«Biden y China: La Estrategia que Podría Estar Condenada al Fracaso Absoluto»
Estados Unidos y el Desafío de la Industria de Semiconductores
Queridos amigos y amigas de Visual Economic, el panorama internacional está en constante evolución, y una de las áreas que más suscita preocupación es la relación entre Estados Unidos y China, especialmente en el sector de los microchips y semiconductores. Este sector es crucial no solo para el desarrollo tecnológico, sino también para mantener la hegemonía económica y militar de las grandes potencias. Una buena ilustración de esto es el papel que juegan estas tecnologías en conflictos recientes, como la guerra en Ucrania, donde el uso de lanzamisiles de última generación y drones depende en gran medida de microchips avanzados.
El Problema del Dominio de Microchips
Estados Unidos, que históricamente ha sido un líder en la producción de semiconductores, enfrenta actualmente una competencia feroz. En 2018, China superó a Estados Unidos en la producción global de semiconductores, un hecho que ha encendido las alarmas en Washington. Aunque los semiconductores chinos aún no alcanzan el avance tecnológico de los norteamericanos, la tendencia genera una seria preocupación en el gobierno estadounidense.
Respuesta de Estados Unidos: La Estrategia de Joe Biden
Frente a esta amenaza, el gobierno de Joe Biden ha lanzado un ambicioso plan para recuperar el control de la producción de microchips. Esta estrategia se basa en tres pilares principales: dinero, inversión en infraestructuras y regulación estricta. La apuesta de Biden implica una total inyección de capital en el sector, similar a los intentos pasados de Estados Unidos para asegurar su dominio en esta industria.
Sin embargo, cabe preguntarse: ¿será esta estrategia efectiva? Algunos expertos argumentan que podría ser un fracaso monumental, repitiendo errores del pasado. Este artículo explorará en profundidad los problemas que enfrenta el plan de Biden y sus similitudes con iniciativas anteriores.
Lecciones del Pasado: El Caso de Japón
Este no es el primer intento de Estados Unidos por dominar el sector de los microchips. Hace cuarenta años, durante la era de Ronald Reagan, Japón surgió como un competidor formidable, capturando rápidamente una significativa porción del mercado global de semiconductores. En respuesta, Reagan lanzó una guerra comercial contra Japón y estableció un consorcio público-privado llamado Sematech, con la esperanza de revitalizar la industria estadounidense de semiconductores.
A pesar de las grandes esperanzas puestas en Sematech, el plan no tuvo el éxito esperado. Estudios académicos han mostrado que el consorcio no solo no aumentó la inversión en I+D, sino que de hecho la redujo en un 9%. La intervención del gobierno no logró frenar el avance de Japón ni fortalecer la industria doméstica a largo plazo.
El Declive de Intel
Uno de los ejemplos más claros del declive de Estados Unidos en la manufactura de semiconductores es el caso de Intel. Hace 15 años, Intel producía casi el 100% de los chips de última generación. Hoy, esa cifra se ha reducido a casi cero, con empresas como TSMC de Taiwán y Samsung de Corea del Sur dominando el mercado. Este declive ha sido una llamada de atención para el gobierno de Biden, quien ahora busca replicar, aunque con mayor inversión, el modelo de Reagan.
El Plan de Biden
El plan de apoyo a la industria de los chips de Biden consiste en tres proyectos principales aprobados por la Casa Blanca: la Ley de Reducción de la Inflación, el Plan de Inversiones en Infraestructuras y la Ley de Chips y Ciencias. Estos proyectos representan una inversión total de más de 500.000 millones de dólares y tienen como objetivo no solo mejorar la competitividad de la industria estadounidense de semiconductores, sino también fomentar la producción interna y reducir la dependencia de China.
Desglose de los Proyectos
Ley de Reducción de la Inflación
Este proyecto abarca una inversión de 370.000 millones de dólares en planes ecológicos. Las baterías de coches eléctricos, las placas solares y las turbinas eólicas dependen en gran medida de la última tecnología en semiconductores, lo que podría aumentar la demanda de producción interna de estos componentes.
Plan de Inversiones en Infraestructuras
Con una inversión de 100.000 millones de dólares, este proyecto se centra en desarrollar infraestructuras que requieren muchos semiconductores, como líneas de transmisión energética y puertos de recarga para vehículos eléctricos.
Ley de Chips y Ciencias
Este es el proyecto más ambicioso, con 52 mil millones de dólares destinados a reforzar la manufactura doméstica de microchips y semiconductores. Esta ley busca subvencionar directamente a las empresas del sector para fomentar su inversión en Estados Unidos.
Problemas Potenciales del Plan de Biden
A pesar de estas enormes inversiones, hay varios desafíos que podrían debilitar el plan de Biden. Algunos de estos problemas incluyen la falta de mano de obra cualificada, las revisiones medioambientales, los sobrecostes relacionados con las condiciones para acceder a las subvenciones y el enfoque nacionalista de la política industrial.
Problema 1: Falta de Mano de Obra
Uno de los mayores retos es la falta de trabajadores cualificados. Se estima que solo para completar la construcción de las fábricas de microchips ya planeadas, se necesitarán 300.000 trabajadores adicionales. Estados Unidos enfrenta su menor tasa de desempleo en 20 años, y la disponibilidad de mano de obra continúa disminuyendo debido a jubilaciones anticipadas y un acceso más tardío al mercado laboral. Aligerar la política migratoria podría ser una solución, pero la burocracia actual dificulta la concesión de nuevos visados.
Problema 2: Revisiones Medioambientales
Las revisiones medioambientales también representan un gran obstáculo. Todos los proyectos con impacto federal deben pasar un meticuloso informe de impacto medioambiental, lo que puede retrasar las inversiones por varios años. Estos informes son engorrosos y suelen retrasar significativamente los proyectos, haciendo que muchos de ellos no lleguen a materializarse nunca.
Problema 3: Sobrecostes por Condiciones de Subvenciones
Las normas que determinan qué empresas pueden acceder a las subvenciones incluyen criterios que podrían aumentar considerablemente los costos. Por ejemplo, se exige que las empresas proporcionen cuidado infantil a sus empleados y que inviertan en la comunidad local. Estos requisitos, aunque bienintencionados, podrían disuadir a las empresas de solicitar subvenciones debido a los costos adicionales.
Problema 4: Nacionalismo Industrial
El enfoque nacionalista de la política industrial de Biden busca producir localmente, lo cual puede ser más caro y llevar más tiempo que producir en países aliados como México o Malasia. Este nacionalismo, aunque bien intencionado, podría comprometer la competitividad global de Estados Unidos en el sector de los semiconductores.
¿Qué Depara el Futuro?
Con todos estos desafíos, queda la pregunta: ¿Qué debería hacer Estados Unidos para superar estos obstáculos? ¿Debería mejorar sus leyes, flexibilizar su política migratoria o considerar invertir en países aliados? Si bien el plan de Biden es ambicioso y podría tener un impacto positivo si se ejecuta correctamente, es vital abordar estos problemas para asegurar su éxito a largo plazo.
El futuro del dominio estadounidense en el sector de los semiconductores está en juego. ¿Podrá el plan de Biden superar estos desafíos y restaurar la competitividad de Estados Unidos? Solo el tiempo lo dirá. Por ahora, todas las miradas están puestas en la administración Biden y en cómo maneje estos complejos problemas.