«Operación Desert Shield: Crónica de los Primeros Meses – Capítulo II, Parte 2»

La Operación Tormenta del Desierto: Estrategias y Tácticas Cruciales

La Operación Tormenta del Desierto, uno de los conflictos más significativos de finales del siglo XX, involucró una serie de tácticas y estrategias militares complejas. Veremos cómo estas tácticas fueron implementadas para enfrentar la amenaza iraquí, y cómo las fuerzas aliadas, principalmente dirigidas por Estados Unidos, se prepararon para una posible invasión.

La Movilización de las Fuerzas Sauditas y Aliadas

Los anfitriones más interesados en detener una posible invasión iraquí fueron los sauditas. Para ello, movilizaron rápidamente sus divisiones mecanizadas y acorazadas. Sin embargo, a pesar de su rápido despliegue, las fuerzas sauditas eran de una calidad bastante inferior en comparación con las fuerzas estadounidenses, tanto en términos de equipamiento, entrenamiento y organización.

Riyad, consciente de estas limitaciones, utilizó su influencia regional para convocar aliados. Egipto fue el primero en responder, seguido por Siria, quien aportó una división blindada considerable. Así, la movilización de fuerzas árabes comenzó a tomar forma.

El Papel de la Artillería y la Logística

La artillería jugó un rol crucial durante la preparación de la defensa. Un gran esfuerzo se hizo para enviar rápidamente piezas de artillería, vitales para proporcionar potencia de fuego. Se destacaron los lanzacohetes M270 con misiles ATACMS y piezas de artillería autopropulsada de 155 mm, aunque estas últimas no eran suficientes para igualar las capacidades iraquíes.

La logística también resultó ser un desafío considerable, especialmente cuando se trataba de mantener una fuerza blindada a través del desierto. La Guardia Republicana de Saddam Hussein, que iba a ser la punta de lanza en cualquier ofensiva, necesitaba una logística bien planificada para mantener su ritmo de avance y conservar su fuerza en buen estado.

Estrategias de Defensa y Ofensiva

Ofensivas Tácticas vs. Operacionales

En términos de estrategia, se barajaron varias opciones para una posible ofensiva iraquí. Las ofensivas podían ser tácticas, con avances limitados de 20 a 40 kilómetros, o de maniobra operacional, buscando flanquear y rodear a las fuerzas defensoras en movimientos de 80 a 120 kilómetros.

Las ofensivas tácticas implicaban una serie de batallas menores, mientras que las operacionales requerían avances significativos que podían presentar desafíos logísticos en zonas desérticas. Las distancias y la capacidad de suministro eran factores decisivos en la planificación de estas ofensivas.

Despliegue de Fuerzas Especiales y Arabes

Para enfrentarse a la amenaza inmediata, las fuerzas especiales estadounidenses fueron desplegadas en diversas posiciones estratégicas. Junto a ellas, el grueso de las fuerzas árabes, incluyendo divisiones sauditas y unidades de los aliados de Arabia Saudita, se atrincheraron en la primera línea de defensa.

Estas posiciones estaban diseñadas para permitir una observación continua del enemigo y, si era necesario, solicitar ataques aéreos. Mantener el control y la vigilancia sobre los flancos era esencial para garantizar una respuesta ágil y eficiente ante cualquier incursión iraquí.

La «Covering Force» Estadounidense

Tras las fuerzas árabes se encontraba la Covering Force estadounidense, encargada de llevar a cabo maniobras de retardo contra los iraquíes en caso de que las fuerzas árabes fueran derrotadas. Esta maniobra de retardo consistía en una retirada escalonada y organizada, infligiendo el mayor número posible de bajas al enemigo antes de retirarse a posiciones previamente planificadas.

Unidades y Equipamiento

La mayor parte de la 101ª División Aerotransportada y el 3º Regimiento de Caballería Blindada formaban la columna vertebral de la Covering Force. Equipadas con misiles antitanques TOW, cañones de 120 mm y 25 mm, y apoyadas por helicópteros de ataque Cobra y Apache, estas unidades eran increíblemente móviles y estaban preparadas para infligir severas pérdidas al enemigo.

La Covering Force también incluía diez batallones de artillería, con sistemas de lanzacohetes M270 y cañones de 155 mm, capaces de proporcionar soporte de fuego eficaz desde largas distancias.

La Main Battle Area

Si las fuerzas iraquíes lograban superar la Covering Force, serían enfrentadas en la Main Battle Area, una zona que podría extenderse hasta 120 km. Aquí, la 24ª División de Infantería de los EE.UU., equipada con 220 carros de combate M1 Abrams, estaba preparada para ofrecer una resistencia significativa.

Las unidades retiradas de la Covering Force (101ª División Aerotransportada y el 3º Regimiento de Caballería Blindada) se unirían a la 24ª División en el Main Battle Area, proporcionando una fuerza defensiva robusta capaz de enfrentar a las unidades blindadas iraquíes en combate directo.

La Reserva y la 82ª División Aerotransportada

Además de la 24ª División de Infantería, la 82ª División Aerotransportada también estaba desplegada en esta área, lista para realizar maniobras de retardo y proporcionar soporte adicional si era necesario. Las reservas incluían la «Tiger Brigade» y la 1ª División de Caballería, una unidad móvil y bien equipada, preparada para responder a movimientos enemigos imprevistos y proporcionar soporte en operaciones de asalto aéreo.

El Despliegue de los Marines Estadounidenses

En la línea costera, la responsabilidad recayó en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, que despliegaron principalmente en el puerto de Al Jubail. Los Marines recibieron apoyo de dos buques de asalto anfibio que proporcionaban helicópteros y otros medios de soporte. Sin embargo, debido a limitaciones de fuerza, su despliegue se limitó a una franja de 20 a 30 kilómetros alrededor del puerto.

Esta postura era lógicamente defensiva, priorizando la protección del puerto y usando su capacidad de apoyo aéreo y artillero naval. Para reforzar esta posición crítica, el General Schwarzkopf decidió asignar la 7ª Brigada Acorazada Británica, mejor conocida como las «Ratas del Desierto». Esta brigada fortalecería significativamente la capacidad defensiva de los Marines en la zona costera.

Conclusiones y Reflexiones

La planificación y ejecución de la Operación Tormenta del Desierto implicaron trabajo estratégico meticuloso y una coordinación impecable entre diversas fuerzas aliadas. Las tácticas de defensa, ofensiva, maniobras de retardo y logística fueron desafíos continuos que requirieron soluciones innovadoras y rápidas decisiones.

Desde las movilizaciones iniciales de las fuerzas sauditas hasta las acciones coordinadas de la Covering Force y la Main Battle Area, cada movimiento estuvo enfocado en minimizar las bajas y maximizar la efectividad en el campo de batalla. Con la intervención y cooperación internacional, especialmente de Estados Unidos, las fuerzas aliadas fueron capaces de mantener a raya la amenaza iraquí y estabilizar una región en conflicto.

Estas lecciones estratégicas y tácticas de la Operación Tormenta del Desierto siguen siendo valiosas para el estudio y la aplicación en conflictos modernos, demostrando la importancia de la preparación, la cooperación y la capacidad de respuesta rápida en situaciones de conflicto armado.

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