Las Razones Detrás de la Impopularidad Histórica del Presidente Biden

¿Qué Está Fallando en la Presidencia de Joe Biden? Una Mirada Detallada al Bidenomics

La popularidad del presidente norteamericano Joe Biden está por los suelos. Bueno, que digo por los suelos, se ha hundido de tal forma que prácticamente podemos decir que se está sumergiendo en las fosas más profundas del océano electoral. Prestad mucha atención a los datos: a mediados de julio del 2022, algunas encuestas sugerían que el 71% de los votantes no querían que se volviera a presentar, incluido el 54% de los demócratas. Un porcentaje, este último, que se incrementa hasta el 94% entre los jóvenes demócratas de entre 18 y 29 años. El 94%.

Descontento Generalizado y Caída de la Popularidad

La Casa Blanca se enfrenta a un desastre con los votantes jóvenes. Cada vez hay más temores entre los demócratas de que estén en peligro de perder una generación si no mejora su posición ante la Generación Z. Y eso no es todo. Si tomamos una media de encuestas, podemos ver que el nivel de aprobación del presidente no deja de caer. Desde su toma de posesión, en apenas año y medio, su nivel de aprobación ha caído 20 puntos. ¿Cómo es esto posible? ¿Qué explica semejante debacle en la valoración del presidente?

Volviendo a Biden, si somos justos, desde la caótica, indigna y desastrosa forma en la que se produjo la retirada de Afganistán – algo que aquí en Movilab criticamos duramente – el equipo formado por el Presidente Biden, el Secretario de Estado Antony Blinken y el Secretario de Defensa Lloyd Austin, ha cosechado bastantes tantos en política exterior. Estos personajes están liderando el apoyo norteamericano y occidental a Ucrania en una guerra que ha desbaratado por completo los planes del Kremlin y que ha destrozado una buena parte de la capacidad militar rusa. También han sido capaces de consolidar y cohesionar tanto la OTAN como la relación atlántica. Con Biden, Washington ha vuelto a ser todo un líder en el viejo continente y hoy la Organización del Tratado del Atlántico Norte parece más fuerte que nunca.

Actividades en Europa y Asia

No se trata solo de la vieja Europa; en Asia está ocurriendo tres cuartas partes de lo mismo. La política firme de esta administración ha desbordado, ha superado por completo las ambiciones chinas de hacerse con la hegemonía regional. Ejemplos incluyen el programa AUKUS que busca hacer de Australia una superpotencia, y el fortalecimiento de las relaciones con Japón y Corea del Sur, a este último dándole plena libertad para el desarrollo de misiles balísticos. También está la reiterada defensa de Taiwán, la mejora de las relaciones bilaterales entre los aliados de Estados Unidos en la zona, y la consolidación del Quad y el nuevo Marco Económico del Indopacífico.

Incluso en Oriente Medio, donde las relaciones de Biden con el gobierno saudí son francamente malas, su administración está apoyando la creación de una especie de nueva alianza militar que incluye, además de varios países árabes, al estado de Israel. Hablamos de un fortalecimiento del peso, la influencia y las relaciones de Estados Unidos como hacía décadas no conocíamos. Sin embargo, a pesar de estos logros, la popularidad de Biden está más fría que un témpano de hielo en plena Antártida. Entonces, ¿qué diantres está pasando?

Las Meteduras de Pata que No se Olvidan

Una posible respuesta a la caída en la popularidad de Biden podría estar en sus constantes meteduras de pata, como cuando dijo que tenía cáncer y la Casa Blanca tuvo que desmentirlo. O puede que tenga que ver con el hecho de que es más que evidente que el presidente está mayor, muy mayor. Esto lo hace incapaz de vender sus logros de manera efectiva. Pero honestamente, creo que también tiene que ver con el gran fracaso del Bidenomics.

El Fracaso del Bidenomics

Cuando Joe Biden ganó las elecciones, no solo prometió una regeneración institucional, también prometió dar un giro de 180 grados a la política económica para que el gobierno federal volviera a liderar la «reconstrucción» de los Estados Unidos de América. Incluso, hubo quien describió la llegada de Biden como la puesta en marcha de un nuevo paradigma económico que pondría fin, de una vez por todas, a la América basada en los bajos impuestos, el estado pequeño y la desregulación de Ronald Reagan.

