3 Posibles Futuros para Venezuela: ¿Qué le Espera al País?
Venezuela: Un País en la Encrucijada
Venezuela es como “Juego de Tronos”: todos estamos desesperados por conocer el final, pero íntimamente sabemos que nos espera cierta desilusión. Y es precisamente de eso de lo que hablaremos hoy. Muchos nos han hecho la misma pregunta: ¿qué puede pasar en Venezuela? Nos referimos a uno de los mayores desastres económicos y humanitarios de la historia moderna. En solo una década, este país ha pasado de ser un exportador importante de petróleo a un expulsor de refugiados.
Por supuesto, Venezuela no es el único país que ha atravesado una debacle económica tan grave. Nicaragua, durante los años 80, también sufrió hiperinflación, escasez y pobreza extrema. A diferencia de Venezuela, en el caso de Nicaragua existía una alternativa de gobierno clara, lo que facilitaba imaginar posibles escenarios futuros. En Venezuela, la situación es una auténtica incógnita.
El Estado Actual Del Gobierno de Nicolás Maduro
El gobierno de Nicolás Maduro está contra las cuerdas. Un ejemplo de ello es el lanzamiento del PETRO, una criptomoneda con la que Venezuela intenta desesperadamente obtener divisas extranjeras. Pero a este ritmo, Maduro podría no ser capaz de pagar al ejército que le defiende. Y el problema mayor es… ¿Cuál es la alternativa? ¿Hay alguien realmente capaz de sustituir al Gobierno de Maduro?
Para entender mejor esta compleja situación, hemos consultado a un experto en transiciones políticas. Y no, no hemos traído a un historiador ni a un economista. Iván Pilip, quien fue Ministro de Finanzas del primer gobierno democrático de la República Checa, nos acompaña hoy. Pilip, después de una exitosa carrera política, comenzó su trayectoria empresarial en Latinoamérica, por lo que conoce la región a la perfección. Y hoy, está aquí con nosotros.
La Salida Checa
Quedaos con el nombre: Vaclav Havel. Pocas personas han tenido tanta influencia histórica como este hombre. La República Checa que conocemos hoy en día es en gran parte gracias a Havel. Chequia es hoy un modelo de transición democrática. Mientras Rusia aún lucha con la pobreza extrema y la desigualdad, la República Checa es una sociedad próspera, moderna y, sobre todo, igualitaria.
Pero no siempre fue así. Hasta 1989, los checos vivían bajo un gobierno títere de Moscú, con restricciones tan severas como la prohibición de viajar al extranjero sin permisos que podían tardar años en llegar. La escasez de productos era una constante y la situación económica empeoraba cada día. Sin embargo, a finales de los 80, la Unión Soviética dejó de enviar dinero a sus aliados, lo que desembocó en protestas masivas en las calles.
A diferencia de Maduro, el gobierno checoslovaco comprendió que lo más prudente era dejar el poder de forma pacífica. Esto permitió que la transición se realizara sin derramamiento de sangre, en lo que se conoció como la “Revolución de Terciopelo”. La figura clave en este proceso fue Vaclav Havel, quien se convirtió en el líder que canalizó el descontento popular.
La Salida Rumana
¿Qué pasa cuando un dictador no abandona el poder a tiempo? Nada bueno. Nicolas Ceaucescu, uno de los dictadores más brutales de Europa, es el mejor ejemplo de esto. A finales de los 80, Rumanía estaba económicamente arruinada, con casos de malnutrición en algunas regiones. El 25 de diciembre de 1989, después de un discurso que fue recibido con abucheos, Ceaucescu fue ejecutado por sus propios compañeros de partido en un golpe de estado interno.
Algo similar podría suceder en Venezuela, donde una facción del gobierno o del ejército podría obligar a Maduro a abandonar el poder. Esto resultaría en un cambio vago y superficial, donde nuevas caras en el gobierno adoptarían políticas ligeramente más moderadas.
Un País en Venta: La Salida China
China es el único aliado que le queda a Venezuela y le ha prestado más de 60.000 millones de dólares a través de «PETRO CRÉDITOS». Sin embargo, PDVSA, la empresa estatal encargada de la extracción de petróleo, es muy ineficiente. La producción de PDVSA apenas llega al 43% de su capacidad. La situación está llevando a inversores chinos a perder la paciencia, y si Venezuela no puede devolver sus deudas, China podría incautar muchas de las propiedades que PDVSA tiene en Venezuela.
La cuestión es que los activos de PDVSA tienen un valor de 231.000 millones de dólares y Venezuela le debe a China más de 60.000 millones. Esto significa que Beijing podría quedarse con una cuarta parte de las propiedades de PDVSA. En otras palabras, quedarse con PDVSA es casi lo mismo que quedarse con Venezuela misma.
Una nueva dirección china en PDVSA podría hacer los ajustes necesarios para que la empresa vuelva a funcionar, lo cual, en principio, sería una buena noticia para la economía venezolana. Sin embargo, también significaría que Maduro perdería el control sobre la única empresa que mantiene a flote al gobierno venezolano.
Conclusión
Entonces, ¿cuál de estos tres escenarios es el más probable para Venezuela? Puede que veamos una mezcla de los tres, o tal vez surja un nuevo camino inesperado. Lo que está claro es que Venezuela se encuentra en una encrucijada, y el futuro sigue siendo una incógnita.
Nos queda estar atentos y observar la evolución de este país que, sin duda, seguirá dando mucho de qué hablar.