Conoce Bután: El Fascinante País del Dragón del Trueno

Introducción a Bután: El Reino del Dragón del Trueno

Bután es, sin duda, uno de los países más misteriosos y fascinantes del mundo. Situado en la cordillera del Himalaya, este pequeño reino ha permanecido aislado tanto geográfica como política y comercialmente. Con una extensión similar a la de Suiza, pero con una población diez veces menor, se ha ganado la etiqueta del «Reino Ermitaño». Pero, ¿qué es realmente Bután? ¿Qué hace que su gobierno proclamara con orgullo ser el país más feliz del mundo? En este artículo, exploraremos la intrincada sociedad, la economía y el sistema político de Bután, revelando las verdades ocultas detrás de su aura de felicidad y serenidad.

Un Paisaje Prístino

Si visitas Bután, una de las primeras cosas que notarás será su impresionante paisaje natural. Con casi tres cuartas partes de su territorio cubiertas por bosques y un 60% de su tierra designada como zonas protegidas, Bután es un paraíso ecológico. Incluso existe un parque natural dedicado a la preservación de una criatura legendaria: el Yeti. Este compromiso con el medio ambiente ha convertido a Bután en uno de los países más intactos ambientalmente en todo el planeta.

Turismo Exclusivo

A diferencia de otros destinos turísticos, en Bután el turismo es una actividad restringida y regulada. Sólo se permitió el turismo a partir de 1974 y, incluso hoy, los turistas deben pagar una tasa diaria que va de 200 a 290 dólares. Esta tarifa incluye guía, hotel y comida. En otras palabras, para visitar Bután, es necesario reservar un paquete turístico con el gobierno, lo que hace que el turismo en esta nación sea una experiencia única y altamente selectiva.

La Innovación del Índice de Felicidad Bruta

En 1972, el entonces rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck, introdujo el concepto de Índice de Felicidad Bruta (IFB) como una alternativa al Producto Interior Bruto (PIB) para medir el progreso y el bienestar de una nación. Este indicador abarca aspectos como el bienestar psicológico, las relaciones comunitarias, la salud, la educación y el uso del tiempo, buscando complementar los logros materiales con el bienestar emocional y espiritual.

Realidad vs. Expectativas

A pesar del énfasis en la felicidad, Bután no es el país más feliz del mundo según el Informe Mundial de la Felicidad de 2019, que lo coloca en el puesto 95. Esta clasificación sorprende, ya que el índice de felicidad bruta ha sido uno de los pilares de la identidad nacional de Bután. De hecho, las naciones más felices suelen ser las más prósperas económicamente, lo que plantea una contradicción interesante respecto a Bután.

Problemas Económicos y Sociales

A pesar de ciertos avances, Bután sigue enfrentando serios desafíos. La pobreza es un problema persistente, con un cuarto de la población viviendo con menos de $1.25 al día. Aunque la esperanza de vida y la escolarización han mejorado, el nivel de vida sigue siendo muy bajo, situándolo entre los países menos desarrollados del mundo. Además, el cambio climático está afectando gravemente su agricultura, de la cual depende gran parte de su población.

Aumento de la Criminalidad

Aunque Bután es un país relativamente tranquilo, los crímenes violentos y las bandas callejeras han aumentado, añadido al problema del mercado negro de bienes básicos y alimentos. Estos problemas señalan que la imagen de serenidad no es tan perfecta como se presenta.

Potencial en Energía Hidroeléctrica

Bután ha encontrado una gran oportunidad en la energía hidroeléctrica, aprovechando su geografía montañosa para producir y exportar energía a países vecinos como India. La energía hidroeléctrica representa casi el 30% de los ingresos del gobierno y el 14% del PIB del país, convirtiéndola en un ‘oro azul’ vital para su economía.

Relación con India

India es el principal socio económico y político de Bután. Prácticamente el 90% de las importaciones y el 80% de las exportaciones de Bután están relacionadas con India. Esta alta dependencia ha llevado a una relación muy estrecha entre ambos países, pero también plantea preguntas sobre la autonomía y la influencia de Bután.

El Rol de China

A pesar de las inversiones y ayudas chinas en áreas como la salud y la educación, Bután mantiene una relación más bien simbiótica con India y ha rechazado grandes ofertas chinas como la participación en la nueva Ruta de la Seda. La presencia china, aunque creciente, es aún mínima en comparación con la de India.

Problemas de Derechos Humanos

Una de las caras menos conocidas de Bután es su historial de discriminación y persecución hacia las minorías étnicas, como los Lhotshampa, de origen nepalí. Durante la década de 1990, decenas de miles de Lhotshampas fueron despojados de su ciudadanía y deportados a campos de refugiados en Nepal y la India, lo que desencadenó conflictos sociales y militares.

Persecución y Expulsión

La expulsión de los Lhotshampas fue una medida drástica y arbitraria del gobierno, basada en estrictas y poco claras leyes de ciudadanía. Muchos de estos individuos no podían demostrar su larga residencia en Bután debido a la falta de documentación formal, lo que llevó a su desplazamiento forzoso y la creación de apátridas.

Un Sistema Político Peculiar

Bután es una monarquía que ha adoptado la democracia apenas en los últimos años. Las primeras elecciones democráticas se celebraron en 2007 y el primer gobierno elegido completamente por las urnas no llegó hasta 2011. Esta transición reciente significa que muchas estructuras autoritarias aún persisten, y las libertades civiles y políticas siguen siendo limitadas.

Medios de Comunicación Limitados

La televisión llegó a Bután en 1999, lo que refleja su relativo aislamiento de la globalización y la modernidad. La influencia de la globalización es mínima, y la sociedad se rige por estructuras y valores tradicionales que contrastan con la modernidad.

Conclusión

Bután es un país de contrastes, un rincón del mundo que mezcla belleza natural y espiritual con complejidades sociales y económicas. Su imagen como la «nación más feliz del mundo» es, en muchos sentidos, una construcción que oculta profundos problemas dentro de su sociedad. A medida que Bután se abre más al mundo y abraza la democracia, estas contradicciones probablemente se harán más evidentes, ofreciendo una visión más completa de esta enigmática nación.

Sin duda, Bután seguirá siendo un lugar fascinante y cautivador que atrae a aquellos interesados en explorar sus misterios y encantos únicos.

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