Irak y la Influencia de los Adversarios de Washington: ¿Cuál es el Impacto?
El Impacto de la Guerra de Irak en el Panorama Geopolítico de Oriente Próximo
Si te dijera que la Guerra de Irak ha sido quizás la mayor estupidez estratégica de Estados Unidos en los últimos 30 años, ¿me creerías? Al menos desde la perspectiva de la realpolitik, y considerando las actuales amenazas para los intereses de Washington, ese argumento parece bastante sólido. Pensemos en los mayores desafíos para Estados Unidos: China, Rusia, Corea del Norte e Irán. Sí, Irán, un peso pesado regional con casi 90 millones de habitantes y vastos recursos naturales, incluyendo las segundas mayores reservas de gas natural del mundo y las cuartas de petróleo.
Irán y su Imparable Influencia Regional
Irán ocupa una posición estratégica fundamental en Oriente Próximo y está al borde de desarrollar su propia bomba atómica, una situación que ha puesto a Estados Unidos en alerta máxima. Curiosamente, el Irak de Saddam Hussein, a pesar de ser una brutal dictadura, servía como un importante muro de contención contra el expansionismo iraní. Sin embargo, la invasión estadounidense de Irak en 2003 transformó radicalmente la escena geopolítica.
Al derrocar a Saddam Hussein, Estados Unidos inadvertidamente dejó Irak a merced de Irán. Hoy en día, la democracia iraquí está en manos de líderes chiítas, muchos de los cuales tienen estrechos vínculos con Teherán. Este cambio de poder ha permitido a figuras como el general iraní Qasem Soleimani operar libremente en Irak hasta su muerte en un ataque de drones estadounidense en 2020.
De Dictaduras a una Democracia Pro-Iraní
Es irónico que el Irak de Saddam Hussein, que inicialmente sirvió como un baluarte contra Irán, ahora esté bajo una significativa influencia iraní debido a la instauración de una democracia que favorece a los chiíes, mayoría en el país. La milicia de Soleimani y su capacidad para moverse en Irak sin restricciones revelan cómo la región ha cambiado desde la invasión estadounidense. Irak, anteriormente un país liderado por una élite sunita a pesar de la mayoría chií, ha visto cómo Irán ha ganado terreno tanto geopolítica como ideológicamente.
Los Tres Puntos Clave en la Historia Reciente de Irak e Irán
Es crucial recordar tres ideas claves para entender la dinámica entre Irak e Irán:
- La pugna eterna entre el sunismo y el chiismo, dos corrientes principales del Islam, ha moldeado la política de la región desde el año 632.
- El Irak de Saddam estaba gobernado por una élite sunita a pesar de una mayoría chií, lo que causó tensiones internas y externas.
- Irak e Irán, a pesar de ser vecinos, han tenido una relación tensa durante décadas, incluida una guerra de ocho años que devastó a ambos países sin cambiar las fronteras.
Muqtada Al-Sadr: El Nacimiento de un Potente Líder Chií
Muqtada Al-Sadr, hijo del Gran Ayatolá Mohammed Sadeq al-Sadr, ha emergido como una figura destacada en esta nueva era iraquí. Su padre fue una figura religiosa y política prominente para los chiíes de Irak, y su asesinato en 1999 sólo aumentó la resistencia contra el régimen de Saddam Hussein. Muqtada Al-Sadr se opuso radicalmente a la ocupación estadounidense, creando la milicia Ejército de Al-Mahdi, que combatió contra las fuerzas invasoras entre 2003 y 2008.
A medida que Estados Unidos instauró una democracia, la influencia chiíta aumentó, culminando en la victoria de la Alianza Iraquí Unida en las elecciones de 2005. Sin embargo, las pugnas internas llevaron a nuevas facciones y una lucha por el poder, beneficiando a figuras como Nuri al-Maliki, un antiguo exiliado en Irán.
De la Guerra a la Política: La Evolución de Muqtada Al-Sadr
Al-Sadr ha demostrado ser un político pragmático, concediendo o retirando apoyo según su beneficio político. Su fuerte oposición a las injerencias extranjeras, tanto estadounidenses como iraníes, le ha asegurado una gran base de seguidores. Tras la retirada de las tropas estadounidenses en 2011, el surgimiento del Estado Islámico (Daesh) en 2014 puso en jaque a Irak, y las milicias chiíes, respaldadas por Irán, se convirtieron en actores poderosos.
El Descontento Popular y la Realidad Económica
A pesar de la relativa tranquilidad y apertura en zonas como la Zona Verde de Bagdad, el clamor popular sigue siendo fuerte. Muchos iraquíes sienten que sus gobernantes priorizan los intereses iraníes sobre los nacionales, especialmente en un país rico en petróleo pero con una economía que no refleja esa riqueza.
El presupuesto de Irak, de aproximadamente 90,000 millones de dólares, es absorbido en gran medida por sueldos y pensiones del sector público, dejando poco margen para inversiones cruciales. Sectores como el energético sufren enormemente: a pesar de tener reservas de gas cinco veces mayores que Omán, la producción de Irak es cuatro veces menor.
Las Consecuencias de la Dependencia Energética
La eficiencia en la gestión de recursos es vital para el crecimiento económico, y en este campo, Irak ha sido deficitario. No tener la infraestructura para aprovechar su gas natural resulta en la quema del mismo, beneficiando a Irán, que suple gas a Irak para cubrir su capacidad eléctrica. Esta situación ha enfurecido a los iraquíes, quienes ven cómo sus líderes favorecen a Irán mientras el país sufre de cortes de electricidad y servicios públicos inadecuados.
2019: La Rebelión del Pueblo Iraquí
En 2019, los iraquíes tomaron las calles para protestar contra la corrupción y exigir mejores servicios públicos, resultando en la dimisión del primer ministro. Sin embargo, las milicias chiíes respaldadas por Irán reprimieron brutalmente a los manifestantes. Este descontento dañó a los partidos pro-Irán, beneficiando temporalmente a figuras como Muqtada Al-Sadr, quien abogaba por un gobierno irakí libre de influencias extranjeras.
El Futuro de un Irak Soberano
Aunque Irán ha persisitido en su influencia, incluso mediante ataques y presiones sobre el Kurdistán iraquí y áreas suníes, la resistencia interna sigue fuerte. Al-Sadr ha usado su base política para oponerse a los partidos proiraníes, promoviendo una agenda nacionalista que podría ser la clave para fortalecer a Irak y liberarlo de la influencia iraní.
¿Puede Irak Realmente Alejarse de Irán?
La clave radica en construir un gobierno inclusivo que refleje la diversidad del país, incorporando chiíes, suníes y kurdos. Esto podría ser beneficioso no sólo para Irak, sino también para Estados Unidos, permitiendo a Washington centrar su atención en amenazas mayores como Rusia y China.
El reto es monumental, pero el potencial de un Irak democrático y soberano podría redefinir significativamente el equilibrio de poder en Oriente Próximo y, en última instancia, tener consecuencias globales.