Durante la campaña electoral, Biden habló de cosas como recuperar el peso sindical, luchar decididamente contra el cambio climático, cancelar la deuda estudiantil, ordenar el caos migratorio y reconstruir las viejas infraestructuras norteamericanas. Y sobre todo, habló de estimular la inversión, tanto privada como pública. Así que, en cierto modo, podemos decir que, cambio de paradigma o no, lo que Biden prometió claramente fue reconstruir Estados Unidos con una agenda muy demócrata. Sin embargo, desde entonces, los resultados no han sido exactamente los esperados.

Resultados Inesperados y Estancamiento

En algunos casos, los proyectos se han estancado o han terminado en casi nada. Y en otros, simplemente no han funcionado como se esperaba. Algunos titulares hablan por sí solos: el 13 de julio del 2022, la inflación alcanzó un nuevo máximo en 40 años con un 9.1% en junio. Además, los datos muestran que la economía de EE.UU. se tambalea ante la recesión. Pero, ¿en qué exactamente ha fallado el Bidenomics?

Una Revolución a Medio Gas

La presidencia de Biden comenzó con una actividad frenética. Al final, terminada la primera mitad del 2022, esta Administración había conseguido básicamente tan solo 3 cosas con su nueva política económica:

  • Un plan de lucha contra el Covid algo más pequeño que el de Trump y que se convirtió en auténtica gasolina para la inflación.
  • Un incremento del gasto del gobierno durante la próxima década de 530 mil millones de dólares, mediante órdenes y directivas presidenciales, fundamentalmente destinado a mejorar el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria.
  • Un proyecto bipartito de infraestructuras mucho más pequeño de lo prometido.

A finales de julio de 2022, la administración Biden ganó por sorpresa los votos para sacar adelante el proyecto de Ley de Reducción de la Inflación, una ley que contempla varias subidas de impuestos y cientos de miles de millones de dólares en nuevo gasto, incluyendo 385 mil millones para combatir el cambio climático. Aun así, la ley es apenas una fracción de la promesa inicial de la Administración. Prácticamente todas las demás políticas del Bidenomics han encallado.

Un Diagnóstico Erróneo

El Presidente y su equipo diagnosticaron mal la situación de la economía norteamericana. A partir de ahí, todo fue de mal en peor. Un ejemplo es el plan de choque contra la pandemia de Biden, que vertió cientos de miles de millones sobre una economía que ya se estaba recuperando. El resultado fue gasolina sobre una inflación galopante.

Dentro de este plan, destacó un crédito fiscal casi universal de hasta 300 dólares mensuales por niño, que Biden pensó sería bien recibido por la ciudadanía. Nada más lejos de la realidad, apenas un tercio de los estadounidenses apoyan que esta política sea permanente, lo que permitió a los republicanos decidir no votar por su renovación más allá del primer año.

El diagnóstico de que la América más pobre se estaba quedando atrás también fue erróneo. Desde el 2010, los salarios más bajos han estado creciendo más rápidamente. Así que, más esfuerzos, más dinero y nuevas regulaciones fueron tiradas por la borda.

Una Política Económica errónea

Biden impulsó una política económica basada en grandes planes de gasto público e incrementos de impuestos que la sociedad no necesitaba ni quería, y que no eran convenientes dadas las circunstancias económicas. Esta política terminó por impulsar la mayor inflación de los últimos 40 años, obligando a la Reserva Federal a reaccionar, lo que parece que va a terminar con la economía norteamericana entrando en recesión y las familias perdiendo poder adquisitivo.

¿Qué Necesitaba América?

Si Biden quería mejorar el nivel de vida de las familias estadounidenses, su prioridad tendría que haber sido tomar medidas para promover la inversión, tanto pública como privada. La inversión pública se ha trasladado mayormente al bienestar social, la defensa y el servicio de la deuda, en lugar de invertir en investigación o infraestructuras. Biden llegó con un plan que no ha contribuido sino a empeorar las cosas.

Un Futuro Incierto

Así que no importa que su Administración esté cosechando muchos éxitos en política exterior, si el panorama económico no cambia, la presidencia de Biden no pasará a la historia como una presidencia popular. Pero dicho esto, turno para ti: ¿Qué opinas del Bidenomics? ¿Crees que la actual administración está a tiempo de cambiar de marcha y conseguir mejores resultados? ¿Crees que se está siendo excesivamente injusto con ella? Déjanos tus comentarios y abramos debate.

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