¿Está Argentina a punto de poner fin al MERCOSUR?
El Retrete del Mercosur: ¿Es Esta la Despedida Final del Bloque?
Queridos amigos, con sus luces y sombras, lo cierto es que cada vez que diferentes países han intentado formar alguna especie de unión regional, siempre han tenido en mente un modelo muy concreto: la Unión Europea. Nos podrá gustar más o menos, pero es indudable que este proyecto ha sido un gran éxito político a la hora de integrar a muchos y muy diferentes países bajo un mismo paraguas. Un éxito político indiscutible al menos sobre el papel y en las interminables reuniones de Bruselas.
El Modelo Europeo y su Impacto Global
La Unión Europea tiene incluso su propio gobierno, su propio parlamento, abundante regulación comunitaria y se encarga de la política comercial de todo el bloque. Por esta razón, muchas regiones del mundo han intentado replicar este modelo. La Unión Africana, por ejemplo, está lentamente construyendo un camino similar, aunque todavía les queda mucho por recorrer. El ASEAN, que incluye a los países del sudeste asiático, es otro buen ejemplo.
Pero, amigos, hay un proyecto que, si bien llegó a ser una vez el más prometedor de todos, hoy acumula un sonoro fracaso: el Mercado Común del Sur, más conocido como el Mercosur. El Mercosur, compuesto por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y desde finales del año pasado, también por Bolivia, surgió en una época en que las políticas de apertura económica dominaban tanto en el continente como en casi todo Occidente. Sin embargo, como suele pasar, los objetivos iniciales y los resultados actuales han terminado distanciándose enormemente.
Primeros Días: La Promesa del Mercosur
El Mercosur surgió como respuesta a los fracasos del modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones y la grave crisis de la deuda externa. Inicialmente, parecía un camino lógico para revivir las desastrosas economías de América del Sur. Conseguir la integración regional se presentó como una receta mágica para solucionar problemas estructurales crónicos.
El Mercosur se lanzó a la cocina con entusiasmo, pero, al parecer, olvidaron encender el fuego. Con el paso del tiempo, los problemas se hicieron más evidentes. Las diferencias entre los líderes de los diversos estados miembros han aumentado considerablemente en la última década, generando un ambiente de constante fricción y desacuerdo. Como resultado, muchos ya anuncian incluso la muerte del propio proyecto.
Las Fricciones Internas y la Decadencia del Mercosur
Divisiones Políticas y Etapas de Estancamiento
Una de las claves del éxito de la Unión Europea ha sido que, en mayor o menor medida, sus Estados miembros han creído en el proyecto y han hecho sacrificios para mantenerlo. Aunque no siempre han estado todos «a una», ha existido una cierta conexión entre los Estados miembros. No es el caso del Mercosur.
Hoy nos encontramos con una situación de notable discordia. Javier Milei en Argentina, por ejemplo, no solo desprecia al presidente de Brasil, Lula da Silva, sino que incluso ha planteado la posibilidad de acabar con el Mercosur.
Más allá de las opiniones, lo que está claro es que Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de la mayor nación del bloque, mantiene una posición claramente distinta. Además, Milei no es el único de los presidentes que es escéptico sobre el Mercosur. El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, ha sido especialmente crítico.
Lacalle Pou, al asumir la presidencia de Uruguay en 2019, no dudó en culpar al Mercosur de ser un «corsé» que frena el desarrollo de Uruguay. Llamó a una «flexibilización», refiriéndose a que los Estados miembros del Mercosur pudieran negociar sus propios acuerdos de libre comercio con otros países o grupos, y buscar la reducción del arancel externo común. Creía que el Mercosur se había instalado en un brutal proteccionismo que corrompía uno de los objetivos fundamentales del bloque: la apertura a la economía internacional.
No obstante, Lacalle Pou no encontró un apoyo unánime. Tenía un cierto apoyo de Bolsonaro en Brasil en su momento, pero Argentina, bajo Alberto Fernández, se oponía frontalmente. Ahora, con la llegada de Milei, ha surgido otro aliado, pero al mismo tiempo, el Brasil de Lula se ha volteado. Así, el Mercosur se ha quedado absolutamente bloqueado.
La Crisis de 2016 y el Impacto Político
Desde 2016, ocurrieron acontecimientos que rompieron por completo las dinámicas del bloque. La crisis política en Brasil, que culminó con la destitución de Dilma Roussef y un breve gobierno de Michel Temer, sacudió toda la región. Mauricio Macri en Argentina se convirtió en la cabeza del Mercosur momentáneamente.
