso fiscal sufrió un golpe debido a las presiones internacionales, en términos de impuestos las diferencias siguen siendo significativas.
Comparado con países como España, donde los impuestos sobre la renta pueden ser desalentadores, los trabajadores en Suiza disfrutan de tasas impositivas mucho más bajas. Por ejemplo, alguien que gana unos 30,000 euros al año en Suiza pagaría alrededor de 2,800 euros en impuestos, mientras que en España, la cifra sería de aproximadamente 5,100 euros.
Esto no solo hace que las empresas estén más dispuestas a invertir, sino que también atrae a trabajadores de alto calibre de todo el mundo. En Suiza, los extranjeros representan más del 22% de la población, comparado con el 12.3% en Francia, su vecino más cercano.
¿Es la Deflación una Bendición o una Maldición?
Pese a los beneficios de una baja inflación, no todos están de acuerdo en que la deflación sea algo positivo. El propio Banco Central Suizo ha sido claro en su intención de alcanzar una inflación más alta para evitar los riesgos asociados con una deflación continua. Cuando el valor de la moneda aumenta constantemente, puede llevar a una reducción en el gasto y la inversión, lo que a largo plazo podría frenar el crecimiento económico.
Conclusión: Suiza, Un Enigma Económico
Mientras la mayoría de los países occidentales luchan con aumentos de precios y políticas monetarias expansivas, Suiza parece vivir en una realidad diferente. Su combinación única de una robusta política de reservas del banco central, bajas tasas impositivas y una economía atractiva para inversiones extranjeras han permitido al país mantener una envidiable estabilidad financiera.
Para muchos, Suiza representa un modelo económico a seguir, aunque replicar su éxito en otros contextos nacionales puede ser más difícil de lo que parece. Lo que está claro es que la estrategia suiza de manejar su oferta monetaria y atraer inversiones mediante políticas fiscales favorables ha sido extremadamente exitosa hasta ahora.
El caso de Suiza nos ofrece valiosas lecciones sobre la importancia de una política monetaria prudente y una economía abierta y competitiva. Y aunque no todos los países puedan copiar este modelo al pie de la letra, ciertamente hay elementos que podrían adaptarse y adoptar en otros contextos para mejorar la estabilidad y el crecimiento económico.