¿Cómo se perfila una alianza estratégica entre CHINA y RUSIA frente a Occidente?

La Alianza Rusa-China: ¿Una Asociación Estratégica o una Bomba de Tiempo?

En 2019, China y Rusia consolidaron su relación al elevar su cooperación al grado de «asociación estratégica integral de coordinación global», marcando uno de los mejores momentos en la historia de colaboración entre ambas naciones. Este suceso debe entenderse en el contexto de una relación que ha pasado de rivalidades fronterizas a una cooperación fresca y estratégica. Sin embargo, la evolución de esta asociación y su impacto en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) presenta más preguntas que respuestas.

La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS): Propósitos y Desafíos

La OCS, liderada principalmente por China y Rusia, está enfocada en la estabilidad y seguridad de Asia Central. Fundada en 2001, la organización incluye a otros cuatro estados fundadores: Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán. El objetivo inicial era resolver disputas fronterizas y combatir las «tres fuerzas del mal»: el terrorismo, el separatismo y el extremismo islamista.

Sin embargo, la OCS enfrenta interrogantes sobre su futuro debido a diferencias de intereses entre China y Rusia. A pesar de la cooperación visible, existen divergencias profundas en los caminos que ambos países desean seguir.

Historial Común: De Aliados a Rivales

La historia de la relación chino-rusa está marcada tanto por alianzas ideológicas como por rivalidades amargas. En la primera mitad del siglo XX, ambas naciones eran grandes líderes comunistas enfrentados a Occidente. Sin embargo, tras la muerte de Stalin comenzó una pugna por el liderazgo dentro del bloque comunista, con enfrentamientos que llegaron a su punto álgido en 1969 con choques fronterizos directos.

Con la caída de la Unión Soviética en 1991, se abrió un nuevo capítulo de acercamiento que, finalmente, condujo a la creación de los Shanghai Five, precursores de la OCS. Las adversidades históricas parecían superadas, pero los recelos no desaparecieron del todo.

Cooperación y Conflictos: La OCS en Acción

A lo largo de los años, la OCS ha sido efectiva en diversas áreas, especialmente en la realización de maniobras militares conjuntas y en la consolidación de la lucha contra el terrorismo y el extremismo islamista. Sin embargo, la invasión rusa de Crimea en 2014 fue una prueba de fuego para la organización. Mientras Occidente sancionaba a Rusia, China no solo se abstuvo de criticar, sino que fortaleció su respaldo a Moscú.

En 2017, la entrada de India y Pakistán amplió significativamente el alcance de la organización, que llegó a abarcar el 60% de la región euroasiática y alrededor de la mitad de la población mundial. Este crecimiento podría haber convertido a la OCS en una de las organizaciones más influyentes a nivel global. Sin embargo, la inclusión de estas dos naciones históricamente en conflicto podría también haber sembrado semillas de inestabilidad al interior de la organización.

El Contexto Económico: Intereses Compartidos y Divergencias

La cooperación económica entre Rusia y China es uno de los pilares de su relación. Rusia, rica en recursos naturales, encuentra en China un voraz mercado para sus exportaciones de crudo y gas. El gasoducto Power of Siberia, que empezó a operar en 2019, y los planes para un segundo gasoducto, subrayan esta asociación energética.

Pero no todo es un camino llano. Rusia es consciente del riesgo que supone depender excesivamente de China. Además, los recelos se han intensificado con el tiempo, especialmente en áreas como el armamento. China ha sido uno de los principales compradores de equipos militares rusos, pero el robo de tecnología y los ciberataques han despertado desconfianza y preocupación en el Kremlin.

La Expansión de la OCS y los Desafíos Internos

El ingreso de India y Pakistán en la OCS es una espada de doble filo. Por un lado, refuerza el perfil global de la organización; por el otro, agrega complejidad a la toma de decisiones debido a la profunda enemistad entre ambos países. Las decisiones dentro de la OCS se toman por unanimidad, lo que podría complicarse con la necesidad de equilibrar los intereses opuestos de sus miembros. El reciente abandono de una reunión de la OCS por parte de India debido a un «mapa ficticio» presentado por Pakistán es solo un ejemplo de las tensiones en juego.

Estrategias Paralelas: La Ruta de la Seda y la Unión Económica Euroasiática

China y Rusia tienen sus propias agendas en Asia Central. La nueva ruta de la seda china busca extender la influencia económica de Pekín a través de inmensas inversiones en infraestructura, conectando la costa este de China con Asia Central y Europa. Al mismo tiempo, Rusia lidera la Unión Económica Euroasiática, un intento de emular la Comunidad Económica Europea. Ambas estrategias pueden complementarse en algún nivel, pero también potencialmente colisionar en términos de influencia y control.

Conclusiones: ¿Una Relación Viable a Largo Plazo?

La relación entre Rusia y China, en el marco de la OCS, muestra una mezcla de cooperación y competencia. Ambos países han logrado avances significativos en temas de seguridad y economía, pero al mismo tiempo enfrentan desafíos importantes debido a sus intereses divergentes.

La OCS tiene el potencial de convertirse en una de las organizaciones internacionales más influyentes, pero necesita navegar con cuidado las tensiones internas y equilibrar los intereses de todos sus miembros. La entrada de nuevos países como India y Pakistán añade una capa de complejidad que podría fortalecer o debilitar la organización dependiendo de cómo manejen sus diferencias.

Es esencial monitorizar de cerca estos desarrollos para entender si la OCS puede mantenerse como una plataforma efectiva de cooperación o si las fricciones internas y las ambiciones paralelas llevarán a su eventual disolución o a un cambio significativo en su estructura y objetivos.

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