¿Cómo Afecta el Supuesto Asalto al Poder en Israel al Futuro de Netanyahu?

La Mecha Encendida: Protestas Masivas en Israel Contra la Reforma Judicial de Netanyahu

El 2023 comenzó con un estallido en Israel cuando el gobierno anunciaba una reforma judicial que ha desencadenado manifestaciones sin precedentes en la historia del país. En ciudades clave como Tel Aviv, Jerusalén y Haifa, más de 600,000 personas han salido a las calles enarbolando banderas israelíes y gritando «democracia» como un eco omnipresente contra el gobierno actual y su líder, Benjamin Netanyahu.

La Aproximación del Apocalipsis Legal

Las protestas se intensificaron tras la aprobación de una ley por el parlamento israelí, el Knesset, el 23 de marzo de 2023. Esta ley blindaba el poder de Netanyahu frente a acciones judiciales, estableciendo que solo una supermayoría de tres cuartos del parlamento podría destituir al primer ministro. Esta medida, combinada con el descontento por una polémica reforma judicial, fue la gota que colmó el vaso en el Estado judío.

Las consecuencias inmediatas incluyeron cortes de autopistas, cargas policiales, y un asedio a la residencia privada de Netanyahu en Jerusalén. Las huelgas paralizaron puertos, el mayor aeropuerto del país y hasta embajadas y consulados.

¿Insurrección o Exageración?

A pesar de que las manifestaciones han sido en general ordenadas y pacíficas, la situación ha hecho que observadores y críticos lancen comparaciones con otros históricos momentos de insurrección. Ethan Koppel, ex-jefe de las Fuerzas Aéreas de Israel, incluso declaró que Netanyahu había «declarado la guerra civil». Aunque estas palabras puedan parecer extremas, reflejan la profunda división ideológica y religiosa que permea el país. Muchos consideran que el primer ministro está mostrando su versión más autoritaria, y sus detractores afirman que Netanyahu parece estar cruzando líneas rojas por el bien de sus beneficios personales.

¿Qué Estaba Pensando Netanyahu?

¿Por qué, entonces, un líder que ha tenido un éxito indiscutible en casi todas las áreas, desde la economía hasta la política social, de repente parece estar en un espiral descendente? Parte de la respuesta reside en sus alianzas. Netanyahu formó gobierno con facciones religiosas fanáticas y elementos nacionalistas radicales, como Itamar Ben-Gvir, un político tan controversial que incluso el ejército israelí no le permitió alistarse debido a sus asociaciones con el grupo fascista ilegalizado Kach.

Sospechas de corrupción también manchan la figura de Netanyahu. A pesar de que fue absuelto en uno de los casos más controvertidos relacionados con la compra irregular de submarinos alemanes, siguen en proceso otros tres casos que parecen interminables. El prolongado juicio da combustible a las teorías de que los jueces están alargando el proceso intencionalmente para mantener la sombra de la corrupción sobre él.

La Reforma Judicial: Un Ataque a la Democracia

La reforma judicial en cuestión es alarmante. En primer lugar, establecería que las decisiones del Tribunal Supremo estén subordinadas al poder político, haciendo mucho más difícil invalidar leyes. Si el Tribunal Supremo logra anular una ley, la Knesset podría revertir esa decisión con una mayoría simple. Además, le quitaría al Tribunal Supremo la capacidad de revisar la legalidad de las Leyes Fundamentales de Israel, una agrupación de leyes bajo las cuales el país opera en ausencia de una constitución formal.

El control político también se extendería a la selección de jueces, eliminando la voz del Colegio de Abogados y otorgando al gobierno un poder decisivo en el Comité de Selección Judicial. Los asesores jurídicos, hasta ahora independientes, pasarían a ser designados y cesados por políticos, transformando sus opiniones en meras recomendaciones no vinculantes.

La Respuesta Internacional y los Efectos Internos

El proyecto ha suscitado indignación tanto dentro como fuera de Israel. El Rabino Rick Jacobs, presidente de la Unión para el Judaísmo Reformista, declaró: «Amamos a Israel, pero no vamos a ver cómo se debilitan o incluso se socavan los cimientos democráticos de Israel». Las protestas han obligado a Netanyahu a congelar temporalmente el proyecto de ley, pero solo a costa de conceder a Itamar Ben-Gvir, el extremista Ministro de Seguridad Nacional, el poder de formar su propia “guardia pretoriana” duplicando la guardia nacional a 1,800 efectivos.

La comunidad internacional también observa de cerca. La administración Biden ya ha expresado su preocupación por la estabilidad democrática de Israel.

Especulaciones y Futuro

Netanyahu clama que su objetivo es preservar la justicia y la seguridad en Israel, pero muchos consideran que el verdadero objetivo es blindarse contra juicios futuros y fortalecer su posición de poder a expensas de la democracia del país. La destitución del ministro de Defensa Yoav Gallant, quien se opuso a la reforma, es solo una señal de las tensiones internas.

La situación también dirime el enfoque de Israel en cuestiones clave, como el desarrollo del programa nuclear iraní, una preocupación constante para la seguridad nacional. Además, para el partido de Ben-Gvir, esta reforma podría facilitar los asentamientos judíos en Cisjordania, lo cual rompería cualquier freno judicial sobre la ilegalidad de estos proyectos.

El Tiempo Dirá

Netanyahu ha pospuesto la reforma judicial, pero ha declarado que seguirá adelante con ella en el futuro. Las razones detrás de esta reforma son tanto personales como políticas, impulsadas por sus propios intereses y las presiones de sus extremistas aliados. La pregunta es si esta batalla marcará el fin definitivo de su carrera o si reforzará su poder de una forma que cambie el curso de la democracia en Israel para siempre.

En última instancia, las consecuencias de esta reforma, ya sean legales, sociales o políticas, están aún por verse. Pero una cosa es cierta: las protestas que han sacudido Israel han marcado un antes y un después en su historia, reflejando las tensiones internas y externas de un país en constante batalla por su identidad y futuro.

Conclusión

Esta situación sigue desarrollándose y tendrá implicaciones duraderas en la vida política y social de Israel. Lo que comenzó como una protesta contra una reforma judicial se ha transformado en un debate nacional sobre la dirección del país y la naturaleza de su democracia. ¿Qué seguirá? Solo el tiempo, y la firmeza o flexibilidad del liderazgo en Israel, lo dirá.

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