Putin en Bielorrusia: ¿Cuál es su verdadero objetivo?

La Última Dictadura de Europa: La Realidad de Bielorrusia

Cuando se habla de dictaduras en Europa, Bielorrusia aparece como un ejemplo persistente. Con Alexander Lukashenko en el poder desde 1994, el país ha sido testigo de elecciones dudosas, represión política y violaciones de derechos humanos. Este artículo explora la situación política de Bielorrusia, desde sus elecciones más recientes hasta las relaciones internacionales y el futuro incierto que enfrenta.

Unas Elecciones Cuestionables

El 9 de agosto de 2020, Bielorrusia celebró elecciones presidenciales que, según los resultados oficiales, fueron ganadas por Alexander Lukashenko con el 80% de los votos. Sin embargo, estos resultados provocaron escepticismo tanto dentro como fuera del país. La candidata opositora, Svetlana Tikhanovskaya, fue recibida con un exilio forzoso y amenazas, mientras que más de 6,700 manifestantes fueron detenidos, incluidos menores de edad, en la oleada de protestas que siguió.

Violencia y Represión

Las celdas bielorrusas son el último lugar donde alguien querría estar. Testigos narran cómo prisioneros, incluyendo adolescentes, eran sometidos a crueldad física y psicológica. A pesar de esto, la resistencia popular persistió. Miles se lanzaron a las calles en protesta, mientras Tikhanovskaya, inicialmente detenida, fue obligada a declarar en un video que las manifestaciones debían cesar antes de exiliarse a Lituania.

El Contexto del Coronavirus

La gestión del COVID-19 en Bielorrusia también refleja la inusual postura de Lukashenko. Desdeñando las medidas de salud pública recomendadas mundialmente, propuso el vodka y las saunas como remedios contra el virus, y organizó eventos multitudinarios incluso en el punto álgido de la pandemia. No sorprende que el país alcanzara casi 70,000 contagios en una población de solo 9 millones, incluyendo a Lukashenko.

Fraude Electoral y Oposición

Contrario a los resultados oficiales, encuestas no oficiales reflejaban un escaso apoyo del 3% para Lukashenko. Sin embargo, estas encuestas fueron rápidamente prohibidas. En una sorpresiva vuelta de tuerca, Svetlana Tikhanovskaya, quien sustituyó a su marido encarcelado como candidata opositora, planeó un gobierno de transición de nueve meses que prometía liberar a los presos políticos y convocar elecciones limpias.

Manipulación Electoral

El día de las elecciones fue marcado por la falta de transparencia. Sin observadores internacionales y con apagones de internet, los resultados fueron ampliamente cuestionados. La constante represión no impidió que más de 200,000 personas se manifestaran en Minsk, demostrando una notable oposición organizada y enérgica incluso en un régimen dictatorial.

Interferencias Extranjeras

Bielorrusia y Rusia mantienen una relación complicada. Aunque históricamente aliados, las tensiones han crecido. La aspiración de Rusia de anexar Bielorrusia ha sido una constante desde los años ’90, pero Lukashenko ha resistido cualquier intento de erosión de su poder. Las recientes elecciones han mostrado que Bielorrusia puede ser un campo de batalla geopolítico donde Rusia quiere mantener su influencia, aunque sin comprometer recursos militares como en el caso de Ucrania en 2014.

La Dinámica con Rusia

Alexander Lukashenko ha probado ser un aliado poco confiable para Vladimir Putin, alternando entre la amenaza y el diálogo con Occidente. Esta conducta ha causado que algunos analistas políticos vean la posibilidad de un cambio de liderazgo en Bielorrusia sin que esto necesariamente implique un giro anti-ruso. La oposición ha expresado su deseo de mantener relaciones amistosas con todos los países, incluyendo Rusia.

El Mal Menor

Mientras Putin enfrenta la disyuntiva de apoyar a Lukashenko, quien ha demostrado ser un aliado incómodo, o permitir una transición democrática que podría estabilizar las relaciones, el futuro de Bielorrusia sigue siendo incierto. Las declaraciones cautelosas y el apoyo limitado sugieren que Rusia podría estar esperando que la situación se resuelva de manera que no comprometa su influencia en la región.

Conclusión: ¿Democracia en Bielorrusia?

Si bien las comparaciones con Ucrania en 2014 son inevitables, el caso bielorruso presenta sus propias particularidades. La oposición parece estar organizada y decidida a llevar a cabo una transición democrática, a pesar de las constantes amenazas y represiones. Con un liderazgo ruso que podría estar reevaluando su estrategia, Bielorrusia enfrenta un momento crítico que definirá su futuro político. Así que, la pregunta persiste: ¿convierte Bielorrusia en la próxima democracia europea o mantendrá su reina bajo un régimen dictatorial? Solo el tiempo lo dirá.

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