Explorando el Estado de Bienestar en la China Socialista bajo el Liderazgo de Xi Jinping

El Estado del Bienestar en China: Una Historia de Evolución y Desafíos

China, conocida por su rápido crecimiento económico y su ascendente presencia global, también presenta un modelo de estado de bienestar que puede sorprender a muchos. Vamos a desglosar la evolución del estado de bienestar en la República Popular China, cómo ha cambiado a lo largo de los años, y cuál es su realidad actual. Prepárate para un viaje que desafiará muchas de las nociones preconcebidas que podrías tener sobre este gigante asiático.

El Estado del Bienestar en China: La Percepción y la Realidad

Cuando hablamos del estado de bienestar chino, podríamos esperar una estructura inmensa y asistencialista, dada su etiqueta de país socialista. Se podría pensar que ofrece un montón de coberturas y servicios gratuitos. Sin embargo, algunos podrían argumentar lo contrario: que China, obsesionada con reducir costes laborales, ofrece poco o ningún respaldo al trabajador. Pero ambas perspectivas están equivocadas.

La concepción actual de un estado de bienestar, con servicios sociales pagados total o parcialmente por el estado, no existió en China hasta la década de los 90. Previamente, la figura del estado como garante de una protección social mínima es bastante reciente y diferente a los sistemas europeos o asiáticos.

Así que, vamos a profundizar en cómo ha evolucionado este estado de bienestar chino desde sus orígenes hasta la actualidad, divididos en tres períodos históricos fundamentales.

El Período de Planificación Central (1949-1978)

Después de la proclamación de la República Popular China en 1949, Mao Zedong adoptó un sistema pseudo-asistencialista inspirado en la Unión Soviética. La política social era parte integral en la construcción de una economía socialista. El desempleo, considerado un defecto del capitalismo, se eliminó asignando empleos vitalicios a todos los ciudadanos sanos en edad de trabajar en empresas y agencias estatales.

Estos empleos vitalicios, conocidos como «danwei,» ofrecían una especie de mini estado de bienestar autosuficiente, compuesto por:

  • Permanencia vitalicia en el empleo: Conocida como «cuenco de arroz de hierro».
  • Salario igualitario: Independientemente del desempeño laboral.
  • Paquete de asistencia social: Proporcionaba vivienda, acceso a educación, sanidad y otros servicios a los trabajadores de la «danwei.»

Sin embargo, esta estructura no era altruista. Permitía al régimen maoísta tener control sobre dónde vivía y trabajaba la población, además de mover a enormes masas de mano de obra para satisfacer las necesidades industriales. Este control era facilitado por el sistema «hukou,» el peculiar sistema de registro de familias chino, que limitaba la movilidad de los trabajadores del campo a la ciudad.

El Período de Crecimiento Económico (1978-2003)

Para finales de la década de 1970, China estaba rezagada respecto a los «tigres asiáticos» como Hong Kong, Taiwán, Singapur y Corea del Sur. En 1978, la llegada de Deng Xiaoping al poder marcó el inicio de una serie de reformas políticas y económicas orientadas hacia el «socialismo de mercado.»

Con el desmantelamiento de las estructuras colectivas, la protección social para los campesinos desapareció, incluyendo las antiguas cooperativas sanitarias. Muchas clínicas rurales pasaron a ser privadas, dejando a gente de bajos recursos sin atención sanitaria. En las ciudades, la política del pleno empleo forzoso se reemplazó por contratos individuales en 1986, y las empresas fueron liberadas de sus obligaciones asistenciales.

Para finales de los 80 y principios de los 90, el régimen se centró en diseñar un nuevo sistema de protección social para responder al malestar creciente de la población. Se estableció un sistema de seguridad social donde las empresas, los empleados y el estado compartían los costes, reduciendo la carga sobre las «danwei.»

En 1991, se creó un fondo de previsión para la vivienda en Shanghái, y en 1995, se extendió a nivel nacional. Además, la Ley Laboral de 1994 introdujo un sistema de subsidios públicos para los más pobres, un seguro social y cuentas individuales de ahorro para complementar el sistema público de pensiones.

El Período de Armonía Social (2003-presente)

En la actualidad, el estado de bienestar chino se organiza en tres pilares fundamentales: asistencia social, seguro social y servicios de bienestar. Sin embargo, describir este sistema es una tarea compleja ya que más que un sistema, se trata de múltiples sistemas con diferentes coberturas según la región y el tipo de trabajo.

Los Tres Pilares del Estado de Bienestar Chino

El sistema de bienestar actual en China está estructurado en tres pilares principales:

  • Asistencia social: Ayuda directa a las personas más pobres, siendo el principal exponente la garantía de subsistencia mínima, una especie de ingreso mínimo en dinero gestionado por las autoridades locales, distinto según el lugar.
  • Seguro social: Un rompecabezas difícil de gestionar con múltiples seguros y pensiones, incluidos el seguro de desempleo y el seguro médico, que varía entre trabajadores urbanos y rurales.
  • Servicios de bienestar: Orientados a los más desfavorecidos, los huérfanos, discapacitados y ancianos.

A pesar de estas estructuras, el sistema todavía cubre a un número reducido de la población y es muy discriminatorio. Menos del 70% de los trabajadores urbanos cotizan para pensiones, y solo un 22% de los trabajadores migrantes están cubiertos por el seguro de salud.

Desafíos y Comparaciones con Otras Regiones

El contraste entre China y las socialdemocracias europeas es notable. El sistema chino se asemeja más al modelo estadounidense, con una presencia significativa de actores privados y cobertura limitada. A pesar del impresionante crecimiento económico y la inmensa reducción de la pobreza, el sistema sigue plagado de irregularidades y una falta de viabilidad a largo plazo, especialmente en el sistema de pensiones.

De esta manera, el estado de bienestar en China presenta una paradoja: aunque ha permitido un progreso socioeconómico sin precedentes, aún enfrenta desafíos estructurales significativos. Será interesante ver cómo evoluciona en las próximas décadas, especialmente con la creciente urbanización y las demandas de una población más próspera y educada.

Entonces, ¿qué opinas del actual estado de bienestar chino? ¿Es diferente a lo que imaginabas? Dejamos la reflexión abierta para cada uno de nuestros lectores.

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