Sin embargo, la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil en 2019 creó un cambio radical. Bolsonaro relegó al Mercosur a un tema secundario en la agenda brasileña, desconectando al país líder del bloque desde su constitución. A pesar de ello, las críticas y los problemas del Mercosur venían haciendo aguas desde principios del siglo XXI.
Oportunidades Perdidas y Frustraciones Alineadas
Pérdidas de Momentum en el Contexto Global
A pesar de la promesa inicial, el Mercosur no cambió significativamente el modelo económico caótico de Argentina y Brasil. A comienzos del siglo XXI, si le hubieses preguntado a cualquier experto sobre cuál sería el bloque regional más exitoso, muchos habrían respondido que, sin duda, sería el Mercosur. Desde su fundación en 1991, los miembros fundadores mostraron una voluntad política inédita en la región. A pesar de las diferencias ideológicas de sus líderes, el avance del proyecto fue siempre una prioridad.
Durante los años 90, el Mercosur vivió sus mejores tiempos. Con el objetivo de abrir el bloque a la economía mundial y crear un fuerte mercado interno, se eliminaron trabas burocráticas internas, se impulsó la libre circulación de servicios, bienes y trabajadores, se comenzó a coordinar la economía y se trabajó en la creación de un arancel externo común. Fue un periodo de rápida integración y éxito comercial dentro del bloque.
El Efecto del Superciclo y el Ingreso Previsible
Sin embargo, el comienzo del nuevo siglo trajo crisis en Argentina y Brasil entre 1999 y 2002. Aunque se intentó relanzar el Mercosur con un amplio paquete de medidas en el año 2000, el bloque cayó en un letargo del que no pudo escapar. Curiosamente, fue justo a comienzos del siglo XXI cuando se dieron las mejores condiciones para poder impulsar el Mercosur. El continente experimentó un enorme crecimiento económico debido al aumento de los precios de las materias primas en el mercado internacional, conocido como “superciclo de las materias primas”. Además, todos los Estados miembros estaban alineados políticamente, lo que debería haber facilitado las reformas.
Pero la realidad fue otra. A pesar del crecimiento económico y la alineación política, el Mercosur no logró aprovechar su posición para realizar reformas significativas. La fuerte politización del bloque, la falta de políticas comunes y la demora en la aplicación de medidas cruciales echaron por tierra cualquier posible avance. Esto resultó en un decreciente comercio entre sus miembros y un mayor enfoque en las exportaciones a terceros países.
El Asunto del Acuerdo con la Unión Europea
El Fracaso de un Acuerdo Decisivo
El acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea ha sido una historia de largas y tediosas negociaciones, que se han alargado durante más de 20 años. Había una gran esperanza cuando, en 2019, se anunció que los bloques habían llegado a un acuerdo. Este acuerdo podría haber creado uno de los espacios de libertad económica más grandes del mundo, con cerca de 800 millones de consumidores. Sin embargo, la llegada de Úrsula Von der Leyen a la presidencia de la Comisión Europea y su Pacto Verde Europeo entraron en conflicto con las políticas medioambientales del Brasil de Bolsonaro, lo que paralizó nuevamente las negociaciones.
En enero de 2023, Lula volvió a la presidencia de Brasil y reanudó el diálogo con Europa. Lula se propuso cerrar el acuerdo para finales de 2023. Sin embargo, Argentina, bajo la presidencia de Alberto Fernández, votó en contra del acuerdo. Aunque Milei ya había expresado su deseo de impulsar el acuerdo, y a pesar de que este representaba una oportunidad significativa para la economía argentina, el objetivo se desbarató.
Resistencia Interna y Conflictos en Europa
El principal obstáculo ahora proviene de Europa, específicamente de Francia, donde el lobby agrícola se opone firmemente a la reducción de aranceles y la entrada de productos del Mercosur, que se producen bajo regulaciones mucho más laxas que las europeas. En consecuencia, Macron ha declarado que no firmará el acuerdo hasta que los países del Mercosur adopten las mismas reglas fitosanitarias, medioambientales y sociales que se exigen a los agricultores europeos.
A pesar de los esfuerzos de países como Paraguay, la resistencia en Europa y las divisiones internas del Mercosur han demostrado una total incapacidad para alcanzar acuerdos significativos con las mayores potencias comerciales del mundo. Esto pone al bloque en una situación crítica, con su futuro pendiendo de un fino hilo.
La actual situación del Mercosur es compleja y precaria. Con estancamientos, divisiones internas, y fallos en superar el proteccionismo local e incapacidad para cerrar acuerdos significativos, el Mercosur parece estar condenado a una eventual disolución. Sin perspectivas claras de cambio, es plausible que el Mercosur tenga los días contados, a menos que se tomen medidas drásticas y efectivas para revivir el bloque y realinear sus objetivos con la realidad global.