¡Sorpréndete con Suiza: El país donde el presidente solo gobierna un año
Suiza: Un País Singular y Fascinante
Suiza es, sin lugar a dudas, uno de los países más especiales, deslumbrantes y asombrosos del mundo. A pesar de estar enclavado entre montañas y no contar con recursos naturales destacables, se ha convertido en uno de los estados más ricos del planeta. Este país está lleno de curiosidades: es el lugar donde se inventó el chocolate con leche, conocido manjar para algunos y sacrilegio para otros. Además, es famoso por fabricar los mejores relojes del mundo y tener cuatro idiomas oficiales, a pesar de contar con una población de menos de nueve millones de habitantes.
Un dato que puede sorprender es que Suiza no tiene una capital oficial. Aunque muchos piensen inmediatamente en Berna, esta ciudad es solo la sede del Consejo Federal, es decir, del gobierno suizo, por lo que actúa como capital sin llevar oficialmente el título.
Las montañas, el entorno natural envidiable, la riqueza y la libertad democrática hacen de Suiza un lugar peculiar. Sin embargo, hay un elemento más a considerar: su particular y asombroso sistema político.
El Sistema Político Suizo
El sistema político suizo ha sido catalogado por numerosos analistas como una utopía moderna. Se basa en tres principios fundamentales: descentralización, federalismo y democracia directa. Hablamos de un país donde la ciudadanía lleva más de un siglo decidiendo directamente sobre los asuntos más destacados de la política estatal. Este modelo no se ha desarrollado en unos pocos años; comenzó en 1848 cuando pasó de ser una simple confederación de cantones independientes a un estado moderno con un gobierno central, aunque con el poder muy descentralizado.
En Suiza, los cantones juegan un papel clave. Podríamos compararlos con los estados en EE.UU., las comunidades autónomas en España o los länders en Alemania, pero con una autonomía mucho mayor. Suiza cuenta con 26 cantones y más de 2000 comunas, que son sus municipios. Los cantones gestionan áreas como la educación secundaria, la salud, la cultura, las infraestructuras cantonales y la seguridad policial, teniendo incluso la potestad de decidir cómo recaudar y gestionar sus propios impuestos. Las comunas se encargan de la educación primaria y de servicios de mayor proximidad, como la limpieza de las calles o la seguridad local.
La Democracia Directa Suiza
Una de las características más notables del sistema político suizo es su democracia directa. En Suiza, los ciudadanos no se limitan a votar cada cuatro años y dejar que sus representantes decidan; aquí, votan entre 3 y 4 veces al año sobre temas específicos de política nacional. Además de estas votaciones frecuentes, los suizos pueden lanzar iniciativas populares y referéndums.
Las iniciativas populares permiten que cualquier ciudadano proponga una ley que debe ser sometida a votación parlamentaria si logra reunir más de 100.000 firmas de apoyo. Por otro lado, los referéndums pueden ser propuestos por los ciudadanos para aprobar o rechazar normas de considerable importancia social, necesitando 50.000 firmas para ser organizados. En Suiza, cualquier cambio en la constitución debe ser votado por los ciudadanos a través de estos mecanismos.
En 2021, por ejemplo, se celebraron cuatro consultas populares: el 7 de marzo, el 13 de junio, el 27 de septiembre y el 28 de noviembre. Para que una iniciativa o referéndum sea aprobado o rechazado, no solo cuentan los votos de los ciudadanos, sino también los votos de los cantones. Esto añade un nivel adicional de complejidad, ya que no todos los cantones tienen el mismo peso al votar.
El Poder Legislativo en Suiza
El poder legislativo en Suiza es bicameral, compuesto por el Consejo Nacional y el Consejo de los Estados. El Consejo Nacional representa a todos los ciudadanos y está compuesto por 200 representantes elegidos por circunscripciones cantonales. El Consejo de los Estados, por su parte, representa a los cantones, estando compuesto por 46 representantes (2 por cada uno de los 20 cantones completos y 1 por cada uno de los 6 medios cantones).
Ambas cámaras forman la Asamblea Federal y se reúnen en ocasiones específicas como la elección del presidente del Consejo Federal. El sistema legislativo suizo es conocido por su alta pluralidad política, con varios partidos compartiendo el poder y obligados a colaborar continuamente.
El Gobierno Federal Suizo
El gobierno federal suizo es uno de los más particulares del mundo. Los presidentes de la Confederación Suiza solo están un año en el poder, y el gobierno se rige por el sistema directorial. Esto significa que los siete miembros del Consejo Federal, el organismo que ejerce el poder ejecutivo, tienen la misma consideración en términos de poder y derechos.
El presidente solo preside las reuniones y representa al gobierno en las relaciones exteriores, sin tener más poder que sus colegas. Además, los partidos políticos dentro del Consejo Federal suelen dividirse según la fórmula 2+2+2+1, representando a los cuatro partidos más votados. Este sistema también considera la diversidad cultural, asegurando que los representantes del gobierno federal provengan de las diferentes regiones lingüísticas del país.
Las decisiones del gobierno deben ser defendidas por todos los miembros del Consejo Federal, independientemente de sus opiniones personales. Este enfoque promueve el consenso y la cohesión, haciendo que el gobierno suizo funcione de manera efectiva a pesar de sus complejidades.
Retos del Sistema Político Suizo
A pesar de sus numerosas ventajas, el sistema político suizo se enfrenta a ciertos desafíos. Uno de ellos es el llamado «veto federalista de facto». En Suiza, una ley aprobada por el Consejo Nacional puede ser rechazada por el Consejo de los Estados sin considerar la distribución demográfica. Esto significa que un pequeño grupo de cantones puede bloquear decisiones que cuenten con el respaldo de la mayoría de la población.
Además, la inmigración ha aumentado significativamente en las últimas décadas, y más del 20% de la población residente en Suiza es extranjera. Sin embargo, solo los ciudadanos suizos pueden participar en la política federal, y la obtención de la ciudadanía es complicada. Esto excluye a una parte creciente de la población de la vida política, creando un desafío para el futuro.
Conclusión
El sistema político suizo es una combinación única de democracia directa, federalismo y descentralización. A pesar de sus retos, ha demostrado ser un modelo eficaz, garantizando la cohesión y prosperidad en una sociedad diversa. La pregunta es si este modelo podría ser replicado en otras partes del mundo. ¿Podría funcionar un sistema así en tu país?