¿Tu Disco Duro Viene de Tailandia? Aquí te Explicamos las Razones

La Realidad Escondida de Tailandia: Liderazgo en Tecnología y Contrastes Políticos

Tailandia, conocida mundialmente por su vibrante turismo y su exquisita gastronomía, es también un pilar fundamental en la industria tecnológica global. Aunque este hecho puede sorprender, especialmente considerando la inestabilidad política que caracteriza al país desde hace décadas, resulta fascinante entender cómo Tailandia se ha convertido en un centro neurálgico para la fabricación de discos duros.

Tailandia: Un Gigante Invisible en Tecnología

El segmento tecnológico tailandés, y en particular la producción de discos duros, juega un papel crucial en la cadena de suministro global. En 2011, una devastadora inundación en Tailandia evidenció este hecho, desencadenando una alarma mundial sobre el suministro de discos duros. Desde entonces, poco ha cambiado en este ámbito. Tailandia sigue siendo responsable del 40% de los discos duros producidos a nivel mundial. Esta cifra implica que el disco duro en tu ordenador muy probablemente provenga de Tailandia.

La sorpresa aumenta cuando consideramos que Tailandia ha experimentado, desde los años 30, un promedio de un golpe de estado cada cuatro años. A pesar de ser un país con dictaduras militares, ausencia de derechos humanos y restricciones severas a la libertad de expresión, ha logrado mantener su economía tecnológica en lo más alto.

La Influencia de la Monarquía y las Dictaduras Militares

Desde 1932, Tailandia ha presenciado 12 golpes de estado exitosos y 7 fallidos, todos dentro del ejército, pero siempre respetando la monarquía. A pesar de numerosos cambios en el poder, el dictador militar ha sido el sistema dominante. En los años 60 y 70, Estados Unidos necesitaba un aliado en la región, y Tailandia, debido a su ferviente anticomunismo, fue una elección natural y estratégicamente beneficiosa para ambos países.

La Estabilidad Sorprendente de la Divisa Tailandesa

Otro factor significativo en el crecimiento económico de Tailandia es su moneda, el bat, que ha sido una de las divisas más estables mundialmente. Hasta los años 70, la tasa de cambio del bat estaba fija con respecto al dólar, lo cual ayudó a consolidar la economía tailandesa y a atraer inversiones extranjeras. Así, en 1967, el país ya recibía 330 mil turistas al año y Estados Unidos comenzaba a invertir en infraestructura, como una autopista de más de 500 kilómetros.

La Inversión Japonesa y el Paradigma de la Grulla Voladora

Aunque Estados Unidos desempeñó un papel crucial, el principal socio de Tailandia ha sido siempre Japón. En los años 70, Japón invirtió en países del sur de Asia como parte de su agenda internacional, conocida como el Paradigma de la Grulla Voladora. Producción de dispositivos electrónicos a bajo costo convirtió a Tailandia en el lugar ideal para las fábricas japonesas.

Para aquellos preocupados por Tailandia poniendo la alfombra roja al capitalismo, hay que aclarar que en los años 70, el país era increíblemente proteccionista. Desde el alcohol hasta los automóviles, los aranceles alcanzaban el 90%, y existían una miríada de controles y trabas burocráticas. Sin embargo, en los años 80, los cambios hacia un comercio más liberal y la demanda masiva de ordenadores personales transformaron el panorama económico del país.

Un Centro Global para la Fabricación de Discos Duros

El boom del PC en los años 80 marcó un punto crucial en la historia de Tailandia. Empresas de Estados Unidos y Japón dominaron el mercado en sus inicios y pronto identificaron en Tailandia el lugar ideal para fabricar discos duros. En 1973, Seagate Technology inauguró su primera fábrica en Tailandia, y muchas otras empresas del sector lo siguieron. Así, Tailandia se convirtió en un nodo clave para la producción global de discos duros.

El «efecto red» permitió que una masa crítica de empresas tecnológicas se establecieran en el país, generando una sinergia en la industria. Empresas como Hitachi y Seagate tienen miles de empleados y varias subsidiarias en Tailandia, haciendo que sea más barato y eficiente producir discos duros allí. Hoy, el 40% de los discos duros del mundo se fabrican en Tailandia, una industria que aporta 12 mil millones de dólares al año al PIB del país, representando el 26% del mismo.

La Transformación del Sector Automotriz

No solo los discos duros impulsan la economía tailandesa; el sector automotriz también ha visto un crecimiento significativo. Desde los años 60, Tailandia comenzó a establecer fábricas automotrices, y hoy es el principal productor de la región. Empresas japonesas como Mitsubishi emplean a cientos de miles de tailandeses, con grandes inversiones que solo en 2012 totalizaron 11 mil millones de dólares.

Retos y Oportunidades Futuras

A pesar del crecimiento económico y la importancia en la producción global, Tailandia enfrenta desafíos significativos. La falta de empresas nacionales fuertes y reconocidas es uno de ellos. Aunque muchos productos llevan la etiqueta «Hecho en Tailandia», la mayoría están diseñados por compañías extranjeras.

Además, la inestabilidad política persiste. El golpe de estado más reciente en 2014 llevó al poder a una junta militar que restringió aún más los derechos y libertades de los ciudadanos. A pesar de los intentos de parecer más democráticos, la realidad es que las elecciones y la constitución están manipuladas para consolidar el poder de la junta.

Tailandia y la Geopolítica

Tailandia ha sabido aprovechar su posición geopolítica para atraer inversiones y generar crecimiento económico. La guerra comercial entre China y Estados Unidos ofrece una nueva oportunidad. Con impuestos bajos y una infraestructura robusta, Tailandia se presenta como un destino atractivo para las empresas que buscan salir de China.

El Turismo: Un Pilar Económico

El turismo sigue siendo un sector vibrante en Tailandia. De 330 mil turistas en 1967, el número ha crecido a más de 30 millones al año. Este sector representa el 17% del PIB y es una pieza clave en la economía tailandesa.

No obstante, Tailandia aún no ha alcanzado el nivel de desarrollo de países como Corea del Sur, Japón o Singapur. Sin un cambio significativo en su panorama político, será difícil que el país logre crear sus propias empresas y marcas fuertes. Para ello, necesita más libertad y estabilidad política, factores esenciales para que los ciudadanos se sientan motivados a invertir y asumir riesgos económicos.

Conclusión

Tailandia ha mostrado una capacidad impresionante para navegar su inestabilidad política y convertirla en una fortaleza económica. Su papel vital en la industria tecnológica es innegable, pero afronta el reto de consolidar su economía con empresas nacionales y una política más democrática y estable. La pregunta que queda es si Tailandia podrá transformarse en un país desarrollado como sus vecinos asiáticos o si se mantendrá como un centro de producción barato y un destino turístico.

El futuro de Tailandia depende de la evolución de su política y de cómo sus líderes manejen las oportunidades y retos en el horizonte. ¿Podrá Tailandia convertirse en una Corea del Sur en mitad de la selva? El tiempo y las decisiones de sus ciudadanos y líderes lo dirán.

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