Transforma Venezuela en una Potencia Económica: Los Ambiciosos Proyectos de Maduro
El Renacimiento Económico de Venezuela: Un Análisis Detallado del Nuevo Rumbo
Queridos amigos, Venezuela está viviendo una nueva luna de miel con su economía. El incendio inflacionario se extingue poco a poco y las exportaciones de crudo han crecido tras el alivio de las sanciones de Estados Unidos. Se espera que a finales de este año su Producto Interno Bruto (PIB) crezca por lo menos un 8%. Naturalmente, Venezuela sigue siendo una dictadura y, sí, sigue siendo terriblemente pobre. Pero, como ya nos demostró China hace tan solo unas décadas, a veces la apertura económica puede ir por un carril mientras que el autoritarismo político sigue por el otro. O dicho de otra forma, Venezuela podría convertirse en la nueva China de América: un país devastado por el socialismo que ahora podría abrirse de nuevo a los mercados y al capitalismo.
Venezuela y Su Potencial Económico
No creo que esto sea una ilusión. El propio Nicolás Maduro ha empezado a mostrarse muy amable con los empresarios, a quienes hasta hace poco demonizaba. Y si alguien tiene conciencia en el país de estos temas, son los actores económicos: los empresarios. Las empresas venezolanas han levantado la fantasía creída por muchos de que los revolucionarios, los socialistas, son enemigos de los empresarios privados. A pesar de 25 años de chavismo, Venezuela sigue siendo una nación rica en petróleo, gas natural, reservas de agua dulce y diversos minerales. Su potencial es casi inigualable.
El Nuevo Plan Económico de Nicolás Maduro
Nicolás Maduro lo sabe. Ante el evidente fracaso de la ideología chavista, ha lanzado un nuevo plan que promete cambiar por completo el rumbo del país. Aquí hablamos de la nueva política económica de Venezuela en términos simples. Esta nueva hoja de ruta promete atraer inversiones extranjeras privadas, conseguir flujo de divisas, generar empleo y repuntar la actividad económica.
¿Cuál es la clave de este nuevo plan del gobierno? Pues la clave son las zonas económicas especiales. Esta medida fue precisamente la misma que usó China para abandonar el socialismo y abrirse a los mercados. Este enfoque ha permitido a muchos países del mundo tomar el camino del desarrollo tecnológico e industrial. En el caso venezolano, se espera que permita avanzar en la integración de un nuevo modelo económico post-petrolero. Desde Caracas, las intenciones parecen ir en serio. Ya se han declarado 5,4 millones de hectáreas del territorio venezolano como zonas económicas especiales.
Zonas Económicas Especiales: Un Modelo de Esperanza
En estos lugares, las empresas extranjeras podrán invertir a cambio de múltiples ventajas fiscales y administrativas. Estas incluyen exención total o parcial de impuestos sobre la renta, más libertad arancelaria e incluso soporte directo y especializado de los servicios públicos. Aunque las zonas económicas especiales puedan sonar como simples zonas francas comunes que existen en muchos países del mundo, para Venezuela podrían suponer un cambio radical tanto ideológico como productivo. El chavismo está coqueteando con un capitalismo de estado bolivariano.
Desafíos y Oportunidades
Sin embargo, a pesar de todas estas medidas, no ha habido una avalancha de empresas extranjeras deseando invertir su dinero en el país. Lo más reseñable es que los únicos que se están beneficiando de este plan son amiguetes de gobiernos aliados como el de China o Turquía. Por ahora, las zonas económicas especiales se han enfocado en los BRICS, es decir, países no especialmente alineados ni con los grandes mercados ni con el capitalismo occidental. Si esperabas que Google o Apple invirtieran en Venezuela, puedes esperar sentado. La credibilidad del régimen está por los suelos.
Sanciones y Retos Económicos
Por otro lado, las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea sobre el régimen venezolano hacen que las inversiones sean sumamente arriesgadas. Esto se debe a temas de trazabilidad fiscal internacional. ¿Quiere decir esto que todo está perdido? No necesariamente. Nicolás Maduro viene celebrando los buenos datos de la economía venezolana como la muestra de éxito de su nuevo perfil económico. Hablamos de un rebote en el PIB de nada menos que 16 puntos. Pero, ¿son estos buenos datos una prueba del éxito y la diversificación del nuevo plan económico de Maduro? Veámoslo.
