Trump, Israel y Palestina: Las razones detrás del fracaso del «Acuerdo del Siglo»
## El Conflicto Israelí-Palestino: Un Viaje a Través del Tiempo y las Nuevas Tensiones en 2020
El año 2020 ha sido un desafío monumental para todos, sin importar desde qué rincón del mundo nos mires. La pandemia del coronavirus ha trastocado nuestras vidas y modificado nuestro día a día de maneras inimaginables. Sin embargo, mientras intentamos navegar por esta crisis global, una región se destaca por sus problemas aún más graves, y esa es Oriente Medio. En especial, el eterno y complicado conflicto entre Israel y Palestina sigue evaporando cada esperanza de paz con cada nueva controversia que surge. Esto se ha intensificado particularmente con la presentación del llamado «Acuerdo del Siglo» propuesto por la administración de Donald Trump.
Un Nuevo Motivo de Conflicto: El Acuerdo del Siglo
Durante décadas, las tensiones entre israelíes y palestinos han sido motivo de disputas, conflictos y enfrentamientos continuos. No obstante, el «Acuerdo del Siglo,» presentado por la administración de Trump en un intento supuestamente altruista de lograr la paz, parece haber polarizado aún más la situación. A primera vista, se supone que este acuerdo debería traer una solución duradera. Sin embargo, la realidad parece ser que está empujando a ambas partes hacia una crisis sin precedentes en los últimos 40 años.
Anexión de los Asentamientos Judíos en Cisjordania
Si nadie pone un alto a esto, Israel finalmente procederá a anexionarse los asentamientos judíos en Cisjordania, integrando así estos territorios al Estado israelí. Este movimiento representa una completa incorporación de una región que históricamente se ha contemplado como parte de un hipotético Estado palestino. Entonces surge la pregunta: ¿qué está ocurriendo realmente en Oriente Medio? ¿Es este el tan mencionado «acuerdo del siglo»? A continuación, desglosaremos estas cuestiones para entender mejor el complejo panorama.
Una Mirada a la Historia: Siete Décadas de Conflictos
Para entender el trasfondo de este conflicto, es esencial viajar hasta la primera mitad del siglo XX. En esa época, el antisemitismo ya estaba en auge en Europa, llevando a muchos judíos a emigrar a la tierra de sus antepasados, Palestina. Tras el horror del Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, este éxodo se aceleró significativamente. Los judíos tenían muy claro que necesitaban su propio Estado para garantizar su seguridad y supervivencia.
La Resolución 181 de la ONU
Palestina estaba bajo mandato británico, y las tensiones entre árabes y judíos aumentaban considerablemente. Fue entonces cuando la ONU intervino con una de sus resoluciones más memorables: la Resolución 181. Esta resolución propuso dividir Palestina en dos estados. Uno de ellos sería un estado judío de 14,000 kilómetros cuadrados con una población de 60% judía y 40% árabe. El otro estado, ligeramente más pequeño con 11,000 kilómetros cuadrados, sería palestino, con apenas un 2% de población judía. Jerusalén, Belén y otros lugares sagrados se mantendrían bajo un mandato internacional. Los judíos aceptaron esta resolución; sin embargo, los árabes no. Y así comenzó un conflicto que ha perdurado por siete largas décadas.
La Guerra de 1948 y el Armisticio de 1949
En 1948, al día siguiente de proclamar su independencia, Israel fue invadido por los ejércitos de cinco países árabes. La contienda resultó en una clara victoria para Israel, expandiendo su territorio en un 40%. Las fronteras del armisticio de 1949 definieron las líneas que hoy en día acepta la ONU. En aquel momento, los árabes no proclamaron un estado palestino, y Egipto ocupó Gaza mientras Jordania tomó el control de Cisjordania. Esta situación se mantuvo hasta la Guerra de los Seis Días en 1967, donde Israel triunfó nuevamente, expandiendo su territorio y tomando los Altos del Golán, Jerusalén Este, y Cisjordania.
