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La Interesante Evolución de España: ¿Deporte Nacional o Autocrítica Necesaria?
Amigos y amigas de Visual Polític, es común escuchar que el verdadero deporte nacional de los españoles, incluso por encima del fútbol, es criticar duramente todo lo que ocurre en su propio país. En Visual Polític, cada vez que hablamos de España, el comentario recurrente es que somos excesivamente pesimistas con una perspectiva similar a la de Keiko Fujimori contando los votos en Perú. Pero ¿es realmente así? ¿Somos, en esencia, aficionados al auténtico deporte nacional de la autocrítica? Bueno, en cierto modo, es comprensible. Hay muchos, muchísimos problemas y amenazas que encara la que actualmente es la decimocuarta economía del planeta.
Una Revolución Silenciosa: Transformación Económica y Social
Desde finales de los años 70, España ha experimentado una transformación monumental. ¿Te has parado a pensar en cómo la llegada de la democracia en 1978 cambió todo? En estas últimas cuatro décadas, la economía y la sociedad española han vivido cambios de proporciones galácticas. Por ejemplo, la tasa de empleo ha crecido en 15 puntos, creando millones de nuevos empleos. La inversión extranjera directa en términos de PIB se ha multiplicado asombrosamente por 27, pasando de menos del 2% del PIB a casi el 54%. Además, España también se ha convertido en uno de los países con mayores inversiones en el exterior, con empresas españolas invirtiendo miles de millones en todo el mundo.
La apertura comercial también ha alcanzado niveles récord, lo que indica que las exportaciones e importaciones tienen un peso significativo en la economía. Además, la relación entre empleo y capital se ha duplicado, y el país ha construido una de las diez mejores redes de infraestructuras terrestres, portuarias y aéreas del mundo. Así, a pesar de los múltiples problemas, hoy en día España es un país relativamente rico y notablemente integrado en los flujos económicos globales.
Más Allá de la Economía: Impactos Sociales y Demográficos
No es solo la economía lo que ha cambiado para mejor. En términos de formación, la población española ha realizado grandes avances. Según la OCDE, desde 1980 el dominio de competencias básicas como lectura y matemáticas ha aumentado más que en cualquier otro país europeo, salvo Finlandia. España también presume de tener la tercera esperanza de vida más alta del mundo, solo detrás de Japón y Suiza. Sin embargo, a pesar de estos avances, el país enfrenta tormentas que podrían amenazar su futuro económico.
El Inminente Tsunami Demográfico
Uno de los problemas más apremiantes es la demografía. Gracias a mejoras en la sanidad y a una estilo de vida saludable, España tiene una de las esperanzas de vida más altas del mundo. Sin embargo, esto presenta un desafío significativo cuando se combina con la segunda tasa de fecundidad más baja entre los países desarrollados. Este desequilibrio demográfico resulta en una población cada vez más envejecida. Actualmente, hay 125 personas mayores de 64 años por cada 100 niños menores de 16 años. Este problema solo se agudizará en las próximas décadas; para 2050, se espera que uno de cada tres españoles tenga más de 65 años.
Este envejecimiento de la población es preocupante porque puede reducir significativamente el crecimiento del país y afectar negativamente a las perspectivas económicas. La población en edad de trabajar se reducirá en aproximadamente 4 millones de personas para 2050, mientras que la cantidad de personas mayores de 65 años aumentará en al menos 6 millones.
El Reto de las Pensiones, la Sanidad y la Dependencia
La mayor amenaza radica en el costo asociado a esta situación demográfica. Las pensiones, la sanidad y la dependencia van a ser un desafío monumental. Según el Tribunal de Cuentas, la Seguridad Social española registró un déficit récord de 53.160 millones de euros. Las pensiones ya representan un gasto significativo en los presupuestos públicos, y se espera que este gasto se incremente aún más con el envejecimiento de la población. Desde el año 2000, el coste de las pensiones ha aumentado un 160%. Entre 2017 y 2020, el agujero financiero de la Seguridad Social superó los 80 mil millones de euros.
Teniendo en cuenta las previsiones, para 2050 la población en edad de trabajar se reducirá significativamente, mientras que el número de mayores de 65 años continuará ascendiendo. Además, los mayores no solo demandan pensiones, sino también recursos sanitarios y servicios de dependencia. España cuenta con una red de residencias, centros de día y servicios a domicilio que atienden a más de un millón de personas, pero el porcentaje de mayores con estos servicios aún está por debajo de los estándares europeos. Será necesario aumentar el gasto público en dependencia y sanidad, lo que pone aún más presión sobre las finanzas del país.
Soluciones en el Horizonte: Aprendiendo de Otros Países
A pesar de este sombrío panorama, España no está condenada a la crisis y al colapso económico. Hay estrategias y medidas que se pueden implementar para mitigar estos desafíos. Una de las soluciones más discutidas es fomentar una jubilación más tardía. En países como Suecia, Japón y Nueva Zelanda, se han tomado medidas para que las personas trabajen más allá de los 65 años. En Suecia, por ejemplo, han dificultado la jubilación anticipada, han modificado el sistema de pensiones para exigir más años trabajados y han introducido incentivos fiscales para las empresas que emplean a personas mayores de 65 años.
En Nueva Zelanda, el 20% de la población mayor de 65 años sigue trabajando, contrastando fuertemente con el 5% de España. Este alto nivel de participación laboral entre los mayores se debe a una serie de incentivos, como la posibilidad de cobrar la pensión pública independientemente de si se trabaja o no. Además, el país tiene un alto nivel de formación profesional para trabajadores mayores de 50 años, lo que les permite mantenerse actualizados y productivos por más tiempo.
Otras Estrategias Complementarias
Además de fomentar una jubilación más tardía, hay otras medidas que España puede tomar. Impulsar sistemas de ahorro complementarios a la pensión pública, promover una inmigración cualificada e incentivar la «silver economy» son algunas de las estrategias que podrían ayudar. España, con su clima agradable y excelentes instalaciones, podría atraer a jubilados de otros países europeos, convirtiendo un reto en una oportunidad económica.
Asimismo, es crucial aumentar la tasa de empleo entre la población en edad de trabajar, especialmente entre los jóvenes. Este será un tema que abordaremos en profundidad en otro momento. El futuro de España enfrenta grandes desafíos y amenazas que deben abordarse con urgencia. De lo contrario, las próximas décadas podrían ser muy difíciles.
Conclusion: El Futuro de España en Nuestras Manos
El destino de España aún no está sellado. Aunque enfrenta serios retos demográficos y económicos, también tiene la capacidad y los recursos necesarios para superarlos. Ya sea a través de políticas de empleo más inclusivas, sistemas de pensiones más sostenibles o inversiones en la «silver economy», hay múltiples caminos que el país puede seguir para asegurar un futuro más próspero y estable. La cuestión radica en tomar acción ahora, con planificación y estrategia, para evitar el tsunami económico que se avecina. España está en una encrucijada, y las decisiones que se tomen hoy determinarán el bienestar y la estabilidad del país en las próximas décadas.