¿Es el Decrecentismo la Clave para Salvar nuestro Planeta a Costa del Crecimiento Económico?
El Decrecimiento Económico: ¿Solución para el Cambio Climático o Utopía Inviable?
La Unión Europea y quizá el mundo entero están enfrentando la posibilidad de un cambio económico de magnitudes históricas. El 15 de mayo de 2023, se llevó a cabo una reunión en el Parlamento Europeo con un objetivo nunca antes contemplado: promover el decrecimiento económico. Esta polémica propuesta sugiere que, para revertir el cambio climático, todos deberíamos ser menos ricos. La teoría detrás de esto es que, si tenemos menos dinero, consumiremos menos, utilizaremos menos recursos, emitiremos menos CO2 y, en consecuencia, podríamos salvar el planeta.
El Contexto del Decrecimiento Económico
Para muchos, la idea de decrecimiento económico puede sonar a broma, pero no lo es. Diferentes políticos y activistas están apoyando esta propuesta. Incluso, la Unión Europea ya está financiando proyectos de investigación dedicados a estudiar cómo empobrecer a la población como una forma de lucha contra el cambio climático. El Consejo Europeo de Investigación ha otorgado 10 millones de euros a uno de estos proyectos. Ante esta insólita iniciativa, surgen tres preguntas fundamentales:
- ¿Es realmente necesario empobrecernos para salvar el planeta?
- ¿Qué consecuencias tendría el decrecimiento económico en nuestras vidas?
- ¿Es un proyecto viable?
Impacto del Decrecimiento Económico en la Vida Cotidiana
El decrecimiento económico podría agravar significativamente la pobreza global. A día de hoy, el 50% de la población mundial vive con menos de 240 dólares al mes, y el 10% más pobre sobrevive con apenas 2 dólares al día. Si el crecimiento económico mundial se frena, esta situación podría perpetuarse indefinidamente, condenando a millones a una pobreza eterna. Aun si se hiciera una excepción con los países más pobres, el problema de las emisiones de CO2 no desaparecería.
El Papel de los Países Pobres en las Emisiones Globales
Contrario a lo que algunos puedan pensar, los países en desarrollo son responsables del 63% de las emisiones de CO2 actuales. Aunque las emisiones de los países desarrollados se redujeran a cero, el problema persistiría. El crecimiento económico en países como China resulta en un aumento de emisiones debido a su dependencia en energías sucias como el carbón. En este contexto, la teoría del decrecimiento se enfrenta a una paradoja: para ser viable, tendría que convencer a los países pobres de seguir siendo pobres, lo cual es altamente improbable.
La Repartición Igualitaria de la Riqueza
Otra propuesta dentro de la teoría del decrecentismo es la repartición igualitaria de la riqueza global. Esto implicaría que los países ricos tendrían que reducir su producción en cerca de dos tercios. Las fábricas, trenes y aeropuertos funcionarían solo una tercera parte del tiempo actual; el consumo de agua y electricidad se limitaría a 8 horas al día; y la jornada laboral se reduciría a 13 horas a la semana. Aunque este modelo pueda parecer utópico, también traería consigo importantes y costosas recesiones económicas.
Perspectiva Política y Retos Prácticos
El decrecimiento económico no solo parece inviable desde el punto de vista económico, sino también desde una perspectiva política. Convencer a la población de reducir drásticamente sus niveles de vida sería extremadamente difícil. Además, la implementación de estas políticas traería consigo problemas de fraude y corrupción, haciendo todo el proceso políticamente impracticable.
El Aspecto del Bienestar y el PIB
Otro argumento de los decrecentistas es que el decrecimiento económico podría no reducir necesariamente los niveles de vida. Aunque el PIB no es un medidor perfecto de la felicidad y el bienestar, está fuertemente correlacionado con indicadores como la esperanza de vida, la mortalidad infantil y los niveles de educación. Decrecer económicamente, en la mayoría de los casos, implicaría empeorar todos estos indicadores.
Alternativas al Decrecimiento
La pregunta que surge es: ¿hay alguna alternativa real al decrecimiento? Aunque parezca lógico que en un planeta de recursos finitos el crecimiento económico perpetuo sea inviable, la realidad es que la economía puede seguir creciendo sin aumentar necesariamente el consumo de recursos. Esto se logra a través del crecimiento intensivo.
El Crecimiento Intensivo: Una Alternativa Viable
El crecimiento intensivo se basa en tres pilares principales: la eficiencia, el reciclaje y la creación de valores intangibles. Las mejoras en la eficiencia permiten producir más con menos, como la evolución en la fabricación de latas de refresco que ahora utilizan menos metal que antes. El reciclaje también juega un papel vital, ya que permite reutilizar recursos finitos como el agua y el oro. Además, la creciente economía de intangibles, que incluye desde patentes hasta videojuegos, crea riqueza sin un consumo significativo de recursos.
Los Retos del Desacople Rápido
Pese a lo prometedor que pueda parecer, el desacople entre crecimiento económico y consumo de recursos no está sucediendo lo suficientemente rápido. El proceso es lento, y muchas veces los avances en eficiencia y tecnologías limpias solo son posibles en países que ya son ricos. Para que los países pobres lleguen a un nivel de desacople similar, primero tendrían que enriquecerse, lo cual complica aún más la situación.
El Riesgo de No Progresar
Más allá del problema climático, existen otros riesgos existenciales que amenazan la vida en la Tierra, como asteroides, erupciones volcánicas y pandemias. A largo plazo, el fin del combustible del sol también destruirá la vida en el planeta. Para enfrentar estas amenazas, necesitamos tecnologías avanzadas que solo se pueden desarrollar mediante un constante progreso económico y tecnológico. Conquistar el espacio e innovar en ciencia y tecnología es esencial para la supervivencia humana.
Conclusión: Un Futuro de Crecimiento Responsable
La solución no está en decrecer y condenarnos a la pobreza, sino en encontrar un modelo de crecimiento que sea sostenible y justo. Debemos invertir en reforestación, tecnologías limpias y economías circulares que aprovechen al máximo los recursos disponibles. Solo de esta forma, el crecimiento económico puede ser compatible con la preservación del medio ambiente.
La tarea es compleja, pero necesaria. Evitar el decrecimiento y apostar por la innovación puede ser la clave para superar los retos climáticos y asegurar un futuro próspero para todas las generaciones.