¿La Economía es Realmente una Ciencia? Lo que Nadie te Ha Dicho
¿Es la Economía una Ciencia o una Pseudociencia?
La economía es una disciplina que, desde hace mucho tiempo, despierta la curiosidad y la controversia en igual medida. Mientras que algunos la consideran una ciencia estricta, otros la ven como una serie de conjeturas que dependen más de la suerte que del rigor académico. En este artículo, desentrañaremos los argumentos a favor y en contra de considerar la economía como una ciencia. Pero antes, exploremos los antecedentes y contexto de esta disciplina.
La Economía como una Ciencia
En sus fundamentos, la economía aspira a ser una ciencia precisa. Los economistas usan herramientas empíricas y metodologías rigurosas para analizar fenómenos económicos. Sin embargo, a diferencia de las ciencias exactas como la física, la economía a menudo se siente más como una disciplina muy subjetiva, interconectada con poderosos intereses políticos y sociales.
Fallos en las Predicciones Económicas
Uno de los argumentos más fuertes contra la economía como ciencia exacta se basa en su capacidad de predicción. Por ejemplo, en 2007, antes de la crisis financiera global, instituciones prestigiosas como la Reserva Federal y el Fondo Monetario Internacional fallaron estrepitosamente en prever el colapso financiero del año siguiente. Este fallo no es un incidente aislado; las predicciones económicas frecuentemente fallan, lo que lleva a cuestionar su validez como ciencia.
Sin embargo, esta capacidad de predicción fallida no es exclusiva de la economía. Ciencias como la meteorología también tienen sus propios desafíos a la hora de hacer predicciones precisas, y esto no les resta su carácter científico. La física climática, por ejemplo, es aceptada como una ciencia válida pese a sus predicciones a veces inexactas. Este paralelismo sugiere que la capacidad de predicción no debería ser el único criterio para determinar si una disciplina es o no una ciencia.
La Subjetividad en la Economía
Otra crítica común es que la economía es inherentemente subjetiva. En 2013, el Premio Nobel de Economía se otorgó a economistas con teorías completamente opuestas sobre los mercados financieros. Este hecho parecería sugerir un nivel de inconsistencia y subjetividad que pondría en tela de juicio la validez científica de la economía.
No obstante, esta situación no es exclusiva de la economía. En la física, figuras prominentes como Einstein y Schrödinger también sostuvieron teorías opuestas sobre la mecánica cuántica, y ambos fueron reconocidos por sus aportaciones, pese a sus diferencias ideológicas. Así, la «subjetividad» observada puede ser más un reflejo de la complejidad de los fenómenos estudiados que de una falta de rigor científico.
Experimentación en la Economía
La crítica más profunda quizá resida en la aparente falta de experimentación en la economía. Muchas políticas y teorías no pueden ser probadas en un laboratorio de manera aislada, lo que lleva a la conclusión de que no siguen el método científico tradicional. Sin embargo, hay formas alternativas de realizar experimentos en esta disciplina.
Los economistas utilizan experimentos naturales, donde se analiza el impacto de políticas económicas en diferentes grupos bajo condiciones controladas. Por ejemplo, el Banco de España utilizó metodología experimental para estudiar los efectos del aumento del salario mínimo en 2019, concluyendo que esta política podría haber destruido hasta 173,500 empleos. Este tipo de análisis demuestra que, aunque los experimentos económicos no se lleven a cabo en un laboratorio tradicional, siguen siendo rigurosos y metódicos.
La Economía como Ciencia Social
Una última crítica es que la economía, al tratar con seres humanos y sus comportamientos impredecibles, no puede ser considerada una ciencia pura como la física o la química. Sin embargo, la naturaleza misma de estudiar interacciones humanas no invalida su carácter científico. Otras disciplinas, como la biología que estudia animales y la medicina que estudia cuerpos humanos, también enfrentan esta variabilidad y siguen siendo consideradas ciencias.
De hecho, lo que define a una ciencia no es el objeto de estudio sino el rigor del método de estudio. La economía, utilizando modelos estadísticos, recopilación de datos y procedimientos lógicos, cumple con estos requisitos, aunque no siempre pueda realizar experimentos en un entorno controlado como un laboratorio.
Conclusión
Entonces, ¿es la economía una ciencia o una pseudociencia? Argumentos sólidos pueden ser presentados en ambos extremos. No obstante, la economía, al igual que otras disciplinas científicas, utiliza metodologías rigurosas y empíricas para analizar y predecir fenómenos complejos. Su incapacidad para predecir eventos con exactitud no la descalifica como ciencia, sino que refleja la complicada naturaleza de los sistemas que estudia.
En última instancia, la economía combina elementos de predicción, análisis y estudio empírico de una manera que cumple con los criterios esenciales de la investigación científica. Por lo tanto, aunque sujeta a la interpretación y a la influencia de múltiples factores humanos, no deja de ser una ciencia con un importante valor académico y práctico.