¿Cómo Irán está Dominando el Medio Oriente?
El Cataclismo de Chernóbil e Irán: ¿El Principio del Fin?
El desastre de Chernóbil en 1986 no solo marcó un punto negro en el historial de la energía nuclear, sino que también supuso el principio de la desintegración de la Unión Soviética. Incluso las élites comunistas comenzaron a cuestionar la viabilidad del sistema. Mijaíl Gorbachov, el último líder de la URSS, llegó a afirmar que Chernóbil, más que la Perestroika, fue responsable del colapso definitivo soviético.
Treinta años después, un evento similar podría estar germinando en la República Islámica de Irán. A principios de 2020, Irán derribó accidentalmente un avión ucraniano lleno de pasajeros, desencadenando una ola de vergüenza incluso entre los defensores más férreos de los ayatolas. Miles de personas salieron a las calles en protesta contra el régimen, lo que nos lleva a una pregunta crucial: ¿Estamos ante un “Chernóbil iraní”?
La Crisis Interna y la Expansión Externa de Irán
Irán es un país lleno de contradicciones. Internamente, su economía se está desplomando. Los iraníes sufren una inflación de dos dígitos, escasez de alimentos básicos, y un desempleo en constante aumento. Pero, paradójicamente, el imperio iraní brilla lejos de sus fronteras.
Irán ejerce una enorme influencia en la región. Iraq, Yemen y Siria están en camino de convertirse en satélites de Teherán. A pesar de que el ejército iraní emplea armas desfasadas, ha sido capaz de enfrentarse a potencias como Arabia Saudita, Estados Unidos e incluso Israel. Sin embargo, esta política expansionista tiene un precio alto: el descontento interno.
La Educación y las Protestas en Irán
Irán cuenta con una población altamente educada, muchos de los cuales no están dispuestos a vivir en una teocracia islámica. Esto, sumado a la crisis económica, explica por qué el país ha estado sumido en protestas desde principios de 2018.
«El líder supremo vive como un dios mientras nosotros, el pueblo, vivimos como mendigos», es una de las consignas que se ha escuchado en las manifestaciones. Una de las quejas recurrentes se centra en que, mientras los iraníes apenas tienen para comer, el régimen de los ayatolás sigue gastando ingentes sumas de dinero en apoyar a grupos como Hamás en Palestina o Hezbolá en el Líbano. A esto se suma el aislamiento internacional que sofoca aún más la economía iraní.
¿Por qué entonces Irán invierte tanto en expandirse militarmente mientras su pueblo apenas puede subsistir? En este artículo, vamos a explorar la dinámica del régimen de los ayatolás y evaluar si estamos ante el principio del fin de este gobierno.
Ideología y Populismo: El ADN del Régimen Iraní
Desde la Revolución Islámica de 1979, Irán ha estado gobernado por una teocracia islámica liderada por el Ayatolá Jomeiní. Para entender mejor la ideología de los ayatolás, podemos compararlos con los peronistas argentinos, otro movimiento populista que se vendía como una revolución para los pobres.
Jomeiní llegó al poder aupado por una coalición heterogénea que incluía a comerciantes locales y comunistas iraníes, aunque estos últimos fueron eliminados una vez consolidado su poder. Esta flexibilidad ideológica, «estos son mis principios, pero si no te gustan, tengo otros», ha sido una característica constante del régimen iraní.
La Guerra y la Supremacía Regional
El régimen necesita enemigos externos para justificar su permanencia en el poder. Enemigos como Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita, que representan, respectivamente, el capitalismo decadente, el sionismo y el islam sunita.
La guerra de Irán con Irak en los años 80 enseñó lecciones cruciales al régimen:
- Necesitaban controlar la región para sobrevivir.
- No podían enfrentar a grandes potencias militares cara a cara.
La estrategia de «guerra asimétrica» se convirtió en la única manera de luchar y ganar. Así nacieron la Guardia Revolucionaria Islámica y las Fuerzas Quds, maestros en la guerra de guerrillas y ataques pequeños pero muy bien organizados.
