Estrategias de Rusia: Cómo Manejan a Occidente a su Favor

¿Funcionan las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania?

La pregunta sobre la efectividad de las sanciones impuestas a Rusia tras su invasión de Ucrania es recurrente y genera opiniones divididas. Para algunos, las sanciones no han logrado frenar la maquinaria de guerra rusa ni han generado una crisis económica severa en el país. Otros sostienen que las sanciones están minando lentamente la capacidad económica y productiva de Rusia. En este análisis, exploraremos ambos lados del debate y evaluaremos el impacto real de estas sanciones.

Perspectiva de quienes creen que las sanciones no están funcionando

Los críticos de las sanciones argumentan que la economía rusa no solo se ha mantenido a flote sino que ha continuado creciendo en ciertos aspectos. Por ejemplo, el desempleo en Rusia sigue siendo bajo y la inflación se mantiene en niveles razonables alrededor del 5%. La maquinaria de guerra rusa no se ha detenido, lo que indica que el Kremlin ha encontrado formas de sortear las restricciones económicas.

Para respaldar esta postura, se citan datos como el colapso del superávit comercial de Rusia entre enero y agosto, que cayó un 70% respecto al año anterior. Otro punto es la drástica reducción de los ingresos petroleros del gobierno, afectando también significativamente el déficit presupuestario. A nivel de divisas, el rublo ha caído a pesar de los controles de capital. Sin embargo, estas dificultades no han llevado a un colapso económico inmediato.

Perspectiva de quienes creen que las sanciones sí están funcionando

Por otro lado, quienes sostienen que las sanciones están siendo efectivas señalan indicadores económicos que muestran debilidad. El superávit comercial de Rusia ha disminuido significativamente y los ingresos del petróleo también han caído. La inversión extranjera directa está seca y los viajes al extranjero, además de ser costosos, están muy limitados. Estos factores podrían, a largo plazo, limitar la capacidad productiva de Rusia y afectar su economía de manera más profunda.

Uno de los efectos más visibles ha sido la caída del rublo, que ha ido en picada debido a la salida de capitales. Para contrarrestar la inflación, el Banco Central de Rusia ha tenido que subir los tipos de interés al 12%, lo que sin duda genera una presión adicional sobre las familias y las empresas.

Un caso especial: el tesoro oculto de las empresas energéticas rusas

Un estudio del Instituto Peterson de Economía Internacional reveló que las empresas energéticas rusas acumularon una fortuna de alrededor de 147 mil millones de dólares en cuentas opacas en el extranjero, solo en el año 2022. Esta cifra podría haber aumentado en otros 50 mil millones durante los primeros seis meses de 2023, sumando cerca de 200 mil millones de dólares.

Estas fortunas, principalmente acumuladas por gigantes de la energía como Lukoil, Rosneft y Gazprom, representan una reserva invaluable para Rusia. Muchos analistas creen que el Kremlin podría usar estos fondos para sostener sus esfuerzos de guerra, financiando incluso posibles alianzas militares con países como Corea del Norte.

Fallos en las sanciones: cómo ha sorteado Rusia las restricciones

Las sanciones impuestas a Rusia incluyeron la congelación de los activos del Banco Central en el extranjero, valorados en 350 mil millones de dólares, y un embargo petrolero de Europa, junto con un límite de precio al crudo ruso establecido a nivel internacional. Sin embargo, estas medidas no han sido completamente efectivas.

La primera laguna en las sanciones proviene de las excepciones al embargo petrolero europeo. Por ejemplo, se permitió que el crudo siguiera fluyendo a través del oleoducto Druzhba, especialmente a refinerías sin alternativas, como en la República Checa y Bulgaria. Este crudo ruso ha seguido llegando a Europa a pesar de las restricciones, lo que ha permitido que las empresas petroleras rusas continúen generando ingresos.

El papel de las refinerías rusas en Europa

Muchas refinerías europeas son propiedad parcial o total de empresas rusas como Lukoil y Rosneft. Estas refinerías han continuado procesando petróleo ruso, vendiendo gasolina y otros derivados a precios de mercado en Europa. Los márgenes de beneficio en estas refinerías aumentaron significativamente debido al descuento en el crudo ruso, generando enormes ganancias para sus propietarios rusos.

Mercados alternativos y complicidad internacional

Rusia ha encontrado nuevos mercados para su petróleo en países como China, India y algunas repúblicas africanas que no adoptaron el tope de precio impuesto por el G-7 y la Unión Europea. Además, se ha documentado que barcos de países como Grecia, que sí suscribieron el tope de precio, han transportado gran parte del petróleo ruso, lo que sugiere una aplicación laxa de las sanciones.

Conclusión: una batalla a largo plazo

Si bien las sanciones no han debilitado instantáneamente a Rusia, su impacto se nota en diversos indicadores económicos que podrían presionar más severamente al país a largo plazo. La acumulación de fondos en el extranjero por parte de las empresas energéticas rusas y la capacidad del Kremlin para sortear restricciones muestran que la batalla económica está lejos de terminar.

Rusia está sobreviviendo, pero a un costo elevado, tanto en términos de bienes más caros como de una inversión extranjera que se encuentra en mínimos históricos. A largo plazo, estos factores combinados con una fuga de cerebros y la falta de profesionales capacitados podrían impactar gravemente la productividad y el desarrollo económico del país.

La pregunta que queda es: ¿Deberían los aliados occidentales intensificar estas sanciones para evitar que Rusia siga financiando su maquinaria de guerra y esquivando las restricciones? La respuesta a esta pregunta no es sencilla, y cada medida requiere una cuidadosa consideración de costos y beneficios.

Por ahora, el pulso económico y militar sigue, y solo el tiempo dirá qué bando emerge victorioso en esta compleja batalla financiera.

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