¿Podrá Putin Dejar a Europa Helada Cortando el Suministro de Gas?
Afrontando la Crisis Energética: Europa en el Invierno de 2022
Abróchense los cinturones porque estamos en mitad de la mayor crisis energética de los últimos 50 años. Las regiones de todo el mundo, especialmente en Europa, están sufriendo aumentos desorbitados en los precios de la electricidad y el gas. En algunos países, como Alemania y la República Checa, el gas se ha convertido en un bien sumamente escaso y caro. Las prognósticos no son alentadores si consideramos la combinación de desinversión en combustibles fósiles, el repentino aumento de la demanda y la inestabilidad geopolítica derivada de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia.
La Pesadilla Europea: ¿Quedarnos Sin Calefacción?
Para entender la gravedad de la situación, en el momento de hacer este artículo, los alemanes están comprando en masa calefactores eléctricos. Amazon en Alemania ya tiene listas de espera de meses para enviar estos productos. Esta situación recuerda a la escasez de papel higiénico en el año 2020. Sin embargo, la diferencia este año es que, además de los precios desorbitados, existe el miedo paralizante de no tener suministro de gas suficiente para calentar los hogares durante el invierno.
La crisis del gas puede tener efectos devastadores, no solo en la vida diaria, sino también en aspectos aparentemente inconexos como la producción de cerveza en República Checa, lo que podría desatar revueltas sociales. Entonces, la pregunta clave es: ¿De verdad puede Europa quedarse sin gas natural este invierno? ¿Cómo afectará esto a otros países del mundo? ¿Qué medidas pueden tomar los países europeos para evitar un apocalipsis energético?
El Rol del Gas Natural en Europa
El gas natural es crucial para tres grandes propósitos: generar energía eléctrica, producir calor para ciertas industrias y alimentar las calefacciones de los hogares. Representa alrededor del 21% del mix energético de la Unión Europea. Sin embargo, esta dependencia varía entre países. Por ejemplo, en Finlandia, solo supone un 7%, mientras que en Alemania alcanza el 26%.
Dependencia de Rusia
La mayor parte del gas que consume Europa proviene de Rusia, constituyendo aproximadamente el 40% del total. Sin embargo, hay países que dependen casi al 100% del gas ruso, como Alemania. A pesar de esta alta dependencia, no es factible que Rusia corte completamente el suministro de gas, dado que las exportaciones energéticas representan más del 60% de los ingresos del gobierno ruso. No obstante, con los elevados márgenes de beneficio actuales, reducir la cantidad de gas vendido sigue siendo rentable para Rusia, a la vez que coloca a Europa en una situación difícil.
Plan de Contingencia Europeo
La Unión Europea está tomando medidas para enfrentar esta crisis. En primer lugar, está llenando los depósitos de gas antes de que llegue el invierno. Aunque estos depósitos solo cubren una fracción de la demanda invernal y no es fácil llenarlos completamente, la esperanza es que mitiguen parcialmente la escasez.
Buscar Nuevos Proveedores
Otra estrategia es buscar nuevos proveedores. Los países europeos están buscando alternativas en Noruega, Argelia y Azerbaiyán, aunque construir nuevos gasoductos es un proceso que lleva años. Mientras tanto, la solución más inmediata es comprar gas natural licuado (GNL) de otros proveedores, como Estados Unidos, a pesar de ser hasta tres veces más caro que el gasoducto.
Consecuencias Económicas y Sociales
El impacto económico de esta crisis es significativo. Los precios del gas están disparados y muchos hogares y empresas en Europa están sufriendo. La industria también se ve afectada, con fábricas que dependen del gas para operar reduciendo su producción o incluso cerrando. Además, existe el peligro de un racionamiento de gas, lo que significa que los europeos podrían estar sin calefacción durante partes del día, lo cual es especialmente crítico en países donde las temperaturas invernales pueden caer por debajo de los -15 grados Celsius.
Escenarios Futuros
Podemos considerar tres escenarios potenciales para el futuro de Europa frente a esta crisis energética:
Escenario Optimista
En el mejor de los casos, Rusia sigue suministrando entre el 80% y el 60% del gas actual. La mayor molestia será el alto precio del gas, pero se evitará una crisis más profunda. Sin embargo, la inflación de los precios impactará significativamente en la economía, elevando los costos para tanto los consumidores como las industrias.
Escenario Medio
En un panorama moderadamente desfavorable, Rusia reduce aún más el suministro de gas, llevando a racionamientos parciales. En este caso, se priorizarían los hogares, pero muchas industrias tendrían que reducir o cesar operaciones, lo que afectaría a la economía y podría causar desabastecimiento de ciertos bienes, como la cerveza checa.
Escenario Pesimista
El escenario más grave implicaría que Rusia solo suministrara una fracción mínima de gas, digamos un 20%. Esto llevaría a un racionamiento generalizado de gas, incluyendo tanto hogares como industrias. Energía disponible durante ciertas horas del día, cierre de fábricas esenciales y una recesión económica significativa serían las consecuencias más probables.
¿Hacia Dónde Vamos?
Así que, ¿a cuál de estos tres escenarios nos dirigimos? La realidad es que es imposible predecirlo con exactitud, pero las señales actuales no son alentadoras. Los esfuerzos para buscar nuevos proveedores de gas y las medidas de ahorro pueden mitigar parcialmente la crisis, pero mientras la dependencia del gas ruso siga siendo alta, Europa se mantendrá vulnerable.
La crisis energética en Europa no solo afecta a los ciudadanos europeos sino que tiene repercusiones globales, desde países en Asia como Pakistán hasta América Latina. La forma en que Europa maneje esta crisis este invierno puede tener profundas implicaciones para las políticas energéticas y las relaciones geopolíticas a futuro.
Agradecimientos
Agradecemos a Adrián Dudas de Ego de Research, inversor especializado en materias primas, y a Marcial González, ingeniero de energía por la Universidad Carlos III de Madrid, por su colaboración en la investigación para este artículo.
Este artículo tiene como objetivo proporcionar una comprensión profunda y matizada de la crisis energética europea en el invierno de 2022, explorando sus causas, efectos y posibles soluciones, mientras resalta la interconexión global de este fenómeno.