Razones detrás de la Pobreza en Países de Mayoría Musulmana
Entendiendo la Brecha Económica en el Mundo Islámico
Los países del mundo islámico, incluyendo Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Libia, Jordania, Irak, Afganistán y Yemen, comparten dos características comunes: pobreza y una profunda tradición islámica. Exceptuando las monarquías árabes del Golfo Pérsico, enriquecidas por el petróleo, y algunas excepciones como Singapur, la mayoría de las naciones musulmanas son extremadamente pobres. Específicamente, el PIB per cápita de los países predominantemente musulmanes es, en promedio, unos $5,000 más bajo que el resto del mundo.
Teorías sobre la Pobreza en el Mundo Islámico
El fenómeno de la pobreza en los países islámicos ha sido objeto de múltiples estudios. Principalmente, existen dos teorías que han ganado tracción en la sociedad.
Primera Teoría: Cultura y Religión Islámica
La primera teoría sugiere que la cultura y la religión islámica en sí son opuestas al progreso. De acuerdo con esta perspectiva, los principios del comercio y la democracia son frecuentemente rechazados por las sociedades musulmanas. De hecho, mientras que el 60% de los países a nivel mundial se rigen por sistemas democráticos, solo el 14% de los países musulmanes sigue este tipo de gobierno.
Segunda Teoría: Colonialismo Occidental
La segunda teoría defiende que la raíz del problema no es la religión sino el colonialismo occidental, que históricamente ha explotado y sigue explotando los recursos naturales de estos países.
Un Vistazo al Pasado: El Auge del Mundo Islámico
A pesar de estas teorías, hay evidencia histórica que demuestra que estos motivos quizá no son las causas fundamentales del subdesarrollo en el mundo islámico. En el año 1000, durante la Edad Media, el mundo musulmán representaba el 10% del PIB global, siendo una auténtica superpotencia económica mientras Europa estaba sumida en la Edad Oscura. Ciudades como Bagdad y Córdoba eran centros de comercio, cultura e innovación, muy avanzadas para su tiempo.
Decadencia y Estancamiento
No obstante, para el año 1700, el mundo musulmán había visto su participación en el PIB mundial disminuir al 2.2%. Este retroceso comenzó mucho antes del colonialismo occidental, por lo que no puede ser el único culpable del fracaso económico en esta región.
Factores Clave en el Declive Económico
Para entender realmente qué factores llevaron al declive económico del mundo islámico y su incapacidad para adaptarse y prosperar, es importante desentrañar algunas claves fundamentales de esta historia.
Regulación de Herencias
Uno de los aspectos más representativos es la estricta regulación de las herencias bajo el Corán, que asegura una distribución igualitaria entre los hijos, dificultando la concentración de capital suficiente para sostener y expandir las empresas familiares. Este sistema, en sociedades polígamas con numerosos descendientes, resultó en la dilución de la riqueza y la imposibilidad de mantener empresas a largo plazo.
Prohibición del Crédito con Intereses
Otro factor crucial fue la prohibición de los créditos con intereses, que frenó la expansión de la industria bancaria. Sin bancos que otorgaran préstamos, las empresas musulmanas enfrentaban tasas de interés excesivamente altas, como el 20% en el Imperio Otomano, comparado con el 5% en Francia. Esta dificultad para obtener financiamiento contribuyó al atraso económico.
Desarrollo Limitado de Tecnologías Financieras
Además, la falta de adopción y flexibilidad en el uso de letras de cambio y otras tecnologías financieras avanzadas obstaculizó el comercio y la seguridad económica. Mientras los comerciantes europeos podían operar con sistemas de crédito complejos y seguros, muchos comerciantes musulmanes seguían transportando grandes sumas de oro, volviéndose blanco fácil para piratas y bandidos.
Intervención Político-Religiosa
La alianza entre las autoridades políticas y religiosas desempeñó un papel significativo. Esta relación empezó a consolidarse a partir del siglo XI, cuando la burocracia y las élites religiosas (los ulemas) comenzaron a ascender a la par de los líderes militares. Este vínculo, necesario para legitimar a los gobernantes, contribuyó a un estancamiento generalizado de la innovación y del avance económico.
Prohibición de la Imprenta
Un ejemplo icónico es la prohibición de la imprenta en el Imperio Otomano. A diferencia de Europa, donde la imprenta de Gutenberg condujo a un auge económico y cultural, el mundo musulmán vetó esta tecnología por más de 200 años, en buena medida para mantener el control sobre la transmisión del conocimiento.
Reflexiones sobre la Divergencia Económica
El estancamiento económico en el mundo islámico no debe interpretarse simplemente como decadencia, sino como una falta de evolución y adaptación frente al rápido crecimiento de las sociedades vecinas. Mientras Europa se modernizaba, desarrollaba nuevas formas de organización empresarial y superaba barreras culturales y religiosas, el mundo musulmán mantuvo estructuras casi inalteradas por milenios.
El Legado del Pasado y el Futuro
La historia importa, y las instituciones del pasado tienen un gran peso en las instituciones del presente. Aunque algunos países han abrazado el laicismo y buscado nuevas vías de desarrollo, la influencia histórica sigue siendo palpable. La clave para un posible boom económico y democrático radica en aprender de estas lecciones históricas y adaptarse a las dinámicas globales contemporáneas.
El análisis de la brecha económica entre el mundo islámico y otras regiones del mundo tiene implicaciones complejas que abarcan mucho más que la simple relación entre religión y economía. La historia, la intervención colonial, y las estructuras sociales y políticas internas todas juegan roles cruciales en entender la situación actual. Queda en manos de los actuales gobernantes y ciudadanos continuar adaptando y evolucionando para enfrentar los desafíos del desarrollo económico en sus naciones.