¿Puede Etiopía Prosperar Bajo un Sistema Democrático?
El Milagro Económico y Político de Etiopía: Un Viaje Increíble
Etiopía, a menudo conocida por ser la cuna del café, ha vivido una transformación sorprendente en los últimos años. Durante décadas, este país se encontraba entre los más pobres del mundo. Sin embargo, si has estado siguiendo informes de actualidad, sabes que Etiopía es el escenario de uno de los milagros económicos más impresionantes de nuestro tiempo. En los últimos años, su economía ha crecido a un ritmo promedio del 10% anual.
El Renacimiento Económico de Etiopía
La transformación económica de Etiopía ha sido notable. Marcas internacionales de renombre, como Calvin Klein y H&M, han comenzado a establecer grandes talleres textiles en el país. Además, numerosas empresas chinas han montado sus fábricas en las afueras de Addis Abeba. Algunos ya han comenzado a referirse a Etiopía como «la China de África». En 2019, Hyundai abrió su primer centro de ensamblaje en el país, un claro indicador de la creciente confianza internacional en Etiopía. Cada vez más etíopes están saliendo de la pobreza extrema, contribuyendo a una mejora general en la calidad de vida.
Sin embargo, el verdadero milagro etíope no se limita a su crecimiento económico. Hasta el año 2018, Etiopía mantenía un sistema autoritario similar al de China, caracterizado por un partido único, censura y persecuciones de minorías étnicas. La llegada de Abiy Ahmed Ali como nuevo primer ministro en 2018 marcó un punto de inflexión decisivo en la historia del país.
La Revolución Política de Abiy Ahmed Ali
Abiy Ahmed, a pesar de su origen como general del ejército y miembro del partido único, asombró a muchos al tomar el poder. Contra todo pronóstico, decidió abandonar décadas de autoritarismo y transformar Etiopía en una democracia modelo para África. De la noche a la mañana, eliminó la censura, prohibió las persecuciones étnicas realizadas por el ejército y anunció elecciones libres para 2020. Además, firmó un tratado de paz con Eritrea, lo que fue un impulso significativo para los inversores internacionales.
Estas decisiones llevaron al renacimiento cultural y mediático del país. Nuevos periódicos, programas de televisión y periodistas regresaron al país tras años de exilio. Por primera vez, se podían hacer chistes sobre políticos y caricaturas del primer ministro. Incluso se habla de la «Abiymanía», con grupos religiosos que ven en Abiy Ahmed a un mesías enviado por Dios. En Eritrea, un país anteriormente enemigo, las madres comenzaron a nombrar a sus hijos en honor al primer ministro etíope.
Los Desafíos de la Transición Democrática
A pesar de los logros, la transición democrática de Etiopía no ha sido fácil. En junio de 2019, el presidente del estado de Amhara, Ambachew Mekonnen, fue asesinado en un intento de golpe de estado. La reacción del gobierno central incluyó una respuesta militar y un corte de Internet de casi dos días, lo que limitó las voces críticas y los medios de comunicación. Este y otros eventos, como las protestas de los Sidama, que reclamaban un referéndum de autodeterminación, han puesto a prueba el compromiso de Abiy Ahmed con la libertad y la democracia.
Un País en Constantre Transformación
Etiopía es un país enorme, con más de 100 millones de habitantes y más de 13 grupos étnicos distintos. Su compleja diversidad cultural y étnica plantea desafíos únicos. La constitución federal etíope es notable, ya que reconoce el derecho a la secesión, una característica compartida solo con Liechtenstein. Sin embargo, en la práctica, este derecho ha resultado ser papel mojado, con regiones siendo invadidas cada vez que intentan separarse.
Los Oromos, Amharas y Tigres son los grupos étnicos que realmente controlan el país, mientras que el resto de las tribus han sufrido violaciones de derechos humanos, desplazamientos forzados y confiscaciones de tierras. El país también ha estado en conflicto con su vecino, Eritrea, durante muchos años. Aunque la economía iba en ascenso con un crecimiento interanual del 10%, la situación política estaba lejos de ser ideal.
La administración de Abiy Ahmed no solo ha enfrentado desafíos internos, sino también económicos y sociales. En 2019, Etiopía fue sorprendida por una terrible sequía que dejó a muchas regiones en situación de hambruna y el desempleo alcanzó el 20%, lo que desató la desesperación entre los jóvenes. Ahora, bajo la presión de una «vieja guardia» descontenta del ejército y la complicada convivencia de múltiples tribus, el futuro de la democracia etíope depende en gran medida de la capacidad de Abiy Ahmed para gestionar estos problemas de manera justa y efectiva.
Mirando Hacia el Futuro: Elecciones y Desafíos
A pesar de los desafíos, Abiy Ahmed parece comprometido con su promesa de convocar elecciones libres en 2020. Esto implica actualizar el censo electoral, una tarea monumental en un país con muchos problemas estructurales. Etiopía sigue siendo un país pobre y su gobierno tiene que enfrentarse a numerosos desafíos, entre ellos el elevado desempleo. La pregunta permanece: ¿Podrá Etiopía celebrar elecciones libres sin contratiempos significativos? ¿Cuántas tentaciones enfrentará Abiy Ahmed para regresar a un régimen autoritario?
El derecho de autodeterminación es un tema delicado en Etiopía. Los Sidama, uno de los grupos reprimidos por el ejército, decidieron convocar un referéndum de autodeterminación. Inicialmente, el gobierno de Addis Abeba pidió posponer el referéndum por cinco meses, lo que desencadenó protestas violentas. Sin embargo, en un paso sorprendente, el gobierno anunció que permitiría que el referéndum se llevara a cabo en noviembre.
La libertad de expresión también ha visto un renacimiento, aunque los desafíos permanecen. Mientras que los medios han ganado libertad para reportar noticias críticas, como los disturbios de los Sidama con más de 30 muertos, aún está por verse si esta libertad se mantendrá estable a largo plazo.
Conclusión: Un Futuro Incierto pero Prometedor
Etiopía se encuentra en una encrucijada histórica, balanceándose entre la promesa de un futuro democrático y las realidades difíciles de una transición política. La transformación liderada por Abiy Ahmed está llena de esperanza y desafíos, y mientras el país sigue enfrentando problemas internos y externos, la comunidad internacional observa atentamente. El compromiso de Abiy Ahmed con derechos humanos, la paz y la democratización podría convertir a Etiopía en un faro de esperanza para África, siempre y cuando logre sortear los obstáculos que enfrenta en su camino hacia el cambio.
En última instancia, el futuro de Etiopía dependerá de la capacidad de su liderazgo para mantenerse fiel a sus ideales democráticos y gestionar de manera equitativa y justa la diversidad y los desafíos del país. Abiy Ahmed tiene la oportunidad de convertirse en una figura histórica, similar a Nelson Mandela, pero solo el tiempo dirá si Etiopía está preparada para abrazar plenamente la democracia y la libertad.