Cómo la Entrada de Suecia en la OTAN Impacta la Geopolítica Global
Suecia entra en la OTAN: Cambio Geopolítico y Reacciones Rusas
En el campo de batalla, la guerra de Ucrania ha sido un gran fracaso para Rusia. Sin embargo, esta no es la única mala noticia político-militar que ha sufrido el Kremlin. Uno de los grandes argumentos que Moscú utilizó para justificar su invasión fue el impedir a toda costa que la OTAN continuara expandiéndose hacia el este. Según el gobierno ruso, esto suponía para ellos un riesgo absolutamente inaceptable.
Hoy, las cosas han dado un giro de 180 grados. La invasión de Ucrania hizo que países como Finlandia o Suecia se plantearan cambiar su estatus. Si hasta ahora habían gozado de neutralidad, la invasión les convenció de que eso ya no era recomendable. Tenían que sumarse a la OTAN. En abril de 2023, Finlandia lo hizo. Sin embargo, Suecia lo tuvo mucho más difícil… hasta ahora.
La Historia Geopolítica de Suecia: Del Imperio a la Neutralidad
Suecia es conocida en la cultura popular como un estado tranquilo y moderado. Sin embargo, su pasado fue mucho más intimidante. El Imperio Sueco fue una de las potencias europeas más poderosas del siglo XVII. En aquel momento, su territorio incluía las actuales Finlandia, Estonia y buena parte de Noruega. El territorio actual en esta región de Europa responde a los acontecimientos provocados por la conocida como la “Gran Guerra del Norte”, un conflicto entre 1700 y 1721, en el que el Imperio Sueco mantuvo una lucha armada contra Rusia, Dinamarca y Noruega por la supremacía en el mar Báltico.
El conflicto terminó con el Tratado de Nystad en 1721. Suecia fue doblegada ante el zarismo ruso y, algunas décadas más tarde, entre 1808 y 1809, estalló la Guerra Finlandesa, donde Rusia prevaleció sobre Suecia. Entonces, el Gran Ducado de Finlandia pasó a estar bajo control de San Petersburgo.
A partir del siglo XIX, Suecia adoptó una política de neutralidad. La reorganización del Estado y el desarrollo del país pasaron a ser sus grandes prioridades. Esta neutralidad fue mantenida durante más de 150 años, con excepción de la Segunda Guerra Mundial, donde Suecia optó por mantenerse independiente y neutral.
La Ruta hacia la OTAN
En 1995, Suecia decidió romper con su histórica política de neutralidad e integrarse en la Unión Europea. Aunque se mantuvo fuera de la OTAN, reforzó sus lazos con esta organización, participando en misiones en Bosnia, Kosovo, Afganistán y Libia como afiliado. En 2007, Suecia se unió al Grupo de combate Nórdico (NBG), uno de los Grupos de combate de la Unión Europea, junto con Finlandia, Noruega, Estonia, Irlanda, Letonia y Lituania. Esto marcó el comienzo del final de la neutralidad sueca.
La invasión de Ucrania desató consecuencias inesperadas para Rusia. Si el objetivo del Kremlin era dar un golpe en la mesa, tanto Finlandia como Suecia entendieron que la neutralidad ya no era una opción. Unirse a la OTAN se convirtió en la única vía real para garantizar su seguridad. En las bases de Helsinki ya ondea la bandera de la OTAN, y pronto lo hará también en las de Suecia.
Escollos en el Camino
Para que un país pueda adherirse a la OTAN, todos sus miembros deben estar de acuerdo. Con Finlandia, fue relativamente fácil, pero en el caso de Suecia, dos países miembros de la OTAN no lo pusieron tan sencillo: Turquía y Hungría.
Durante meses, el gobierno turco denunció que Suecia respaldaba a militantes kurdos, considerados por Turquía como terroristas. Además, Suecia mantenía un embargo a la venta de armas contra Turquía. Sin embargo, un cambio de gobierno en Suecia en septiembre de 2022 facilitó la aprobación de una nueva ley antiterrorista, limitando el respaldo a la causa kurda. A pesar de este progreso, en enero de 2023, un activista danés quemó un Corán frente a la embajada turca en Estocolmo, desatando la ira del gobierno de Erdogan.
Las negativas de Turquía también respondían a sus malas relaciones con Estados Unidos. Turquía aprovechó la situación para presionar a Estados Unidos por la venta de aviones de F-16, un paquete de armas que estaba pendiente de aprobación desde hacía meses.
El otro país que entorpeció la integración de Suecia fue Hungría, cuyas políticas prácticamente antitéticas a las suecas en aspectos como la inmigración, las políticas LGTBI, la política social y ambiental, y la postura respecto a la guerra de Ucrania, dificultaron las negociaciones.
La Importancia de Suecia en la OTAN
La adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN supone un enorme varapalo para los intereses de Rusia. Ahora la OTAN tiene capacidad para ejercer un mayor control sobre el espacio marítimo y aéreo en el mar Báltico. Sin Suecia y Finlandia en la OTAN, la alianza carecía de profundidad estratégica y operativa en la región. En un conflicto en el Báltico, las opciones de respuesta de la OTAN serían limitadas sin estos dos países.
La integración de Suecia en la OTAN también acaba con gran parte del valor estratégico de Kaliningrado. OTAN podría cortar muy fácilmente las comunicaciones entre este territorio y el resto de Rusia. También se vería limitada la capacidad de la fuerza aérea rusa para alcanzar posiciones en el resto de Europa.
Suecia aporta a la alianza una importante industria militar con tecnologías avanzadas y empresas de defensa muy potentes. Esto incluye la producción de aviones de combate, misiles, tanques, submarinos, corbetas y plataformas de defensa aérea. La adhesión de Suecia supone, sin exagerar, uno de los mayores saltos en términos de seguridad para toda Europa de las últimas décadas.
Conclusión
La operación militar especial de Putin ha tenido consecuencias desastrosas para Rusia en términos estratégicos. El país ha pasado de compartir 841 km de fronteras con la OTAN en 2021 a más de 2.100 km tras la entrada de Finlandia. Con la integración de Suecia, Rusia pierde gran parte de su influencia en el mar Báltico.
La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo responderá Rusia a la integración de Suecia en la OTAN? ¿Será el próximo objetivo lograr que Kaliningrado se separe del resto de Rusia? Lo cierto es que la incorporación de Suecia a la OTAN ha cambiado drásticamente el panorama geopolítico, poniendo a Rusia en una posición extremadamente desventajosa en Europa.