¿Está Arabia Saudita Evaluando Poner Fin a su Alianza Histórica con Estados Unidos?
Una Historia de Alianzas y Desencuentros: La Relación Cambiante entre Estados Unidos y Arabia Saudí
Los Inicios de una Amistad Estratégica
En 1945, el destino de dos naciones se selló en el Canal de Suez. El presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, y el rey saudí, Ibn Saud, firmaron un pacto que cambiaría la dinámica geopolítica global para las próximas décadas. Este acuerdo, conocido como «petróleo por defensa», otorgaba a Estados Unidos acceso a petróleo a precios razonables a cambio de garantías de seguridad para el reino saudí. No obstante, esta no fue la primera interacción significativa entre ambos países. En 1933, la Standard Oil Company de Rockefeller se estableció en territorio saudí, marcando el comienzo de años de cooperación y entendimiento.
Para consolidar esta relación, en 1942, Estados Unidos abrió una delegación en Jeddah, la cual se convirtió en embajada en 1949. Paralelamente, el rey Ibn Saud instó a los estadounidenses a abrir un consulado en Dhahran en 1944 para atender a los ciudadanos estadounidenses empleados por la Arabian American Oil Company, ahora Aramco. En 1943, los Estados Unidos construyeron un aeródromo en Dhahran, que utilizaron hasta 1962. Además, en 1951, ambos estados firmaron un Acuerdo de Asistencia de Defensa Mutua, el cual estableció la primera Misión de Entrenamiento Militar de Estados Unidos en el reino saudí.
A pesar de su alianza, Riad siempre mantuvo una política exterior independiente. Mostraron reticencias ante la presencia de tropas norteamericanas en su territorio, como durante la invasión de Afganistán post-11S y los embargos petroleros liderados tras la guerra de los seis días en 1967 y la Guerra Árabe-Israelí en 1973. Estos embargos, especialmente el segundo, causaron estragos en la economía estadounidense.
Tiempos de Convulsión y Desencuentros
A pesar de la cooperación significativa en áreas como la energía, la seguridad y la defensa, la relación nunca estuvo exenta de desencuentros y desconfianza. Durante décadas, la política exterior de Arabia Saudí ha sido una mezcla de amistad y reservas hacia su aliado estadounidense. Otros países del Golfo Pérsico presentaban relaciones mucho más estrechas con Estados Unidos. Por ejemplo, Bahréin alberga la quinta flota de Estados Unidos, Kuwait acoge a miles de soldados en ocho bases, y en Qatar se encuentra la base aérea de al-Udeid.
La situación entre ambos países tomó un giro inesperado con la administración de Donald Trump. El ex-presidente mostró un claro favoritismo por Arabia Saudí en detrimento de Qatar, a pesar del estrecho vínculo que este último mantiene con Washington. Sin embargo, la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca representó un cambio radical. Los saudíes percibieron a la administración Biden como una continuidad de la administración Obama, la cual apoyó las primaveras árabes y firmó el acuerdo nuclear con Irán, decisiones que enfurecieron al gobierno saudí. Asimismo, Biden adoptó una postura crítica hacia Arabia Saudí, especialmente tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, al calificar al reino como un «país paria».
Mohamed Bin Salmán y la Visión 2030
No solo la administración estadounidense ha mostrado recelos, sino que también han surgido tensiones desde Riad. El príncipe heredero Mohamed Bin Salmán ha impulsado una transformación significativa en Arabia Saudí, pero su liderazgo es visto con desconfianza en Washington. Se le percibe como una figura impulsiva y difícil de confiar, especialmente tras su involucramiento en la guerra de Yemen y el asesinato de Khashoggi.
Bin Salmán también perpetró un golpe silencioso en 2017 al despojar de su puesto al príncipe heredero Mohammad bin Nayef, quien mantenía buenas relaciones con Estados Unidos debido a su combate contra Al Qaeda. Estas acciones consolidaron la imagen de Bin Salmán como un líder imprudente ante los ojos estadounidenses.
El Cambio de Paradigma Energético: El Papel del Shale Oil
Uno de los factores que ha causado un cambio significativo en la relación es la revolución del shale oil en Estados Unidos. Esta transformación ha hecho que Washington deje de depender tanto del petróleo saudí. Hoy en día, las exportaciones a Estados Unidos representan menos del 5% de las exportaciones de crudo saudíes, siendo China, Japón, Corea del Sur y Taiwán sus principales clientes.
La invasión rusa de Ucrania añadió complejidad a esta dinámica. A pesar de la campaña liderada por La Casa Blanca para aislar a Rusia, Arabia Saudí ha mostrado apoyo a Moscú y se ha negado a aumentar significativamente la producción de petróleo, generando tensiones adicionales.
La Búsqueda de Resiliencia Económica: La Visión 2030
Arabia Saudí enfrenta desafíos económicos considerables. A pesar de ser el mayor exportador mundial de crudo, los ingresos petroleros ya no son suficientes para mantener una población que crece rápidamente y está acostumbrada a un alto nivel de vida. El gobierno de Mohamed Bin Salmán busca cambiar esta situación con el plan Visión 2030, el cual requiere una inversión significativa de capital.
Entre 2015 y 2020, la caída de los precios del petróleo generó grandes déficits en las reservas saudíes, pero los precios actuales del petróleo, superando los 100 dólares por barril, están generando ingresos que permiten recomponer las reservas y financiar proyectos de inversión. En 2022, se espera que los ingresos por ventas de petróleo superen los 280 mil millones de dólares, lo cual proporciona un margen financiero significativo.
La Importancia de Estados Unidos: Más Allá del Petróleo
A pesar de la disminución de la dependencia petrolera, la relación con Estados Unidos sigue siendo crucial para Arabia Saudí. Estados Unidos sigue siendo el eje de las grandes finanzas y el comercio mundial, y Arabia Saudí tiene más de 800 mil millones de dólares invertidos allí. Además, el país necesita la cooperación de las grandes multinacionales estadounidenses para diversificar su economía.
Desde el punto de vista militar, la dependencia es aún mayor. Las Fuerzas Armadas saudíes dependen casi completamente de la industria militar norteamericana, habiendo gastado más de 145 mil millones de dólares en armas estadounidenses entre 2008 y 2020.
La invasión rusa de Ucrania le ha dado a Riad una oportunidad para recomponer su relación con Estados Unidos, ya que Washington nuevamente necesita petróleo para estabilizar el mercado y mantener sus alianzas contra Rusia. En el ámbito político, el precio de la gasolina podría tener un impacto significativo en las elecciones de 2024 en Estados Unidos.
Conclusión: Una Relación en Evolución
El futuro de la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí es incierto y depende de múltiples factores, desde la evolución de los mercados petroleros hasta los intereses estratégicos de cada nación. A pesar de las tensiones y desencuentros, ambos países tienen motivos poderosos para mantener su alianza. Un próximo viaje de Joe Biden a la región podría ofrecer pistas sobre si esta histórica relación puede ser reparada o si está condenada a deteriorarse.