La Expansión Geopolítica
El vacío de poder creado por las intervenciones de Estados Unidos en Irak y Afganistán proporcionó a Irán el escenario perfecto para expandir su influencia mediante la guerra asimétrica. Según informes de inteligencia, Irán construyó campos de entrenamiento para grupos locales afines en lugares como el Líbano e Irán mismo.
Estos campos de entrenamiento permitieron a grupos como Hezbolá y Hamás, aunque sunitas, recibir entrenamiento y armas de Irán. La flexibilidad del régimen permitió superar diferencias sectarias por objetivos geopolíticos más grandes.
En la primera década del siglo XXI, Irán expandió su área de influencia considerablemente. A pesar de las sanciones económicas interpuestas por Occidente, los ayatolás incrementaron su control en países como Irak y Siria. La retirada de las tropas estadounidenses de Irak bajo la administración Obama dejó un vacío de poder que Irán aprovechó para establecer su dominio a través de los milicianos chiítas y las fuerzas Quds.
Las Sanciones y el Colapso Económico
A pesar de las reservas de petróleo que posee Irán, su economía está colapsada debido a las sanciones. Los principales compradores de petróleo iraní, China e India, han reducido sus compras significativamente. Además, las inversiones extranjeras de empresas europeas se han frenado en seco. Lo explicamos en varios de nuestros vídeos, cuyos enlaces podéis encontrar en la descripción.
La inflación de dos dígitos, el desempleo y la escasez de alimentos son moneda corriente en Irán. Las protestas que comenzaron en 2018 culminaron en noviembre de 2019 cuando el gobierno aumentó el precio de la gasolina, provocando manifestaciones masivas en todo el país. La reacción del gobierno fue brutal, con la policía reprimiendo violentamente las protestas e incluso asesinando a manifestantes, según Amnistía Internacional.
El Golpe de Soleimani y sus Consecuencias
La situación se complicó aún más con el asesinato del general Qasem Soleimani el 3 de enero de 2020. Inicialmente, esto generó un repunte de apoyo en las calles de Teherán, pero el derribo accidental de un avión ucraniano cinco días después volvió a incendiar los ánimos. En este acto, 176 personas murieron, incluidos 82 iraníes.
La opacidad del gobierno para manejar esta crisis agravó aún más el descontento, provocando protestas masivas y recordándonos al desastre de Chernóbil en la URSS. El gobierno iraní no solo mató a sus propios ciudadanos en un trágico error, sino que también intentó ocultarlo, algo imposible en la era de los teléfonos móviles y redes sociales.
El Futuro del Régimen Iraní
Irán se encuentra ahora en una encrucijada. El Observatorio Constitucional ha prohibido a miles de personas presentarse a las elecciones parlamentarias, una medida que parece más una purga de moderados que una lucha contra la corrupción. Esto indica que el régimen prefiere excluir a la oposición en lugar de mostrar flexibilidad o buscar una reconciliación nacional.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Puede el régimen del Ayatolá Ali Jamenei sobrevivir a este creciente descontento interno? La historia nos muestra que cuando un régimen pierde el apoyo popular y está aislado internacionalmente, su estabilidad se vuelve frágil.
Ahora bien, ¿surgirá un nuevo líder capaz de captar este descontento y transformar el país? O, ¿El régimen será capaz de mantener un control férreo sobre el poder pese a todo? Solo el tiempo lo dirá, pero es evidente que la República Islámica de Irán está viviendo uno de los momentos más críticos de su historia reciente.
Conclusión
Irán se encuentra en una situación precaria, donde las políticas de expansión militar y la represión interna podrían ser las ulteriores causas de su propia ruina. Las lecciones de Chernóbil están ahí para quien quiera aprender: la falta de transparencia y la represión no son soluciones sostenibles.
El liderazgo iraní está en una encrucijada, y su futuro dependerá en gran medida de cómo manejen esta crisis. Lo que está claro es que el país enfrenta una tormenta perfecta de problemas internos y externos, y cualquier pequeño incidente podría ser el catalizador de un cambio radical.