Los Acuerdos de Camp David y los Asentamientos
Posteriormente, se produjeron más guerras y negociaciones. Los Acuerdos de Camp David, por ejemplo, resultaron en la devolución de la península del Sinaí a Egipto. Pero mientras esto ocurría, Israel seguía construyendo asentamientos en Cisjordania, desafiando, según algunos, el derecho internacional, ya que la Convención de Ginebra prohíbe trasladar población civil a territorios ocupados militarmente.
Las Dificultades de un Acuerdo de Paz: Oslo y más allá
En la década de 1990, pareció haber un destello de esperanza. Las conversaciones de paz en Madrid y Oslo avanzaron hacia un autogobierno palestino, aunque en la práctica, resultó bastante limitado. La solución al conflicto parecía pasar por la creación de dos estados. Sin embargo, en los siguientes 25 años, a pesar de los múltiples esfuerzos, poco se ha avanzado. Israel continuó construyendo asentamientos, y los palestinos no renunciaron a la violencia, aunque sus acciones rara vez les beneficiaron.
Divisiones Internas: Fatah y Hamas
La muerte de Yasser Arafat exacerbó la división entre palestinos, creando dos facciones rivales: Fatah, que dominaba Cisjordania, y Hamas, un grupo más radical que controla Gaza. Esta división interna ha debilitado significativamente al liderazgo palestino, mientras que Israel, bajo el liderazgo de Benjamin Netanyahu durante más de una década, ha estado en una posición mucho más sólida.
Entra Donald Trump: «El Acuerdo del Siglo»
Es en este contexto donde entra el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con su «Acuerdo del Siglo». A pesar de que nadie le pidió que interviniera, Trump se comprometió a lograr la paz definitiva entre Israel y Palestina. Esto involucró mudanzas polémicas, como la decisión de trasladar la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, desafiando una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de 1980.
Un Plan sin el Aporte de los Palestinos
El «Acuerdo del Siglo» de Trump no contó con la participación de los palestinos en ningún momento, lo que socavó su legitimidad desde el principio. No solo esto, sino que también rompió con décadas de diplomacia estadounidense y resoluciones de la ONU. El plan, que favorece abiertamente a Israel, ofrece a los palestinos una pequeña porción de tierra, esencialmente formada por territorios disconexos y sin control sobre sus fronteras o espacio aéreo.
Las Consecuencias del Acuerdo
El plan de Trump, que algunos consideran demasiado sesgado a favor de Israel, podría reavivar el conflicto en lugar de resolverlo. La propuesta incluye un incentivo financiero de 50 mil millones de dólares para el desarrollo palestino, una oferta que ya ha sido rechazada por los líderes palestinos. En última instancia, el acuerdo sugiere que dentro de cuatro años, y solo si los palestinos «se portan bien», podrían constituir un estado, aunque desmilitarizado y sin control total sobre sus fronteras.
Las Repercusiones para Israel
Desde una perspectiva a corto plazo, Israel parece estar en una posición ventajosa, respaldada por las políticas de Trump. Sin embargo, a largo plazo, esta anexión podría traer problemas significativos. Un estado palestino inviable perpetuaría el conflicto, afectando tanto a la economía como a la estabilidad de Israel. Además, es cuestionable si este tipo de enfoque en última instancia servirá a los intereses de Israel, tanto en términos de seguridad como de su imagen en la comunidad internacional.
Conclusión: El Futuro de la Región
Israel es una democracia sólida y una potencia tecnológica, con aportaciones significativas al desarrollo humano. No obstante, perpetuar el conflicto y la pobreza en Palestina no es sostenible ni moralmente defendible a largo plazo. El «Acuerdo del Siglo» de Trump es, en esencia, un plan que favorece a Israel mientras ignora las aspiraciones y necesidades de los palestinos. La paz verdadera en la región requerirá un enfoque más equitativo y colaborativo, que aborde las cuestiones subyacentes de una manera justa y duradera.
En definitiva, el conflicto israelí-palestino sigue siendo una cuestión compleja y profundamente arraigada. Solo el tiempo dirá si alguna vez se podrá alcanzar una solución que satisfaga a ambas partes, poniendo fin a décadas de lucha y sufrimiento. Mientras tanto, la región seguirá siendo un punto de tensión en el escenario mundial, con cada nuevo desarrollo añadiendo capas adicionales de complejidad a esta ya intrincada situación.