5 Motivos que Explican el Fracaso de las Empresas Públicas: ¿Por Qué Funcionan tan Mal?
La paradoja de los recursos naturales en América Latina: ¿Por qué no prosperan?
Para comenzar, les planteo una pregunta, ¿dónde se encuentran las mayores reservas probadas de petróleo en todo el mundo? Muchos responderían: Arabia Saudita, Irán, o quizá los Emiratos Árabes. Sin embargo, la respuesta correcta es Venezuela. A pesar de tener las mayores reservas de petróleo del mundo, Venezuela es hoy en día uno de los países más pobres, a pesar de haber sido en el pasado uno de los más ricos y estar históricamente conectado con Europa.
Uno podría pensar que Venezuela, con su abundancia de recursos naturales, debería ser tan próspero como Noruega o Australia. Pero la realidad dista mucho de ello. No solo es Venezuela, otros países latinoamericanos como México, Brasil, Ecuador y Argentina también poseen vastas reservas de petróleo que, bien aprovechadas, podrían fortalecer su economía de manera significativa. Pero esto simplemente no sucede.
El mal uso de los recursos naturales en América Latina
La paradoja no se limita a los combustibles fósiles. Por ejemplo, Bolivia y Argentina poseen casi el 45% de todas las reservas mundiales de litio, un recurso crucial en la producción de baterías recargables. Sin embargo, la producción conjunta de estos países apenas llega al 7% de la producción global. Entonces, ¿qué tienen en común estos países que les impide utilizar sus recursos de manera eficiente?
La respuesta comúnmente apuntada es la corrupción, la inestabilidad política, y los regímenes populistas. Pero existe un factor subyacente: la mayoría de las empresas dedicadas a la explotación de estos recursos son públicas, y precisamente por eso, no funcionan bien.
Empresas públicas vs. privadas: Una comparación de rentabilidad
Los datos no dejan lugar a dudas. Las empresas privadas en sectores como petróleo, gas y electricidad son significativamente más rentables que sus contrapartes públicas. Las empresas privadas pueden tener retornos de inversión hasta 300 veces mayores. Y eso, sin contar que muchos de estos datos provienen de 2012, año en el que países como Venezuela aún no habían colapsado económicamente.
Uno podría pensar que la solución obvia sería privatizar estas empresas. Sin embargo, en América Latina hablar de privatizaciones es casi sinónimo de hablar del infierno. La privatización de Pemex en México, por ejemplo, generó un descontento tal que casi provocó una crisis de magnitud nacional en 2008.
¿Existen soluciones alternativas?
Según la historia de otros países, sí, existen soluciones viables. Noruega, por ejemplo, tiene empresas públicas que explotan recursos naturales de manera eficiente y rentable. Entonces, ¿por qué no replicar ese modelo en América Latina?
Problemas estructurales de las empresas públicas latinoamericanas
Las empresas que funcionan bien tienen objetivos claros: ganar dinero, ser eficientes y maximizar sus recursos. Esto podría parecer obvio, pero en regímenes populistas es común ver empresas públicas funcionando más como herramientas políticas que productivas.
Un ejemplo típico es el uso de estas empresas para reducir el desempleo antes de unas elecciones, contratando trabajadores innecesarios para ganar votos. Venezuela es un caso paradigmático: la gasolina subvencionada a precios irrisorios hace poco sostenible la empresa petrolera estatal (PDVSA) y eventualmente conduce a su colapso.
Extractivismo gubernamental
Otro problema grave es el saqueo gubernamental. Cuando el gobierno necesita dinero, a menudo recurre a sus empresas públicas en lugar de aumentar impuestos o emitir deuda. Esto perjudica la salud financiera de las empresas, haciendo difícil planificar e invertir a largo plazo.
Curiosamente, el problema puede ser el opuesto: empresas públicas que se convierten en parásitos del estado. Ejemplos como Pemex recibiendo miles de millones de dólares para reducir su deuda muestran cómo el estado debe constantemente rescatar a estas empresas para evitar su quiebra.
Bajo rendimiento y corrupción
La corrupción y la falta de alineación de incentivos también juegan un rol importante. Directivos colocados a dedo por el gobierno a menudo persiguen sus objetivos personales, no los de la empresa. Esto crea un ambiente propicio para la corrupción y el bajo rendimiento.
Falta de transparencia
Además, la falta de transparencia y control dificulta aún más la gestión eficiente. Sin informes financieros detallados y estandarizados, dirigir una empresa pública se asemeja a conducir a ciegas, con consecuencias desastrosas.
Burocracia: El enemigo silencioso
La burocracia es otro freno importante. Proyectos urgentes deben pasar por infinitos trámites burocráticos, comprometiendo la capacidad de acción y decisión de las empresas públicas. La gestión ineficiente se convierte en la norma, no en la excepción.
Soluciones para una gestión eficiente de las empresas públicas
El primer paso es restringir el control político y asegurar que quien esté al frente tenga como principal incentivo el éxito de la empresa. Una estrategia útil es sacar a bolsa un porcentaje de las empresas públicas, permitiendo a los accionistas presionar para que las empresas sean rentables, mientras el estado mantiene la mayoría de la propiedad.
Otro enfoque es contratar directivos experimentados, darles libertad para actuar eficientemente y recompensar o castigar en función de los resultados obtenidos. Esto es similar a lo que se hace en países árabes como Qatar y Arabia Saudita.
Mejorar la transparencia
Para mejorar, es crucial establecer informes detallados, estandarizados y transparentes, siguiendo modelos internacionales. La comparación con las empresas de otros países también puede ofrecer incentivos reales para mejorar.
Restricciones presupuestarias estrictas
Es fundamental también limitar estrictamente la capacidad del gobierno para subvencionar o rescatar empresas públicas. Los precios de venta deben determinarse con criterios claros e independientes, y deben existir procedimientos de quiebra bien definidos para que directivos y trabajadores tengan incentivos correctos.
Conclusión
El éxito de las empresas públicas pasa por gestionarlas como si fueran privadas: sin tanto intervencionismo estatal, con menos burocracia, inversiones privadas y directivos de alta experiencia. Es una receta difícil de implementar, pero no imposible.
América Latina tiene el potencial para ser una potencia en recursos naturales. Sin embargo, aprovechar este potencial al máximo requiere una profunda transformación estructural en la gestión de sus empresas públicas. Esta podría ser la clave para transformar naciones ricas en recursos naturales en verdaderas potencias económicas.
Y ahora, ¿qué otras soluciones aplicarías? ¿Crees que los políticos serían capaces de implementar las reformas necesarias? La discusión queda abierta para que puedas compartir tus ideas.