El Eterno Protagonista: El Petróleo
A pesar de que el régimen está mostrando las zonas económicas especiales como su punta de lanza del programa de recuperación económica, las raíces del aparente repunte venezolano siguen estando en el petróleo. Durante 2023, Estados Unidos levantó buena parte de las sanciones impuestas sobre el crudo venezolano, permitiendo que el ‘oro negro’ levantara la cabeza. Durante los primeros nueve meses de 2023, la producción petrolera aumentó un 7.4% con respecto al mismo periodo de 2022.
Además, el Tesoro de Estados Unidos permitió que el Banco Central de Venezuela pudiera desarrollar operaciones relacionadas con la exportación de hidrocarburos y minerales. Esto supuso un alivio a la falta de divisas. Sin divisas, la inflación venezolana no hacía más que quemar el valor del bolívar. Aquí, el papel de los hidrocarburos resulta esencial, ya que suponen el 85% de las exportaciones del país. Sin embargo, la nueva política económica chavista sigue necesitando petróleo y la colaboración de Estados Unidos como agua de mayo.
Otras Exportaciones e Inversiones
¿Qué hay del resto de exportaciones que no son hidrocarburos? ¿Podrían las zonas económicas especiales impulsar su crecimiento? De momento, este tipo de exportaciones dependen en su mayoría de países con filosofía atlántica. Un posible nuevo recrudecimiento de las sanciones sobre el régimen chavista en el corto plazo no solo sería un mazazo a su sector fósil, sino que también condicionaría a todos los sectores que podrían beneficiarse de las zonas económicas especiales.
Desafíos Internos
Además de las dificultades externas, el régimen sigue teniendo muchos problemas internos. A pesar de que la economía venezolana se ha aliviado, los pequeños negocios privados siguen sufriendo falta de crédito, dificultades tributarias y problemas con los servicios elementales. Sin embargo, a veces hay que ser optimistas. El panorama actual nos deja una luz al final del túnel.
Si una política aperturista malograda, con una pequeña ayuda del contexto internacional, ha permitido mitigar la inflación y plantar las bases de cierta reactivación económica, ¿qué podría suceder con Venezuela si las cosas se hicieran mejor? Simplemente con levantar sanciones y con una pequeña mejora económica, Venezuela está yendo bastante bien. Así que, con un plan serio y con reformas de calado, Venezuela podría efectivamente volver a ser rica.
El Potencial Energético y el Futuro
No cabe duda de que el potencial energético exportador del país facilita que el mínimo alivio financiero permita un rápido despegue en ciertos sectores. Después de un cuarto de siglo, el chavismo aún no ha destruido el potencial del país. La semilla sigue existiendo. Por ejemplo, los salarios promedios han crecido considerablemente. Incluso los obreros y operadores ganan ahora casi un 330% más que hace cuatro años.
Otro dato alentador es el de Atanas Grupo Consultor, quienes estiman que durante los primeros nueve meses de 2023, el consumo de los hogares tuvo un crecimiento real del 14.4%. Las remesas del año pasado representaron el 4.6% del PIB, lo que indica que al mejoramiento interno se le suma un flujo considerable de ayuda de venezolanos en el exterior que envían dinero a sus familiares en el país.
Aunque hay muchas dificultades como los servicios públicos deteriorados, infraestructuras de transporte y sanidad paupérrimas, y una enorme falta de capital humano debido a la emigración de casi 8 millones de personas, el potencial existe. A fin de cuentas, seguimos hablando de una nación donde la mitad de la población está al borde de la pobreza extrema. En contextos como este, a veces la mejora es un indicador macroeconómico que dice entre poco y nada.
Conclusiones y Futuro
Estamos hablando de potencial, no de que el chavismo realmente pueda darle la vuelta al perfil económico del país. Para ello, necesitará reformas de más calado, garantías jurídicas, buenas relaciones con los países ricos y programas macroeconómicos serios que incluyan controles al desproporcionado Estado bolivariano. El nuevo plan económico es un buen comienzo. Las zonas económicas especiales han demostrado funcionar bien en muchos países, pero el esfuerzo de Maduro tendrá que ir más allá de bajar impuestos en algunas regiones del país.
Por lo tanto, ¿qué le deparará el futuro a Venezuela? ¿Conseguirá Maduro hacer reformas de calado credibles para el país? ¿Podrá desarrollarse finalmente un capitalismo bolivariano como el capitalismo de estado chino? Queda por ver. Lo cierto es que Venezuela tiene un potencial enorme, pero necesita más que promesas para alcanzarlo.