La BOMBA económica en el REINO UNIDO: ¡TRUSSNOMICS y el cambio de la primera ministra!
La Libra Esterlina en Problemas: Crónica de una Crisis Económica en el Reino Unido
30 años después del conocido en Londres como el «Miércoles Negro», la libra esterlina volvió a experimentar jornadas de máxima tensión en septiembre de 2022. Si el 16 de septiembre de 1992 el Banco de Inglaterra tuvo que rendirse ante el asalto financiero liderado por George Soros, en esta ocasión fue el propio gobierno británico el que desató la tormenta. El 23 de septiembre de 2022 marcó el comienzo de una rocambolesca historia que terminó con una reprimenda del FMI, una salida masiva de inversores y una intervención de emergencia del Banco de Inglaterra para tratar de contener el caos.
El Contexto Histórico y la Nueva Crisis
Según Larry Summers, ex Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, el Reino Unido podría desencadenar una crisis global a medida que la libra se derrumba mientras los rendimientos de los bonos se disparan. En poco tiempo, la incertidumbre, las dudas, el miedo y los peores augurios rodearon la economía británica. En menos de un año, el tipo de interés exigido por el mercado para la deuda pública del Reino Unido se multiplicó hasta por 10. Si a finales de 2021 el gobierno británico podía emitir bonos a dos años pagando poco más del 0,4%, tras la crisis de la libra los tipos exigidos superan el 4%. Para agravar más la situación, Goldman Sachs advertía que la inflación en el Reino Unido podría superar el 22% el próximo año.
¿Qué Está Pasando en Londres?
Esta es la pregunta en boca de todos. ¿Por qué la libra se está desplomando? ¿Cómo se explica que el coste de la deuda británica se haya disparado incluso por encima de lo que tienen que pagar gobiernos en situaciones financieras complicadas como los de España o Italia? La pregunta más crucial de todas es: ¿Qué han hecho en el 10 de Downing Street para desencadenar semejante tormenta?
Problemas Económicos Subyacentes
Desde la crisis financiera del 2008, la economía del Reino Unido no ha vuelto a ser la misma. Convertido en el único miembro del G7 cuya economía seguía siendo a mediados de 2022 más pequeña que antes de la pandemia, incluso la recuperación de Italia fue más fuerte. La falta de crecimiento económico, de menos del 4% en 14 años, ha obligado a financiar los servicios públicos cada vez más con deuda y con la mayor presión fiscal de los últimos 40 años en el país. Y todo se remonta a un problema de baja productividad. Entre 2008 y 2020, la productividad laboral en el Reino Unido apenas creció un 0,4%, menos de la mitad del promedio de la OCDE. En términos financieros, eso significó que respecto a países como Francia o Alemania, los británicos dejaron de ganar 4.000 dólares por persona.
Una Economía Dependiente y Vulnerable
El bajo crecimiento de la productividad también se debe en parte a la escasa inversión empresarial. La inversión en máquinas, fábricas, ordenadores, y centros de trabajo en el Reino Unido es una de las más bajas entre los países del G7. Además, la hiperespecialización financiera y la incertidumbre causada por el Brexit han tenido un impacto negativo en la inversión y la productividad, arrastrando al país a un déficit por cuenta corriente que supera el 8%, principalmente debido a un fuerte déficit comercial. Una economía dependiente del exterior, especialmente en importaciones, requiere la confianza de los inversores internacionales para seguir comprando libras, y cuando esa confianza se tambalea, el resultado es una crisis de enormes proporciones.
La Cuestión de los Salarios y la Deuda Pública
Los efectos de la baja productividad se reflejan también en los salarios y la pobreza. Si en 2007 los salarios británicos una vez descontada la inflación eran más altos que los de Francia o Alemania, hoy ya son más bajos debido a la escasa evolución durante los años 2010 a 2019. Además, los hogares británicos de bajos ingresos son significativamente más pobres que sus pares franceses y alemanes. A esto se suma que la deuda pública como porcentaje del PIB ha alcanzado su máximo nivel desde 1960, creando un panorama económico sombrío.
El Plan de Liz Truss: Una Bomba de Recortes y Gastos
La nueva Primera Ministra, Liz Truss, junto con su Canciller del Tesoro, Kwasi Kwarteng, lanzó un plan audaz y radicalmente diferente a lo que ha sido la política del Partido Conservador en la última década: el Trussnomics. Dos semanas después de asumir el cargo, presentaron un programa de recortes de impuestos, supresión de regulaciones y aumento del gasto público para reactivar la economía. Su objetivo es acabar con las políticas de redistribución y centrarse en la producción y productividad.
Recortes de Impuestos en Detalle
El plan incluye el mayor recorte de impuestos desde 1972. Entre las medidas se encuentran la reversión del aumento del impuesto sobre beneficios, la reducción del impuesto sobre la renta, la reducción de impuestos sobre el capital y cotizaciones al seguro, y la congelación de impuestos especiales. También, aunque posteriormente suspendido, se propuso la reducción en 5 puntos del tramo más alto del impuesto de la renta.
Desregulación y Zonas Económicas Especiales
No todo se trata de impuestos. El gobierno de Truss también ha comenzado a recortar regulaciones, como la suspensión de los límites legales sobre los bonos del sector financiero establecidos por la Unión Europea en 2014. Además, se han anunciado numerosas zonas económicas especiales con ventajas fiscales y regulatorias para atraer inversiones empresariales.
Enfrentando la Crisis Energética
El costo de la energía es una preocupación principal en toda Europa, y el Reino Unido no es una excepción. Además de mantener nuevos planes nucleares, el gobierno ha anunciado el fin de la moratoria sobre el fracking. También ha presentado el mayor plan de subvención energética de toda Europa, estableciendo un precio máximo para la energía que pagan las familias y empresas, con la diferencia cubierta por el gobierno.
El Auge del Gasto Militar
El gobierno también ha anunciado un aumento considerable del presupuesto militar, elevándolo a más de 100 mil millones de libras para el final de la década. Esto supone más del doble del presupuesto actual y establece un esfuerzo militar del 3% del PIB en poco tiempo.
El Pánico en los Mercados
El plan de Truss ha creado pánico en los mercados financieros, llevando a la libra a su nivel más bajo frente al dólar, incrementando el rendimiento de la deuda pública y amenazando con un enorme crack financiero en los fondos de pensiones. El BoE intervino con un plan de emergencia de 65 mil millones de libras para calmar los nervios, pero la incertidumbre persiste. El miedo en los mercados se debe a varias razones, incluyendo el tremendo impacto presupuestario del plan que se financiará con deuda en un contexto de tipos de interés altos.
¿Es Viable el Trussnomics?
El plan de Truss, aunque con algún sentido económico para mejorar la competitividad del Reino Unido, supone una apuesta colosal con resultados inciertos. La ambición del gobierno, sin embargo, puede que no logre equilibrar la reducción de impuestos con un considerable aumento de gasto público sin generar más problemas fiscales y económicos. No obstante, las circunstancias post-Brexit obligan a adoptar medidas que conviertan al país en un lugar altamente competitivo.
Conclusión
El futuro del Trussnomics es incierto. ¿Podrá el Reino Unido revitalizar su economía, o caerá en una espiral de crisis y deuda? Sea cual sea el resultado, esta serie de eventos marcará el rumbo económico de un país en crisis, con lecciones que reverberarán en el ámbito global. La economía británica se enfrenta a una prueba de fuego, y el desenlace podría redefinir su trayectoria en los próximos años.